Gabriel Tortella
Gabriel Tortella
Gabriel Tortella Casares es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid (1962), amplió sus estudios de historia económica en los Estados Unidos con una beca Fulbright para la Universidad de Wisconsin (1963-
Fundador, primer secretario general y presidente (entre 1997 y 2001) de la Asociación Española de Historia Económica (AEHE). Presidente de la International Association of Economic History (AIEH) entre 1994-
Premio de Historia Órdenes Españolas
El Premio de Historia Órdenes Españolas es un galardón internacional que nació en 2017 con el deseo de convertirse en una referencia en esta disciplina. Supone un reconocimiento a quienes se dedican con esfuerzo a esta ciencia y un compromiso con el valor de la Historia. Su objeto es distinguir al investigador cuyo trabajo haya alcanzado general reconocimiento por la importancia de sus estudios, el rigor de su documentación y el alcance de sus conclusiones, y que alguna parte de su obra esté relacionada con lo hispánico y su proyección en el mundo.
El Premio ha celebrado ya dos ediciones. En la primera resultó galardonado el hispanista británico John H. Elliott. Felipe VI presidió la ceremonia de entrega del Premio en 2018. En la segunda fue el medievalista vallisoletano Miguel Ángel Ladero Quesada quien recibió el Premio. S.M. el rey Juan Carlos presidió el acto de entrega en mayo de 2019.
El Premio de Historia Órdenes Españolas está gestionado por la Fundación Lux Hispaniarum y cuenta con el apoyo de la Fundación Ramón Areces, la Fundación Talgo, Grupo Siro, Valmenta e Ibervalles.
Para más información: www.premioordenesespañolas.es
MH. No estamos ante la primera, ni probablemente la última de las pandemias que las naciones europeas han sufrido a lo largo de la historia. Las pestes, las calamidades y las enfermedades de todo tipo han sido recurrentes. ¿Qué podemos aprender de los comentarios y de las reacciones de las sociedades que entonces las padecieron?
GTC. Estrictamente hablando, podemos aprender poco, ya que hoy sabemos mucho más sobre microbiología, virología, epidemiología y demás ramas científicas relacionadas con este tema, que los contemporáneos de las anteriores pandemias y epidemias. Durante la mayor parte del tiempo histórico, pandemias y epidemias se atribuyeron a castigos divinos y otras causas sobrenaturales; poco a poco, sobre todo a partir del siglo XVIII, los científicos fueron comprendiendo mejor la naturaleza de estos azotes, primero intuitivamente (vacunas); más tarde, a partir sobre todo de Pasteur, se llegó a conocer científicamente el verdadero origen microbiano de las pandemias, se comprendió cabalmente la razón de la eficacia de las vacunas, y se fueron encontrando además medicamentos que curaban, como los antibióticos, suplementando así la acción preventiva de las vacunas. Sin embargo, si desde el punto de vista médico podemos aprender poco de los comentarios y reacciones de los contemporáneos, sí es cierto que estas manifestaciones pueden ayudarnos a comprender mejor a aquellas sociedades, sus miedos, sus supersticiones, su religión, su cosmología, su ética, etc., y también posiblemente podamos espigar en ellas datos demográficos. Asimismo vale la pena recordar que las pandemias han dado lugar a interesantes manifestaciones literarias; sin ir más lejos, dos obras maestras de la literatura italiana, el Decamerón de Boccaccio y Los Novios de Manzoni, nos narran cada una una epidemia de peste, y tenemos también, así a vuelapluma, el Diario de un año de peste, de Daniel Defoe y La peste de Albert Camus. Las cuatro novelas son obras maestras. Algo es algo.
MH. ¿Cómo afrontaron las sociedades de siglos pasados los retos que les presentaba una epidemia de esta magnitud, teniendo en cuenta que sus medios eran mucho más limitados que los que hoy están a nuestro alcance?
GTC. En parte ya he contestado a esta pregunta en mi anterior respuesta. El único remedio eficaz que las sociedades pre-modernas o pre-industriales aplicaron fue la cuarentena. Hoy estamos haciendo lo mismo, aislando a distintos segmentos de la sociedad para evitar que se generalicen los contagios. Si hemos tenido que recurrir a un remedio tan tosco y tan costoso económicamente es porque la actual pandemia es nueva, probablemente debida a un virus mutante, para el cual se no conoce aún remedio ni vacuna. Se está trabajando en ambas direcciones a marchas forzadas; se aplican ya algunos remedios parciales, que combaten los efectos del virus y aminoran los síntomas. Pero todavía distan mucho de ser completamente eficaces.
MH. Los períodos posteriores a las pandemias se suelen caracterizar por cambios y transformaciones sociales. ¿Qué nos dice la historia sobre la evolución de las sociedades que atravesaron una epidemia de esta magnitud?
GTC. Pues sí, un trastorno de tal magnitud acostumbra a poner en marcha procesos sociales desusados. La crisis del siglo XIV, provocada por la peste negra, trajo consigo guerras civiles, luchas y persecuciones raciales, pogroms, y trastornos graves, aunque también tuvo efectos positivos, porque, entre otras cosas, trajo consigo una mejora en el nivel de vida de los supervivientes, que se encontraban con casas y campos vacíos, herramientas, utensilios, vestidos, etc., que quedaba a su disposición por muerte de los anteriores propietarios. También al terror sucedía el hedonismo, el alivio, y deseo de disfrutar de la vida por parte de los supervivientes. En América se produjo una gran despoblación en el siglo XVI, consecuencia de las enfermedades que llevaron los europeos y contra las que los pueblos aborígenes no estaban inmunizados. Como la conquista europea tuvo lugar simultáneamente, es difícil separar los efectos demográficos de las epidemias de los de la conquista. En general, no ya las pandemias, sino los grandes trastornos sociales van acompañados de grandes cambios políticos y no siempre a mejor. La crisis de 1929 trajo consigo el triunfo del fascismo-nazismo, la guerra civil española (esto es discutible y discutido, pero a mí me parece muy verosímil) y la segunda guerra mundial, consecuencias políticas mucho más graves que las de la terrible epidemia de gripe de 1918-20, la mal llamada “gripe española”, cuyas consecuencias son difíciles de separar de las de la Gran Guerra. La mortandad causada por esta gripe fue enorme, mucho mayor que la que va a causar el Covid19, entre otras cosas porque no hemos tenido nada parecido a la Gran Guerra y, pese a la enorme movilidad actual, estamos mejor preparados para combatir pandemias hoy (medicinas, instalaciones médicas, número de facultativos, medios de comunicación, nivel de vida en una palabra). Y, sin embargo, la gripe de 1918-20 no tuvo consecuencias políticas muy graves. Fue la guerra la que trajo consigo grandes cambios políticos, no todos malos, como la generalización de la democracia.
MH. Aunque todavía es pronto para hacer una valoración, ¿cómo cree que abordarán los historiadores de las próximas generaciones los sucesos que hoy estamos viviendo?
GTC. Me es muy difícil responder a esto. Imagino que los abordarán como los historiadores de hoy abordan las historias de anteriores epidemias y pandemias.
MH. ¿Son las épocas de pandemia tiempos de revolución social y económica? ¿Puede que estemos hoy ante una oportunidad para transformar la economía española?
GTC. También creo haber respondido a la primera pregunta. Sobre la segunda le diría que no soy muy optimista. Por desgracia, los tiempos difíciles o “recios”, en terminología, creo recordar, de Santa Teresa, no estimulan las actitudes racionales del gran público, sino al contrario. Son las ocasiones para el triunfo del comunismo, el fascismo y el populismo. En España, desde la crisis de 2007 la política parece haber perdido el norte, los populismos y los separatismos se han apoderado de un terreno y han adquirido un poder considerables, y las transformaciones de la economía española no han sido como para felicitarnos: paro, déficit presupuestario, endeudamiento público que hoy está ya desbocado y que no sabemos cómo y cuándo saldaremos…