La revolución imposible. Vida y muerte de Andreu Nin
Andreu Navarra

Hay personajes cuyas biografías trascienden de su contexto histórico y se convierten en símbolos. La fortuna les alza por encima del resto de los hombres y sus peripecias sirven para ilustrar toda una época. No es preciso que se trate de grandes leyendas, ni de conquistadores o de hombres de estado: son, más bien, figuras que jugaron un papel más o menos destacado, pero a quienes se recuerda décadas o siglos después de su muerte. Es bastante frecuente que su fama acabe por engullirlos y grupos interesados se apropien de ellos para adecuarlos a sus intereses. En un tiempo en el que todo se politiza y se convierte en munición ideológica, esos personajes suelen ser un instrumento recurrente al que acudir para apoyarse en ellos o para usarlos como arma arrojadiza.

Si hay una época en la historia de España que favorece la aparición de estos personajes (y su posterior manipulación), es el periodo comprendido entre la Segunda República y el final de la Guerra Civil. La polémica que casi cien años después siguen generando aquellos sucesos invita a erigir mitos. Uno de los más conocidos es Andrés Nin. Líder del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), conseller de Justicia de la Generalidad entre 1936 y 1937 y ejecutado a instancias de los soviéticos con la aquiescencia del Gobierno republicano, su legado ha sido utilizado tanto para atacar la política cainita de los partidos del Frente Popular durante la guerra como para catalogarlo de gran intelectual y prohombre de la izquierda revolucionaria. Su biografía “real” ha quedado, de este modo, difuminada y de su trayectoria vital solo parecer interesar aquellos aspectos que sirven para apoyar una u otra tendencia.

¿Quién fue realmente Andrés Nin? A esta pregunta intenta dar respuesta Andreu Navarra en La revolución imposible. Vida y muerte de Andreu Nin*. Su trabajo ahonda en la figura del pensador y revolucionario catalán al margen de toda disquisición partidista (algo que se agradece en estos tiempos). La obra lleva a cabo un recorrido fulgurante en torno a los principales hitos de la vida de Nin, buscando comprender las inquietudes, la personalidad y el pensamiento de un hombre que supo aferrarse a sus principios y luchó por lo que creía. La biografía no duda en enfrentarse a las cuestiones más controvertidas y peliagudas sobre Andrés Nin, pero no se circunscribe únicamente a ellas, ya que también presta gran atención a la faceta intelectual y personal del protagonista.

Como explica el autor en el prólogo del libro: “Andreu Nin destacó por su lucidez analítica, por la poderosa inteligencia de sus iniciativas y escritos historiográficos. Dotado de un estilo único, un tono severo y cortante, propio de un revolucionario, imaginó y proyectó construcciones políticas que habrían podido imprimir un giro importante en la historia de Europa. La de Nin, como la de Macià, parece una de esas vidas concentradas hacia los meses finales, y en cierto modo fue así: una trayectoria truncada cuando iba precisamente a empezar a dar sus frutos maduros. Pero esa realidad no puede (o no debería) conducirnos a mantener el espejismo: las décadas anteriores, sus largas etapas de formación, sus textos menos conocidos, algunos de los cuales se han perdido para siempre en boletines o gacetas políticas de papel efímero que no han llegado a nuestros días, tiene mucho específico en la evolución política y cultural de su tiempo. Sería un error continuar tratando como en un segundo plano su producción periodística y sus libros de comentarios de actualidad política. Poner el acento en esa producción u obra no suficientemente valorada ha sido uno de los empeños de esta biografía: corregir el desequilibrio entre la muerte y la vida de Nin, para insistir más en su vida que en su muerte, eso fue lo que nos propusimos”.

Nin fue una figura clave en la Cataluña del primer tercio del siglo XX. Aunque no tuvo un papel destacado en la toma de decisiones de aquella época (solo llegó a ocupar cargos de segundo orden en el organigrama público, salvo el de Conseller de Justicia), influyó en el ambiente político barcelonés gracias al partido que lideraba, el POUM, y a su inteligencia y espíritu práctico, así como a la admiración que despertaba tras haber vivido nueve años en la Unión Soviética. Pronto se convirtió en personaje incómodo para las autoridades republicanas y rusas, ya que siempre tuvo una actitud independiente y crítica que no tenía por qué coincidir con la versión oficial. No dudó en cuestionar algunas premisas y decisiones (lo que probablemente aceleró su ejecución) y siempre fue firme en su propósito de culminar la revolución en España e instaurar una dictadura de los trabajadores.

Estas facetas son abordadas por Andreu Navarra con cierta admiración, pero sin perder la objetividad. El autor narra la vida de Nin, desde su infancia hasta su asesinato, combinando la información de que disponemos sobre el pensador catalán con sus numerosas publicaciones y lo que otras figuras de la época dijeron de él. El resultado es un trabajo en el que pueden distinguirse tres grandes bloques (en realidad, esta división es nuestra, pues el libro consta de ocho capítulos) agrupados cronológicamente.

El primer bloque abarca desde el nacimiento de Nin hasta que cumple la treintena, momento en que se marcha a Moscú. En sus páginas asistimos a la formación intelectual de Nin, a sus primeros pasos en la capital catalana, al comienzo de su carrera periodística y a su paulatina integración en el movimiento obrero. También se analiza su compleja relación con el nacionalismo catalanista.

El segundo bloque comprende su estancia en Moscú, donde Nin permaneció entre 1921 y 1930. Fue testigo directo de la consolidación de la revolución bolchevique y de las luchas por hacerse por el poder, tras la muerte de Lenin. En esos años se forjó su ideario revolucionario, que luego trataría de trasladar a España. Su proyección internacional fue en ascenso, colaborando y formando parte de distintos organismos. También se analiza su faceta de traductor y escritor, que en aquellos momentos se acentuó a causa de la necesidad de obtener recursos económicos.

El último bloque abarca los últimos siete años de vida, quizás los más intensos. A su regreso a España se encuentra con un sistema político totalmente cambiado. La proclamación de la Segunda República abre una vía para lograr sus objetivos revolucionarios. Andreu Navarra examina la progresión que lleva a cabo Nin, convertido ya en actor de la política catalana, hasta fundar el POUM junto con Joaquín Maurín, así como la posterior desarticulación del partido y el ajusticiamiento de muchos de sus líderes. Son páginas en las que se pone de manifiesto la complicada relación entre la teoría y la puesta en práctica de las ideas. Nin siempre fue fiel a estas y sostuvo sus planteamientos marxistas y revolucionarios hasta el final, criticando incluso a Stalin y a la política soviética. Obviamente, en este bloque también se analiza con detalle el arresto y la ejecución de nuestro personaje.

Junto a la biografía de Nin, el libro retrata la vida política de la Barcelona de esa época y la caótica y convulsa lucha de poder entre las organizaciones y partidos de izquierda en España durante aquellos años. Sobre todo, pone el foco en la Guerra Civil, cuando, además de hacer frente la amenaza de las tropas de Franco, esas organizaciones y partidos tenían que afrontar sus propias disputas internas, bajo la presencia de agentes soviéticos.

Concluimos con esta reflexión del autor: “En cierto modo, la historia de Nin es triste, lo es incluso antes de que los asesinos soviéticos lo calumnien, lo detengan y secuestren y torturen y disparen contra él. Es la historia de un hombre que se quedó paulatinamente aislado, acompañado únicamente de los seguidores del POUM, que le mostraron su adhesión explícita cuando fue apartado de la cartera de Justicia en el Gobierno de la Generalitat. Esos hombres y mujeres, que ya no podían hacer casi nada, excepto camuflarse o escapar, eran lo único que se llevó a la fosa del descampado en el que, quizás, sigue actualmente enterrado. Pero, con todo, no es la historia de un perdedor, sino la de un ganador. La historia de alguien que se aferró a una ambición de cambio mundial que contrasta con sus orígenes modestos”.

Andreu Navarra (Barcelona, 1981) es escritor e historiador. Colabora asiduamente en diversos medios de la prensa escrita y es autor, entre otros títulos, de 1914. Aliadófilos y germanófilos en la cultura española (2014), El ateísmo. La aventura de pensar libremente en España (2016), El espejo blanco. Viajeros españoles en Rusia (2016), La escritura y el poder (2018), una completa y matizada biografía de Eugenio d’Ors (cuya reseña puedes leer aquí), y Devaluación continua (2019).

*Publicado por Tusquets Editores, septiembre 2021