Historia de las guerras de España
Juan Carlos Losada

La historia de la humanidad está plagada de guerras. Es más, no se concibe sin ellas. Desde los albores de la humanidad han sido una constante terrible, y casi todos los pueblos y naciones del mundo han sufrido muchos más años de conflicto y violencia, de guerras, sean civiles o contra otros estados, que disfrutado de períodos de paz. Detrás de ello no hay nada más y nada menos que la simple naturaleza humana violenta, el simple deseo de poder, de supervivencia, de emplear todos los recursos escasos en competencia con otros grupos humanos, aunque se envuelva convenientemente de presuntos motivos ideológicos como la religión, el nacionalismo, una pretendida superioridad de derechos territoriales, raciales, culturales, etc.”. Con estas sentidas y acertadas palabras comienza el libro de Juan Carlos Losada, Historia de las guerras de España*. Una obra enciclopédica que ahonda en la faceta más trágica de nuestro pasado (y presente), la guerra y sus consecuencias en el devenir de España.

Se han publicado incontables monografías sobre la historia militar de nuestro país, generalmente centradas en un conflicto o en una batalla singular, y rara vez encontrábamos trabajos que ofrezcan una visión de conjunto. La obra de Juan Carlos Losada cubre ese inexplicable vacío bibliográfico. El esfuerzo de documentación y preparación llevado a cabo por el autor ha debido de ser titánico. El resultado es un texto de más de mil páginas que recoge todos los conflictos en los que ha participado España, tanto internos como externos, desde la coronación de los Reyes Católicos hasta nuestros días, ya sean conocidas contiendas, como la Guerra de los Treinta Años o la Guerra Civil, u otras querellas tristemente olvidadas como la Guerra de Devolución (1667-1668) o la Guerra Chiquita (1879-1880).

Si el teórico militar prusiano Carl von Clausewitz advirtió en su famosa máxima que “La guerra es la continuación de la política por otros medios”, la obra de Juan Carlos Losada, en cierto modo, perpetua este principio y no se limita a relatar los pormenores de los conflictos analizados, pues también aborda el desarrollo político, económico y social de la nación española. Resulta imposible desligar el esfuerzo bélico del resto de los factores que condicionan la política interior. Toda guerra tiene una repercusión enorme en la sociedad, tanto en el aspecto económico -supone el desembolso de cuantiosas cantidades de las arcas públicas- como en el aspecto social. Al final quienes luchan, sufren y mueren en el campo de batalla son hombres, y quien padece sus estragos es el pueblo. Por lo tanto, Historia de las guerras de España no es sólo un libro más sobre la historia bélica española, sino un recorrido de nuestro pasado que utiliza la guerra como eje discursivo.

Así explica Juan Carlos Losada el objetivo de su trabajo: “Aquí tratamos de dar una historia general, global, total de la historia de España a través de sus conflictos armados, resaltando los aspectos más cruciales […]. Esta obra pretende lo mismo, ser una historia general de España, desde los Reyes Católicos hasta nuestros días, pero vista desde la óptica de las guerras que como nación hemos protagonizado y sufrido. Aspira a ser un relato resumido, pero total, de España utilizando simplemente, el hilo conductor de los conflictos armados y desde ellos, desde el análisis de sus causas, de su desarrollo y sus consecuencias, para acercarnos a la realidad compleja del país en cada momento”. A esta reflexión hemos de añadir el comentario que el catedrático de Historia Moderna, Ricardo García Cárcel realiza en el prólogo del libro: “su historia de las guerras de España es propiamente una historia de España escrita desde el paradigma de la guerra como factor explícito o implícito de nuestro devenir. El autor del libro rehúye en todo momento la épica triunfante de la historia militar más oficialista, sin entregarse al lloriqueo de la dramática de la guerra como maldición”.

Con sólo observar el índice de la obra podemos intuir el papel que España desempeñó en el mundo. Si en los siglos XVI y XVII, los ejércitos españoles estaban dispersos por todos los rincones del planeta y llevaban el peso de las contiendas, a medida que declina el Imperio las guerras se vuelven más esporádicas, más locales, y España termina por ser una pieza accesoria en los conflictos capitaneados por otras grandes potencias europeas. El siglo XIX es desolador: salvo pequeñas incursiones en África o América, los españoles nos desangramos en guerras intestinas y cainitas cuyo único logro fue el empobrecimiento generalizado de la sociedad. También sorprende ver cómo el sentimiento imperial, que se ha intentado proyectar a lo largo de toda la centuria pasada, casa mal con la visión aguerrida y heroica que predomina en la tradición bélica española y que prefiere las gestas de Numancia, Cartagena de Indias o Gerona a las brillantes victorias de Mühlberg o Breda; de ahí la visión romántica que se tiene de figuras como Viriato o de las guerrillas durante la Guerra de Independencia.

Uno de los aciertos de Juan Carlos Losada es evitar el dramatismo propio del género bélico. Muchos historiadores confieren a sus obras, según la ocasión, un aura de triunfalismo o patetismo que desvirtúa su carácter histórico y las acercan más a la historia novelada. Nos encontramos, por el contrario, con un sólido trabajo que huye de mitos y leyendas y se hunde en la realidad con espíritu crítico. Por supuesto, se podrá estar más o menos de acuerdo con alguna de las interpretaciones del autor, pero nadie negará su tenaz afán por ser lo más objetivo posible. Asimismo, rehúye cualquier prejuicio sobre el desarrollo de los conflictos que analiza, por muy consolidado que hoy esté, ya sea la inutilidad de algunos, la crueldad de otros o la brillantez de unos pocos. Losada prefiere contar su historia apoyado en fuentes e investigaciones especializadas. Prueba de esta “independencia de estilo” la hallamos en la importancia que otorga al soldado raso y sus penurias (“este estudio también lo hemos pretendido acometer desde el punto de vista humano y cotidiano de los verdaderos protagonistas de los conflictos”).

Comprimir el contenido de la obra en pocos párrafos es una tarea imposible, tal es la cantidad de información que aporta el libro de Juan Carlos Losada. No nos queda más alternativa que ofrecer algunas pinceladas, muy someras, sobre sus claves e invitar al lector a que vaya descubriendo poco a poco la riqueza de sus páginas. Un último consejo, no es un libro para ser leído de una tacada, sino para aproximarse a él con sosiego o usarlo como manual de referencia.

Los primeros capítulos están dedicados a la conformación del ejército moderno bajo los Reyes Católicos y a las guerras desencadenadas como consecuencia de la aparición del Imperio español. Según el autor, “Hay que diferenciar entre las expansiones y conquistas conscientemente buscadas y trabajadas, como serían las campañas contra los turcos y los piratas berberiscos en el Mediterráneo, y sobre todo de las que vinieron dadas fruto de una herencia maldita y envenenada con la figura de Carlos V, que resultó especialmente gravosa para la economía española y de terribles consecuencias para las condiciones de vida de la mayor parte de su población”. Felipe II continuó e incluso acentuó la política bélica española en aras de conservar la “reputación” de la Monarquía Hispánica y la defensa del cristianismo. Bajo ambos monarcas se logran las mayores gestas de nuestra historia a costa de un gran sufrimiento y de unos recursos insuficientes, que terminaron por lastrar y hundir al Imperio.

El siglo XVII está marcado por el inútil esfuerzo de mantener erguido un gigante con pies de barro. La mayoría de los conflictos en los que España participó fueron defensivos o reacciones contra un levantamiento interno. A duras penas se consiguió preservar las posesiones europeas, que se perderán finalmente tras la Guerra de Sucesión. Con el Tratado de Utrecht comienza una nueva fase para España, ya como potencia de segundo orden aunque sigue conservando sus colonias de ultramar. La nueva realidad también afectó a la esfera militar y, como afirma Juan Carlos Losada, “para poder llevar a cabo esta racionalización militar fue necesario que España dejara a un lado sus ansias de gloria pasada y aceptase su nueva condición de potencia secundaria. De esta manera, se renunció a desplegar en Europa una política agresiva y se replegó tras los Pirineos, rehusando competir por territorios europeos, salvo concretas excepciones por recuperar el control de zonas de Italia, Menorca y Gibraltar. Ello le reportó un mayor período de paz o, al menos, el hecho de que las guerras en que se vio envuelta estuvieran relacionadas con los intereses coloniales de ultramar, lo que supuso unos conflictos más limitados, racionales y acordes con las reales capacidades económicas y demográficas del país”.

A pesar de los avances alcanzados bajo las luces de la Ilustración, España llegó al siglo XIX en una posición muy retrasada respecto a sus vecinos europeos. Los acontecimientos que marcaron la centuria (pérdida del imperio colonial, crisis económicas periódicas e inestabilidad interna) agravaron aún más esta situación. En el plano militar “las guerras en que se vio envuelta España en el siglo XIX tuvieron unas características específicas. Ante todo, fueron guerras civiles en las que se reflejó en enfrentamiento entre dos modelos de España, antagónicos en lo económico, político e ideológico […]. En el plano internacional los conflictos militares que sostuvo España fueron relativamente pocos, fruto de una España en absoluto repliegue sobre sus fronteras peninsulares, en contraste con la mayor parte de estados europeos, en plena carrera imperialista y colonial”.

El lento declinar que se había iniciado en el siglo XVII concluyó abruptamente con el desastre de 1898, última estocada al Imperio español. Comenzaba una nueva centuria marcada por la inestabilidad durante las tres primeras décadas, la proclamación de la República, los terribles estragos de la Guerra Civil y la instauración de la dictadura franquista. Perdida América, África pasó a ser el principal foco de atención militar durante este período. El ejército español estuvo sujeto a una gran presión y llevó a cabo una actuación irregular en tierras marroquíes, con sonados fracasos y costosas victorias. El resentimiento de muchos oficiales hacia los políticos, a quienes culpaban de sus apuros, fue una de las causas que motivó que en 1936 se produjese el golpe de Estado y el inicio de la Guerra Civil, a la que Juan Carlos Losada dedica cien páginas.

El libro concluye con una aproximación al estado del ejército bajo la tutela de Franco y a la llegada de democracia y su repercusión en el ámbito castrense. La finalidad y el concepto de las fuerzas armadas se han transformado radicalmente en los últimos cuarenta años. La guerra ha pasado a ser un elemento extraño y mal visto por la sociedad y la fuerza militar se considera por muchos como una rémora del pasado cuya misión hoy es ambigua y sería preciso “jubilar”.

Finalizamos con la reflexión que Juan Carlos Losada realiza en la introducción de la obra: “Como humanidad, somos hijos de las guerras, de millones de muertos inocentes, de crímenes horribles y vejaciones en masa, de los que nuestros antepasados han sido partícipes como víctimas o verdugos. Pero hay que estudiarlas y comprenderlas; primero para entender nuestro pasado y presente, y luego, repudiándolas, para tratar de evitarlas en el futuro. Hoy en día España, Europa y buena parte de las naciones de mundo han adquirido un nivel de bienestar general nunca antes conocido, por muchas miserias que aún existan. También es previsible, si antes no hay ningún cataclismo ecológico o nuclear, que la situación general del planeta y sus habitantes siga mejorando lentamente.

Por ello no podemos dejar de plantearnos una gran pregunta que, aunque irresoluble, está ahí siempre presente: ¿se podría haber llegado al estado relativo de bienestar general del que hoy gozamos sin necesidad del terrible coste de estas guerras, o ha sido un peaje lamentablemente necesario que la humanidad ha tenido que pagar para alcanzarlo?”.

Juan Carlos Losada es doctor en Historia Contemporánea y premio extraordinario por la Universidad de Barcelona. Es colaborador habitual de revistas especializadas y miembro de la Asociación Española de Historia Militar. Ha publicado, entre otras obras, Ideología de ejército franquista, Batallas decisivas de la historia de España, San Quintín, Los generales de Flandes o De la honda a los drones. La guerra como motor de la historia.

*Publicado por la editorial Pasado&Presente, noviembre 2015.