CATEDRA - VIVES Y MORO

Vives y Moro. La amistad en tiempos difíciles
Enrique García Hernán

Existe la creencia generalizada que España es tierra de soldados, conquistadores, pícaros y orgullosos hidalgos, pero no de científicos o sabios. Hubo quien criticaba a España con la capciosa pregunta de qué había aportado al pensamiento europeo. Parte de la culpa de esta singular “leyenda negra” la tenemos nosotros mismos, a veces muy dados a ridiculizar la inteligencia y a ensalzar la argucia y el atajo. No somos propensos a honrar a nuestros ilustres prohombres ni contamos con un Panteón, como los franceses, en el que enterrar y rememorar a aquellos que han brillado por encima de la mediocridad. A muchos de ellos, además, los hemos humillado en vida, o ridiculizado en la plaza pública. Que así hayamos actuado durante siglos no implica que no contemos con personalidades extraordinarias, cuya influencia y sabiduría no quedan a la zaga de los grandes nombres de la historia de la cultura occidental. Por referirnos solo a la época moderna, Baltasar Gracián, Alfonso de Valdés, Francisco Suárez, Antonio de Nebrija, Domingo de Soto, Francisco de Vitoria…, además de nuestra pléyade de grandes escritores, fueron algunos de estos hombres de ingenio cuyo legado haríamos bien en recuperar.

Entre esas personalidades sobresale Juan Luis Vives (Valencia, 1492- Brujas, 1540). Valenciano, descendiente de una familia de judíos conversos, estudiante de la Universidad de la Sorbona y profesor en el Corpus Christi College de Oxford, fue autor de numerosas obras teológicas y filosóficas y trabó amistad con insignes figuras, como Erasmo de Rotterdam y sir Tomás Moro. Testigo de la ruptura de Europa, provocada por la Reforma, gozó en su tiempo de un gran renombre y fue reconocido como uno de los humanistas más influyentes. Hoy, tristemente, ha sido casi olvidado por la historiografía española y por el gran público.

El profesor Enrique García Hernán recupera su biografía y su relación con Tomás Moro para elaborar una obra excepcional, Vives y Moro. La amistad en tiempos difíciles*, que va más allá de la vida de estos dos grandes hombres para adentrarse en una Europa convulsa, desgarrada por la Reforma y por el anglicanismo, que ve cómo se consolida el poderío español en el continente y cómo el del Papa comienza a desmoronarse.

Así describe el autor el propósito de su obra: “Este libro es un careo entre estos dos grandes hombres sobre cómo apuraron hasta el último aliento de sus vidas y cómo concibieron sus escritos. Mi deseo es presentarte aquí su paso por el mundo en toda su profundidad. […] No pretendo confundirte diciendo que el autor es su obra, porque no es verdad, no lo creo; el autor es mucho más de lo que encierra su pensamiento escrito, su vida es más grande. Lo que puedo ofrecerte en este libro es una cosmovisión del siglo del humanismo y de la reforma, tanto católica como protestante, y sobre todo un modo distinto de entender el contexto de un siglo y de su generación. Lo hago de la mano de dos protagonistas que podían haber sido protestantes dirigentes, pero murieron del lado católico en un alambicado proceso de autocomprensión y máxima tensión en una especie de transición interior, pasando primero del escolasticismo al humanismo y después ofreciendo respuestas a las incomprensiones que Martín Lutero les puso delante de los ojos”.

Si en los párrafos anteriores describíamos sucintamente la vida de Juan Luis Vives, ahora nos detendremos en la del otro protagonista: Tomás Moro (Londres, 1478 -1535), cuyo legado es considerablemente mejor conocido que el de valenciano, incluso en España. Hijo de un prestigioso abogado londinense, estudió en la Universidad de Oxford y accedió a la Corte inglesa en calidad de jurista. Fue abriéndose paso, gracias a su inteligencia y a sus habilidades sociales, hasta ocupar cargos importantes bajo el reinado de Enrique VIII: embajador en los Países Bajos, miembro del Privy Council, portavoz de la Cámara de los Comunes y Lord Chancellor. Se opuso firmemente a la doctrina de Lutero, pero su rechazo al divorcio entre Enrique VIII y Catalina de Aragón le distanció del monarca, quien acabó ordenando su encarcelamiento y posterior ejecución en 1535. Autor de un considerable repertorio bibliográfico, su obra más conocida es la famosa Utopía.

Ambas figuras podrían ser objeto (de hecho, lo han sido) de biografías paralelas, pero el libro de Enrique García, que no se limita a comparar sus vidas, es más ambicioso y su trabajo admite distintos niveles de lectura, entremezclados y superpuestos a lo largo de la narración. El resultado es una obra sumamente interesante que nos descubre un escenario, político y religioso, a la vez fascinante y turbulento, en el que tanto Vives como Moro jugaron papeles muy destacados.

VIVES Y MORO - RETRATO FAMILIA TOMAS MORO

La primera lectura corresponde a la amistad que trabaron nuestros dos protagonistas a lo largo de sus vidas. Se trata de la parte más biográfica del relato, pues el autor realiza un recorrido de sus respectivas trayectorias. García Hernán destaca cómo se conocieron y cómo llegaron a hacerse buenos amigos. La importancia que, en sus escritos, ambos atribuyeron a la amistad revela el apego que sentían el uno hacia el otro. En el trasfondo de esa relación, construida epistolarmente (aunque fueron numerosas las veces que coincidieron en persona), emerge otra figura de talla internacional que hará de nexo entre el inglés y el valenciano: Erasmo de Rotterdam, amigo de ambos, al que podemos clasificar como el tercer protagonista de la obra. Con estas palabras lo explica el propio historiador: “Pretendo recrear, gracias al milagro de la historia, el mundo de los amigos de Erasmo, sirviéndome para ello principalmente del propio Erasmo, que me brinda la oportunidad, no como un erasmista de los de ayer, sino de los de hoy, de apropiarme, como hizo él, de la amistad de Vives y Moro sin resentimiento ni envidia alguna, porque ya en este nuevo tiempo histórico conocemos lo que pasó, el trágico final de sus vidas, que acabaron en el olvido del español, en muerte del inglés y en rechazo del holandés”.

El segundo nivel de lectura, que se erige sobre la vida de los tres autores citados, nos desvela una Europa sorprendentemente interconectada (y culta), en la que las ideas y las doctrinas viajan de una nación a otra, sin fronteras ni obstáculos geográficos. Podemos hablar, sin exageración, de una cultura común europea, cuyos máximos exponentes fueron precisamente Erasmo, Vives y Moro. En el libro de Enrique García, junto a los grandes pensadores de su época, se estudian los debates filosóficos, morales y religiosos que se produjeron en estos años y se muestran los canales de comunicación y los centros de enseñanzas más destacados del continente. En este nivel, el autor nos desvela el espíritu cultural que predominó en Europa durante la primera mitad del siglo XVI, cuando la corriente humanística, iniciada en la centuria anterior, alcanzó su punto álgido.

La tercera y última lectura es la más “política” de las tres. Tanto Moro como Vives, además de hombres de letras, fueron activos participantes en el escenario político del continente, especialmente Moro. Enrique García utiliza a sus dos protagonistas para explicar el estado en que se hallaban las relaciones entre las diversas potencias europeas. Concretamente, se centra en dos sucesos capitales: por un lado, la Reforma auspiciada por Lutero, que fragmentó la civilización occidental y desencadenó un agrio debate religioso, resquebrajando amistades y dividiendo el pensamiento europeo: entre los damnificados se halló Erasmo a quien se le aplicó un cierto ostracismo, incluso por parte de sus amigos. Y, por otro lado, el divorcio de Enrique VIII y Catalina de Aragón (eje central del libro) enturbió las ya de por sí complicadas relaciones entre España e Inglaterra y añadió una nueva variable al enrevesado tablero de ajedrez europeo en aquella época (“Hay un momento crucial de esta historia que hace cambiar todo, y que considero tan importante o incluso más que los artículos luteranos. Me refiero al divorcio de Enrique y Catalina”).

Enrique García Hernán sintetiza, en el extenso primer párrafo del epílogo de la obra, la esencia de su investigación, haciendo una reflexión que trasciende de lo puramente histórico: “En estas páginas he intentado aprisionar el alma del mundo que Juan Luis Vives y Tomás Moro contemplaron en tiempos difíciles como los suyos. Ahora haré un balance de su amistad y de lo que hoy significa. Un acercamiento a sus personas implica necesariamente penetrar en la Europa de los humanistas, en donde, al dar comienzo a las divisiones por la escisión religiosa, asistimos al nacimiento de las naciones-Estado, con las consiguientes contradicciones e incomprensiones. Una pléyade de grandes hombres y mujeres, en gran medida de resultas de un idioma y de una cultura comunes, propugnaron el entendimiento, la paz, la prosperidad, la educación, en suma, la concordia entre los pueblos de una nueva Europa, precisamente cuando esta agonizaba y se abría al Nuevo Mundo. Fue como si la misma Europa muriera de sobreparto, con una neonata Europa huérfana de valores expuesta a la división política y religiosa. Es verdad que resulta imposible encerrar a dos grandes pensadores, hombres de talento que escribían no tanto para su época concreta cuanto para la humanidad, porque eran humanistas, con un mirar siempre hacia el futuro y con vocación de perennidad. […] Soy consciente de que he hecho una aproximación a ellos y he intentado asentar algunos valores fijos para hacerme humanista con ellos, más consciente gracias a ellos de nuestra peregrinación por este mundo, sabedor de que todos, ellos y nosotros, somos peregrinos, cada uno en su época. El contexto de esta amistad han sido las relaciones hispano-inglesas, pero también lo inmaterial que les rodeó a ellos”.

Enrique García Hernán es historiador de la cultura de la Edad Moderna, doctor por la Universidad Complutense de Madrid y por la Universidad Gregoriana de Roma. Profesor de Investigación en el Instituto de Historia del CSIC, académico correspondiente de la Real Academia de Historia, vocal de la Comisión Española de Historia Militar y académico de la Academia Ambrosiana de Milán. Ha escrito más de una veintena de libros sobre historia militar, política y religiosa. Sus investigaciones se centran en la historia de la Compañía de Jesús. Entre sus obras se encuentran: Ignacio de Loyola (2013); Ireland and Spain in the Reign of Philip II (2009); Consejero de Ambos Mundos. Vida y obra de Juan de Solózarno Pereira (2007).

*Publicado por Cátedra Ediciones, octubre 2016.