Nietzsche. Biografía de un pensamiento
Rüdiger Safranski

Pocos filósofos a lo largo de la historia han dejado sentir un eco tan grande con la sonoridad de su pensamiento, de sus ideas, de su vida. Si Aristóteles, Kant o Hegel construyeron catedrales de la razón humana, Nietzche sobresale en su labor de zapador. Él es el equivalente de Atila en el quién es quién de la filosofía; allí donde se posa el martillo de su nihilismo es difícil que algún día pueda volver a florecer la razón. Y eso lo sabemos los hijos del nuevo milenio. Ante nuestros ojos desfilan en orden marcial una concatenación de políticas, ideologías e “ismos” de toda clase y cualidad que beben los efluvios surgidos de su pensamiento.

Rüdiger Safranski, en su obra Nietzsche Biografía de un pensamiento*, llega a afirmar que este último es “en la actualidad […] el filósofo más leído del mundo”. Pero, paradójicamente, ser el más leído no equivale a ser el más conocido, y menos aún el más entendido. Y es ahí donde radica la necesidad de un libro como el que aquí se presenta, con el que Safranski traza el itinerario filosófico del genio alemán. Con ese estilo que le es tan propio, los contornos de la biografía de Nietzsche se van difuminando, a la par que se esboza el desarrollo de su pensamiento. Estamos, no hay que olvidarlo, ante una biografía del pensamiento, no de la vida.

Si bien la obra mantiene el nivel general de otros escritos de Safranski, cierto es también que quizá no alcanza las cimas ya ganadas en la biografía de Heidegger o en su recientemente reeditada historia del Romanticismo alemán (cuya reseña podéis leer aquí). No obstante, hay que admitir, en su defensa, que ahora el material biográfico y filosófico es seguramente más complejo y fragmentario. El pensamiento de Nietzsche es una ciclogénesis explosiva que todo lo arrasa a su paso. De ahí que el autor haya de acometer el intento de sistematizar lo ingobernable. Safranski se impone el reto de perfilar el nihilismo del filósofo alemán y el resultado es, una vez más, un trabajo de referencia.

El libro sigue un esquema similar al de otras biografías que Safranski ha dedicado a las luminarias del pensamiento germano (Goethe, Heidegger, Schiller, entre otros). El recorrido lineal, propio del género biográfico, pasa a estar directamente entrelazado con la evolución intelectual del biografiado. Así, los capítulos iniciales trazan los años de infancia, en los que afloran los primeros entresijos de una filosofía que removerá los cimientos de Occidente. El ritmo narrativo es rápido; a Safranski no le interesan tanto los datos como las experiencias vitales, los hechos, las sensaciones y las emociones que puedan servir como puntos de referencia para un mapa del pensamiento de Nietzsche.

A finales del segundo capítulo vemos ya a un Nietzsche que empieza a dar sus primeros pasos, oscilando entre la filosofía y la música, pasiones que siempre tendrá presentes durante su vida. Especial importancia revisten algunos pasajes, de sobra conocidos por el público en general, como su relación con Wagner, que se despliega hasta su desintegración. El gradual distanciamiento entre el compositor y el filósofo se produce de manera escalonada, a lo que contribuye la desviación entre el Wagner real y el Wagner imaginado, que experimenta Nietzsche en sucesivas visitas a Bayreuth. El compañero en el que tantas esperanzas fueron depositadas se torna finalmente en una de las decepciones mayores que Nietzsche experimentará durante su vida.

Humano, demasiado humano” constituye uno de los hilos conductores de otros tantos capítulos. El vitalismo impetuoso, que no concede cuartel a la tradición ni metafísica posible, pasa a ocupar gran parte del eje filosófico que disecciona Safranski. A él se une la importancia creciente de los dolores físicos y psicológicos, que empiezan a cobrar preeminencia en la vida del filósofo. El optimismo vital es utilizado directamente contra las propias ensoñaciones de Nietszche, atacando cualquier atisbo de autoengaño acerca de la realidad del mundo. El espíritu dionisiaco deja paso al estudio de la “negación lógica del mundo” que, para el filósofo, no es sino el resultado al que conduce la voluntad de verdad.

El arte dionisiaco y apolíneo, la superación de la moral del esclavo, el eterno retorno, los límites del lenguaje y de la verdad… son otros tantos temas abordados por Nietzsche a lo largo de su vida que desfilan por las páginas y capítulos de este libro. En las nevadas cumbres de Sils-Maria o en las vivencias con Lou Salomé tienen lugar los fogonazos y destellos, los razonamientos desrazonados y el martillo filosófico que tanta destrucción ocasionará.

Y como no podía ser de otra manera, la saga vital que describe Safranski culmina con un capítulo dedicado a las postrimerías del autor y a su legado cultural. Desfilan por sus páginas los personajes que ocuparán el ágora del pensamiento europeo durante el siglo XX: Thomas Mann como baluarte entre las ruinas de la cultura alemana y Scheler, Heidegger o Adorno como herederos de Zaratrusta.

Es difícil emitir un juicio de valor sobre el libro. Configurado más como ensayo filosófico que como biografía convencional, por muy salpicada que esté de datos biográficos, obliga a quien escriba una reseña a prevenir al lector frente a los riesgos que puede encontrar. No es este un texto fácil ni accesible para todos. Requiere tanto de una predisposición como de unos conocimientos previos, sin los que muchos de sus conceptos y referencias no podrá apreciar en todo su valor quien no haya dado algunos pasos, por pocos que sean, por el discurrir filosófico. Si bien la calidad de la obra es alta, quizás no alcance la frescura, la interrelación acabada de pensamiento y vida tan propia del estilo de Safranski.

Rüdiger Safranski nació en 1945, en el Land de Baden-Württemberg. Estudió filología alemana, filosofía, historia e historia del arte en Frankfurt y en la Universidad Libre de Berlín, doctorándose en esta última en 1976. Sus obras más conocidas tienen por tema la filosofía alemana y, concretamente, sus figuras más destacadas. Ha escrito biografías sobre Friedrich Schiller, E.T.A. Hoffmann, Arthur Schopenhauer, Martin Heidegger y Johann Wolfgang von Goethe. Personaje muy conocido en el ámbito cultural de su país, desde 2002 hasta 2012 fue presentador de un programa bimensual en la televisión alemana, en el que se abordaban temas de contenido filosófico y moral.

*Publicado por Tusquets Editores, febrero 2019.