Para los romanos, el Mediterráneo era, verdaderamente, el Mare Nostrum. No se puede comprender la aparición del Imperio romano sin estudiar lo acaecido en torno a las orillas de aquel mar. Allí tuvieron lugar alguna de las guerras (las Púnicas, por ejemplo) y de las batallas más famosas de la Antigüedad (Accio o Tapso, entre otras); además de ser el eje del comercio de Roma. Hay historiadores (el más conocido, Henri Pirenne) que sitúan el fin de las estructuras del Imperio en la pérdida del control del Mediterráneo, a mediados del siglo VII. A partir de ese momento, las comunicaciones se vuelven más inestables y peligrosas, sin que ninguna nación consiga imponer su jerarquía. Habrá que esperar hasta los siglos XVI y XVII para que un nuevo imperio, en este caso el español, logre cierta dominación sobre sus aguas. Sin llegar a ostentar un control tan hegemónico como el de los romanos, la Monarquía Hispánica hizo valer su condición de potencia de primer orden, sobre todo en la parte occidental del Mediterráneo.
No fue una empresa fácil y tampoco se puede decir que acabase en un triunfo incontestable. Grandes victorias, como la de Lepanto, iban precedidas de dolorosas derrotas, como la Jornada de Argel. La expansión aragonesa por las costas italianas durante el Medievo sentó las bases para que los Austrias se hiciesen señores del Mediterráneo Occidental al inicio de la Edad Moderna, aunque su preeminencia nunca fue completa y mucho menos pacífica. Los adversarios se encargaron de incomodar y hostigar constantemente las posesiones y las embarcaciones españolas. Ante la imposibilidad de defender todo en todo momento, saquearon ciudades y puertos y tomaron cautivos a sus habitantes, para venderlos posteriormente como esclavos o pedir rescate por ellos. La Monarquía Hispánica dedicó ingentes cantidades de recursos, tanto materiales como humanos, a defenderse y contrarrestar estos actos, pero ante tantos frentes abiertos no siempre le fue posible llevar a cabo este cometido.
Entre los enemigos del Imperio español en el Mediterráneo, uno destacaba sobre los demás: el Imperio Otomano. A pesar de la distancia que las separaba, los combates entre turcos e hispanos se prologaron durante décadas. Eran las dos principales potencias de la época y su antagonismo se trasladó en repetidas ocasiones al teatro naval. Este enfrentamiento es el que recoge Juan Carlos Losada en España contra el Imperio otomano. La lucha por el control del Mediterráneo desde el siglo XVI al XVIII*. Un ameno y minucioso trabajo que explora los conflictos trabados durante la Edad Moderna entre la Sublime Puerta y la Monarquía Hispánica.
Como explica el autor, “a lo largo de las siguientes páginas vamos a recorrer someramente, de modo cronológico, los enfrentamientos entre nuestro país y el Imperio otomano, incluyendo sus teóricos súbditos berberiscos, desde los inicios del siglo XVI, cuando España se conformó como estado moderno, hasta el siglo XVIII. Fueron contiendas de diversa entidad, que iban desde grandes batallas a choques pequeños pero constantes, de terrible desgaste económico y humano. Ciertamente, ninguna batalla, choque o enfrentamiento por sí solo fue determinante para cambiar o alterar el curso de la historia. Pero sí que ese reguero de enfrentamientos, que costó millones de vidas, esclavos, heridos, torturados, apresados… frenó el expansionismo otomano que, sin el protagonismo de España, sin duda habría alcanzado fronteras más lejanas. En su conjunto, la acción de España fue determinante para salvar al Mediterráneo occidental de una más que posible invasión en toda regla por parte de los turcos, una de las grandes potencias de la época. Sin esas contiendas que llevaron a frenar el expansionismo otomano, posiblemente la Europa actual sería bastante distinta a la que es hoy en día. Pero también, la existencia y consolidación del poderoso imperio de los turcos imposibilitó el sueño cristiano de recuperar Constantinopla y, no digamos, los Santos Lugares”.
La obra engloba aproximadamente trescientos años: desde la guerra contra el reino nazarí de Granada, iniciada por los Reyes Católicos a finales del siglo XV, hasta las últimas expediciones contras los piratas berberiscos, a finales del XVIII. No hay un punto de inicio y de final claros, pues no se trataba de una contienda declarada entre dos potencias definidas. Juan Carlos Losada describe una serie de conflictos de distinta envergadura entre España y el Imperio Otomano en cuanto tal, así como contra los piratas que asolaban el Mediterráneo desde sus refugios en el norte de África. Estos últimos no formaban parte per se de la Sublime Puerta, pero recibían protección, recursos y apoyo de Estambul, con quien, en ocasiones, actuaban de forma coordinada. Por esa razón, los acontecimientos relatados son muy heterogéneos: grandes batallas, como Lepanto o el asedio de Malta, se suceden junto a pequeñas escaramuzas apenas conocidas.
El libro pivota en torno a la actuación de la Monarquía Hispánica. Sus intentos por hacer frente a los estragos causados por las incursiones de los piratas la llevaron a adoptar distintas estrategias: unas tenían mayor alcance, como la conquista (intentada por Carlos V y en menor medida por Felipe II) de una serie de presidios en el norte de África, que requería un gran despliegue de efectivos y flota; otras eran menos ambiciosas, protagonizadas por pequeñas flotillas como las ideadas por Antonio Barceló. Por este motivo, parte de los epígrafes del libro se centran en los enfrentamientos acaecidos en el continente africano, donde los piratas tenían sus bases. Túnez, Argel, u Orán, entre otros enclaves, aparecen citadas reiteradas veces, ya que se ganaron y perdieron sucesivamente. Se trataba de una prolongada guerra de desgaste, que obligaba a una gran potencia a lidiar con un adversario escurridizo e imprevisible, con capacidad para atacar en cualquier punto sin previo aviso.
Al final, las dos potencias pretendían controlar y expandir sus áreas de influencia. Tanto la Monarquía Hispánica como el Imperio Otomano tenían otros frentes abiertos y buscaban alianzas estratégicas que debilitasen al adversario: Estambul con Francia (enemiga de los Habsburgo) y España con venecianos, griegos, persas y armenios. El Mediterráneo era una vía más de engrandecimiento, sobre todo para los turcos, y una ruta comercial de primer orden para los españoles. Tras la victoria cristiana en Lepanto, se llegó a un acuerdo (más bien tácito) que dejó en tablas la confrontación, sin que eso fuera óbice para que los piratas continuaran sus andanzas y acentuaran sus razzias en el siglo XVII. Poco a poco, sus ataques se fueron haciendo más esporádicos y acabarán por desaparecer entrado ya el XIX. De todo este proceso, con sus claroscuros, nos da cuenta Juan Carlos Losada en su obra.
Concluimos con esta reflexión del autor: “Sin las guerras contra los turcos, que representaban el brazo más potente del islam en la Edad Moderna, ni España, ni Europa, ni Turquía serían lo que hoy son. No solo desde el punto de vista militar y político, sino también desde el cultural. Porque, aparte de las guerras y conflictos, también hubo periodos de paz, de embajadas, de conversaciones, de intercambios comerciales y de transmisión cultural que discurrieron en ambas direcciones. El Mediterráneo y sus costas fue-ron campos de batalla y frontera. Pero en toda frontera hay, incluso en los peores momentos, comercio, intercambio cultural, mutuas influencias, personajes novelescos que cambiaban de bando, aventureros, espías, renegados, desertores, pícaros, delincuentes y supervivientes de todo tipo, esos «hombres de frontera» que han inspirado y nutrido la literatura, pero que fueron reales y trataron de medrar en ese mundo complejo y hostil”.
Juan Carlos Losada es doctor en Historia por la Universidad de Barcelona. Especialista en historia contemporánea de España y en historia militar general, ha publicado numerosos artículos y libros sobre estos temas. Es miembro fundador de la Asociación Española de Historia Militar y actualmente forma parte del equipo docente de un máster en la misma materia de la Universidad Jaume I. De entre sus obras hemos reseñado Historia de las guerras de España (que puedes leer aquí).
*Publicado por Esfera de los Libros, junio 2021.