Miguel de Cervantes: los años de Argel
Isabel Soler

Soldado, poeta, secretario, hombre de letras, manco, intendente de la Armada Invencible, marido, reo, moroso, genio… De las múltiples (y poco conocidas) facetas de Miguel de Cervantes, Isabel Soler se ocupa en Miguel de Cervantes: los años de Argel* de los cinco años que el autor de El Quijote pasó cautivo en los baños de la ciudad mora de Argel. Este episodio, ignorado por gran parte del público, es, sin embargo, uno de los hitos mejor “documentados” de la vida del escritor alcalaíno. Cuando fue finalmente liberado, hizo que un notario diese fe, tras interrogar a otros prisioneros, de su estancia en el puerto corsario a fin de acreditar su intachable comportamiento durante la reclusión. El resultado de las pesquisas del padre trinitario Juan Gil y del notario apostólico Pedro de Rivera fue el documento conocido como Información de Argel; un testimonio esclarecedor de esta fase de la vida de Cervantes que sirve a la profesora Soler para construir su breve, pero interesantísimo, relato.

Miguel de Cervantes se dirigía en 1575 a España (contaba por entonces 28 años) tras cumplir cuatro de servicio militar y participar en tres campañas, entre ellas la famosa batalla de Lepanto. Había recibido múltiples heridas que le dejaron el brazo inutilizado (lo de “manco” es un añadido posterior de la historia) y contaba con cartas de recomendación de ilustres personajes. Sin embargo, a la altura de la costa catalana, la galera en la que viajaba, la Sol, fue atacada por tres embarcaciones corsarias que terminaron por apresarla y conducirla a Argel. Cervantes pasará los próximos cinco años de su vida confinado en la ciudad berberisca. Las cartas de recomendación que portaba fueron su tabla de salvación, pero al mismo tiempo de su largo encarcelamiento. Sus captores creían haber prendido a un renombrado hidalgo español con cuyo rescate obtener un suculento botín, de ahí que le diesen un trato acorde con su “categoría” y le perdonasen en reiteradas ocasiones la vida. A cambio, exigían una desorbitada suma por su cabeza, inasequible para la familia del escritor.

El destino de Cervantes no era algo insólito en el Mediterráneo del siglo XVI. La captura y venta de cristianos era un pingüe negocio para los piratas de la época. Se cree que solo en la ciudad de Argel había veinticinco mil presos cristianos. Ahora bien, no todos vivían confinados en sus miserables celdas, muchos tenían libertad de movimiento y podían transitar por las calles de Argel e incluso trabajar. Eso sí, eran propiedad de su dueño, quien podía disponer de ellos a su antojo. La estancia de Miguel fue bastante agitada, con numerosos intentos de fuga, todos fallidos. Años más tarde, utilizaría su experiencia en las cárceles berberiscas como fuente de inspiración para algunos pasajes de sus escritos, por ejemplo, La Galatea, El trato de Argel, Los baños de Argel, El gallardo español, El amante liberal o La española inglesa.

¿Qué lleva a un cautivo como Miguel de Cervantes, soldado y castellano viejo, a elaborar la Información de Argel? No debemos olvidar el contexto y la época en la que nos hallamos. En la Monarquía Hispánica el honor lo era todo y acreditar un comportamiento noble y cristiano era esencial para prosperar; cualquier rumor, por muy infundado que fuera, podía conducir a una completa marginación. La vida en Argel no estaba exenta de “tentaciones” y en España circulan con profusión las historias de renegados que se dejan arrastrar a la pecaminosa vida del Islam. Así explica Isabel Soler la finalidad del pliego notarial: “Ese documento había de facilitarle el regreso a España y la incorporación a la postridentina sociedad peninsular; debía protegerlo, como a todos los rescatados, de muy probables imputaciones inquisitoriales, de apostasía, de herejía, de sodomía… y en su caso concreto, como se verá, debía salvaguardarlo de las investigaciones llevadas a cabo in situ por un fraile dominico también preso, Juan Blanco de Paz […] que se había esforzado en encontrarle ‘algún vicio notable o escándalo de su persona’”.

MIGUEL DE CERVANTES LOS AÑOS DE ARGELEl documento original está compuesto por veinticinco preguntas —posiblemente redactadas por el propio Miguel Cervantes y luego adaptadas al lenguaje jurídico— y las respuestas que a ellas dieron doce testigos durante los últimos días del cautiverio del escritor alcalaíno (desde el 10 al 22 de octubre de 1580). El lenguaje de las réplicas es un tanto tedioso y repetitivo, de ahí que Isabel Soler haya decidido aproximarse a la Información de Argel de una forma más amena y atractiva: transcribe las preguntas y sintetiza y ajusta las distintas respuestas, conformando, de este modo, un relato vivo y mucho más entretenido que el texto original —sin que en ningún caso se invente nada—. Con estas palabras explica la autora su proceder: “El propósito era ofrecer un relato polifónico, ágil, vivo, que, más que leerse, se pudiera escuchar y que, sobre todo, se alejase de la rigidez del documento formulístico original. El propósito era escuchar a Cervantes contar los años de Argel mientras otros le ayudan aquí y allá con explicaciones que él no puede dar porque no las sabe o porque quizá faltaría al pudor. La intención también era estorbar lo menos posible entre los enlaces de las voces y evitar cualquier tentación ponderativa sobre los hechos y sus narradores […]. La historia lo vale, ya lo verán”.

La obra de la profesora Soler encierra, en realidad, dos libros en uno. La primera parte, Topografía de un cautivo, hace de introducción, aunque bien podría ser un ensayo independiente. La autora, en apenas cincuenta páginas, contextualiza la Información de Argel, nos describe la vida en la ciudad magrebí del siglo XVI y su engranaje en la política mediterránea, nos explica los entresijos de la vida de Miguel de Cervantes antes de su cautiverio y relata las andanzas del escritor, una vez reo. No es posible comprender mucho de lo que acontece en la segunda parte de la obra sin estas páginas iniciales.

El segundo bloque lo integra la adaptación que Isabel Soler ha realizado del documento notarial, cuyo primer párrafo transcribimos a continuación. Invitamos al lector a que se adentre, con él, en uno de los episodios más singulares y determinantes de la vida del gran Miguel de Cervantes.

Miguel de Cervantes, natural de la Villa de Alcalá de Henares, en Castilla, y en el presente estante en este Argel, rescatado para ir en libertad, dice: que estando él ahora de camino hacia España desea y le importa hacer una información con testigos tanto de su cautiverio, vida y costumbres como de otras cosas tocantes a su persona para presentarla, si fuere menester, en consejo de Su Majestad y requerir le haga merced. Y porque en este Argel no hay persona ningún cristiano que imparta administración de justicia entre los cristianos, y haciendo Vuestra Paternidad, como hace en este Argel, la redención de cautivos por orden y mandado de Su Majestad, representa por tanto su persona, y por el mismo respecto, también a Su Santidad el Sumo Pontífice, que a veces tiene como delegados apostólicos a los redentores religiosos de su orden de la Santísima Trinidad. Por tanto, para que dicha información tenga vigor y autoridad, suplica a Vuestra Paternidad que sea servido interponer en ella su autoridad y mandar a Pedro de Rivera, escribano y notario público, el cual por mandado de Su Majestad usa este oficio en esta tierra de Argel hace muchos años entre cristianos, que tome testimonio que dicho Miguel de Cervantes presente sobre estos artículos, que con esta también presenta y recibirá merced

Isabel Soler (Barcelona, 1964) es profesora de literatura y cultura portuguesas en la Universidad de Barcelona y traductora, entre otros, de Jorge Amado, Manuel Rui y Vergílio Ferreira. Es también colaboradora de varias revistas literarias. Sus investigaciones y estudios sobre los viajes y las letras portuguesas del Renacimiento se han plasmado en obras como El nudo y la esfera (2003) y Los mares náufragos (2004), Derrota de Vasco de Gama. El primer viaje marítimo a la India (2011) y El sueño del rey. Viajes y mesianismo en el Renacimiento peninsular (obra que también hemos reseñado en Metahistoria. Su enlace aquí).

*Publicado por la editorial Acantilado, abril 2016.