Historia de la moda en España
Ana Velasco Molpeceres

Todos nos hemos reído de la ropa que vestíamos en fotos antiguas. Nos llevamos las manos a la cabeza y exclamamos “¡qué pintas tenían!” cuando vemos algún videoclip musical de los años ochenta o setenta. Y cualquiera habrá oído decir a su madre “eso ya lo llevábamos nosotros cuando éramos jóvenes”. Pocos elementos visuales identifican más a un período del pasado que su forma de vestir: asociamos inmediatamente una toga a la Grecia o a la Roma clásicas, o unos jubones y unas mallas a la Edad Media.

La indumentaria que llevamos dice más de nosotros y de nuestro tiempo de lo que podamos imaginarnos. Tiene unas connotaciones económicas y sociales (a veces, incluso políticas, pues ponerse un tipo de vestimenta u otra podía tener un significado revolucionario) que trascienden con creces su finalidad inicial, la de resguardarnos del frío y cubrir nuestras vergüenzas. La evolución de la moda a lo largo de los siglos es un espejo de los cambios sociales y solía reflejar la pertenencia a un estamento determinado, actuando como indicador social.

Todas las sociedades han sido conscientes de este fenómeno y, especialmente, sus élites han sabido utilizarlo para ensalzar su condición social o enfatizar su poder. El lujo y la ostentación de los que han hecho gala reyes y nobles a lo largo de la historia no solo tiene un componente de vanidad individual, sino un propósito político muy definido. Hoy, el fenómeno se ha generalizado y los cambios en la moda se producen a una velocidad extrema (además de generar miles de millones de euros) y quienes antes contaban apenas con unos pocos trajes, en la actualidad tienen armarios repletos de ropa.

La profesora Ana Velasco Molpeceres se adentra en Historia de la moda en España. De la mantilla al bikini* en la evolución de la forma de vestir de los españoles y en las connotaciones sociales que estos cambios han tenido. El libro es una pequeña joya que se lee con facilidad y con gran interés. En apenas doscientas páginas descubrimos una historia poco conocida y aparentemente banal, pero de una relevancia incuestionable para conocer cómo era la sociedad española en distintos momentos de su pasado.

Así explica la autora su propósito: “En este libro emprenderemos un recorrido por las modas de España, su alcance y su difusión, así como por la influencia de la cultura española y sus estereotipos a nivel popular, y la tensión entre lo propio y lo extranjero a lo largo de la historia del país hasta hoy. El objetivo será estudiar las particularidades de las modas españolas, su influencia internacional y la evolución de los gustos. Para ello, vamos a remontarnos a las primeras noticias del traje y la moda y, desde ellas, trazaremos la historia del vestir en España, incidiendo en el peso tradicional y del devenir histórico en la paulatina conformación de sus tendencias”.

No siempre el estudio de la historia ha de abordar sucesos relevantes o enfrentamientos bélicos. Para conocer nuestro pasado se pueden analizar otros elementos, quizás menos épicos, pero no por ello menos interesantes. La historia de los componentes culturales o de otros factores no estrictamente políticos de las distintas civilizaciones está en boga. Por ejemplo, entre los libros que hemos reseñado en estos últimos años podemos encontrar una historia sobre las especies (léela aquí), sobre el mal (aquí), sobre el bandolerismo (aquí), sobre el silencio (aquí) o sobre el suicidio (aquí). La obra de Ana Velasco se incardina en este grupo de trabajos, que exploran campos menos conocidos para el gran público.

El libro sigue un esquema cronológico. Se inicia en los pueblos prerromanos de la península y concluye en nuestros días. A lo largo de ese viaje por el mundo de la moda y de los gustos asistimos a la transformación misma de la sociedad española. Ana Velasco combina con acierto las descripciones de la vestimenta típica de cada período con los cambios sociales que la explican. La preferencia por un tipo de traje u otro no siempre tiene una correlación exacta, pero ayuda a comprender ciertas tendencias. Por ejemplo, a principios del siglo XX, la preocupación por el atraso de España dio lugar a algunas iniciativas para brindar una imagen de modernización, con figuras como Cristóbal Balenciaga. Casos similares se muestran durante todo el trabajo, en cuyas páginas el diálogo entre el análisis de la ropa y la realidad del momento es constante.

Uno de los puntos a los que presta mayor atención la autora es la compleja relación entre la influencia extranjera y la innovación nacional. La moda, como el arte y las ideas, no se puede enjaular en unas fronteras predefinidas, pues tiene la “mala costumbre” de circular libremente. Ana Velasco explora este tránsito de tendencias y cómo se introducían o se rechazaban (no siempre de forma pacífica) los nuevos hábitos y se asentaban los gustos en cada sociedad. La autora muestra, por ejemplo, el enorme ascendente que ejerció la moda española en el continente europeo en determinados momentos (en especial en los siglos XVI y XVII). En sentido inverso, describe la influencia que otros países, con Francia a la cabeza, tuvieron en el desarrollo de la moda en el nuestro.

La obra huye de los estereotipos que han condicionado la imagen que tenemos sobre la vestimenta española en algún período concreto. Ana Velasco diferencia entre la imagen vertida y la realidad, entre lo que estaba generalizado y lo que era un fenómeno anecdótico. Aprecia también la disparidad entre los gustos y el estilo de las clases populares y de las clases altas, así como entre las ropas destinadas a hombres y mujeres. La aparición de una industria dedicada a esta actividad, que surge en el siglo XIX, y las consecuencias que tuvo en la transformación de los usos de la sociedad es otro de los temas que aborda.

Concluimos con estas palabras de la autora: “Conocer la moda de una sociedad, sus usos y costumbres, es imprescindible para entender qué sentían y quiénes eran las personas que vivieron tiempo atrás. También para comprendernos a nosotros, y a los demás. Porque vestir es definir una identidad, tanto individual como colectiva. La historia de la moda, de la indumentaria y los gustos en España no puede reducirse a lugares comunes y estereotipos: a gitanas, toreros, chulapas y chulos, a la camisa de Isabel la Católica, al negro inquisitorial de Felipe II, a Cristóbal Balenciaga o a Amancio Ortega y Zara. Sin embargo, el estudio de la moda y de los “modos” en la península ibérica nos permite adentrarnos en un complejo mundo que muestra la evolución de las mentalidades y explica en buena medida cómo hemos llegado a ser quienes somos”.

Ana Velasco Molpeceres, licenciada en Periodismo, graduada en Historia del Arte y en Geografía e Historia, se ha especializado en estudios sobre moda, cambio social, historia contemporánea y medios de comunicación. Entre sus obras destaca Moda y prensa femenina en la España del siglo XIX.

*Publicado por Libros de la Catarata, abril 2021.