Semblanzas catalanas
VV.AA.

El nacionalismo construye su discurso creando un pasado idealizado que busca legitimar el presente. A través de una serie de figuras, símbolos o sucesos cuidadosamente seleccionados (y no pocas veces adulterados) propicia un sentir nacional artificial que canalice sus reivindicaciones y aglutine a todos los ciudadanos. A la vez, busca crear un enemigo (interior o, normalmente, exterior) que cumpla el mismo objetivo: encauzar los odios y los miedos de la población y potenciar el sentimiento de unidad frente a un adversario que pone en peligro la identidad propia o el bienestar social. Ambos mecanismos tienen ramificaciones infinitas y cada “nacionalismo” aplica sus propias técnicas para embaucar a sus seguidores, pero al final casi todas sus acciones derivan de las dos que acabamos de comentar. La Historia, por tanto, se convierte en un instrumento indispensable para la consecución de sus designios.

En los últimos años, la deriva nacionalista de Cataluña es cada vez más evidente. La manipulación sistemática a la que se ven sometidos los catalanes alcanza un nivel extremo, orwelliano, cuando se trata de la educación y de la historia. Se miente sin tapujos y se tergiversa el pasado de forma escandalosa, muchas veces con la aquiescencia de quienes deberían poner coto a estos excesos. El proceso de ruptura e independencia ha llevado a muchos a inventar una realidad histórica en la que Cataluña y España apenas tienen relación, salvo cuando los españoles tratan de suprimir los fueros y la identidad catalana (nótese la ironía). Una y otra habrían transitado caminos separados que rara vez se entrecruzan, con lo que se refuerza la idea de que Cataluña ha existido de manera autónoma durante siglos. Una afirmación que no se sostiene ante el mero repaso de la historia de España.

Los profesores Ricardo García Cárcel y María Ángeles Pérez Samper han intentado desmontar estas falacias en Semblanzas catalanas. La Cataluña plural en la España global*, un interesante trabajo colectivo en el que intervienen distintos académicos. El libro nos da cuenta de un grupo heterogéneo de personajes catalanes que, sintiéndose españoles, tuvieron relevancia en la historia entre los siglos XVI y XXI. Un propósito similar se plasmó en otro libro que comentamos hace años, en el que participó uno de los autores que también escriben en este: Cataluña en España. Historia y mito (cuya reseña puedes aquí).

Como apuntan los editores en la presentación de la obra, “este libro, ante todo, pretende ahondar en los objetivos que nos trazamos en anteriores publicaciones. Se trata de combatir la visión fatalista que se viene haciendo desde planteamientos políticos sectarios respecto a la dialéctica de Cataluña en relación con el conjunto de España. Efectivamente, se ha venido reiterando el paradigma de una historia de Cataluña enfrentada estructuralmente, irreversiblemente, con una España asimilada a Castilla. Contra esta imagen, hemos sostenido y sostenemos que el presunto hecho diferencial histórico como fuente de conflicto pasado y presente se ha sobredimensionado hasta extremos que solo han servido a posiciones supremacistas y/o victimistas. La historia científica, no el discurso político ni el relato literario imaginario, pone en evidencia que las relaciones de Cataluña con el Estado han pasado por múltiples fluctuaciones, que, desde luego, nada tienen que ver con presuntas naturalezas identitarias diferentes y contrarias. Sin duda, el papel de Cataluña, tanto en el marco del pasado histórico español como en el presente, ha sido y es trascendental, con etapas de conflicto incuestionable, pero también con periodos de plena y absoluta simbiosis en todos los sentidos. Nos parece fundamental reiterar, pues, que no ha existido en el pasado ni existe en el presente un supuesto determinismo conflictivo en el que algunos creen, en la medida en que, al parecer, lo desean”.

La obra se refiere a treinta personajes de rasgos heterogéneos. Algunos son fácilmente identificables (Ernest Lluch o José Antonio Samaranch), otros apenas conocidos (Pau Ignasi de Dalmases y Ros o Gabriel Agustí Rius). Varios fueron políticos (Estanislao Figueras o Marcelino Domingo) y otros, escritores (Eugenio D’Ors o Carlos Ruiz Safón). Unos fueron acaudalados (Juan Pablo Canals o Eusebio Güell Bacigalupe) y otros pobres (Salvador Seguí); unos de izquierdas (Antonio Fabra i Ribas), otros de derechas (Francisco de Paula Rius i Taulet)… A pesar de la disparidad de sus biografías, todos ellos tienen un elemento en común: vivieron en primera persona acontecimientos cruciales de la historia de España y de Cataluña y participaron, de un modo u otro, en la vida política y cultural del momento. Aunque cada autor ofrece en su epígrafe una orientación académica propia y presenta a su protagonista de una forma distinta, el eje de todos los capítulos pertenece inalterado: mostrar la estrecha relación entre lo que sucedía en Cataluña y en el resto de España.

El libro otorga una gran importancia a elementos ajenos a la política. A pesar de que muchas de las biografías abordan figuras que se dedicaron a cuestiones de Estado, los autores se han esforzado por brindarnos, en sus respectivos capítulos, una imagen más completa (y compleja) de la sociedad catalana y española. De ahí que incidan en cuestiones económicas, artísticas y culturales, más allá de los debates políticos. Los personajes sirven como pretexto para mostrar la pluralidad social y erradicar los habituales blancos y negros, apostando por los grises. El propósito, una vez más, es claro: reinterpretar el papel jugado por Cataluña en la historia de España y desterrar la idea anacrónica de que esa región permaneció aislada y desinteresada de lo que acaecía en el resto de la Península; sobre todo, porque la treintena de hombres (y mujeres) son solo una pequeña muestra de un grupo infinitamente mayor.

Concluimos con esta reflexión de los editores en la presentación de la obra: “La historia, como la vida, es compleja. Este libro pretende insistir en esa complejidad en un momento de simplificaciones interesadas que reducen la vida y la historia a identidades y opciones únicas. A través de los variados ejemplos que aparecen en estas páginas, buscamos mostrar la riqueza de posibilidades de cada vida. Los catalanes protagonistas del libro entendieron y vivieron sus vidas en muchas dimensiones, fruto de las circunstancias de sus momentos históricos y de su propia voluntad. Las identidades y compromisos no son únicos ni incompatibles. Suman, nunca restan. Hay muchas maneras de ejercer la catalanidad, como hay muchas maneras de sentirse españoles. La pluralidad nos parece fundamental. Todo lo contrario que el reduccionismo identitario que ahoga y limita”.

*Publicado por Cátedra Ediciones, febrero 2022.