A principios de 1744, cuando España estaba inmersa en la Guerra del Asiento, también conocida como la Guerra de la Oreja de Jenkins, tuvo lugar en las aguas de la Costa Azul francesa un enfrentamiento naval que hoy pocos recuerdan. Se trata de la conocida como batalla de Tolón o del cabo Sicié, en la que una flota de doce barcos españoles comandada por el almirante Juan José Navarro (bajo la despreocupada mirada de la Armada gala, en teoría aliada suya) hizo frente a treinta y dos buques ingleses. Tras la refriega, ninguno de los contendientes sufrió pérdidas significativas, ni el equilibrio de poder en el Mediterráneo se vio drásticamente alterado. A diferencia de lo que ocurrirá medio siglo más tarde en Trafalgar, no hubo, al menos en apariencia, un claro vencedor ¿Cuál es entonces la importancia de esta batalla? La obra de Víctor San Juan, Tolón 1744. Batalla tras resurgir de las cenizas*, estudia las claves del choque anglo-
Que el Imperio español fue un Imperio naval es algo que ya hemos defendido en anteriores ocasiones. Que conocemos mal nuestra historia resulta evidente cuando leemos periódicos o hablamos con amigos: existe una preocupante ignorancia acerca de nuestro pasado marino y, más allá de algunas gestas como Lepanto o la Armada Invencible, poco sabemos sobre la importancia que el mar ha jugado en la conformación de España. Aunque en los últimos meses hemos reseñado varias obras sobre historia naval (generalmente historia militar) y han surgido varias iniciativas que tratan de recuperar nuestro legado marítimo, la tónica general sigue siendo la atonía y la indiferencia. De ahí la importancia de obras como la de Víctor San Juan, que intentan aunar el estudio científico con la divulgación histórica, para atraer a un público al que necesitamos recordar quién es y quién fue.
Mientras que el siglo XVI estuvo marcado por la hegemonía española en el Atlántico y en el Mediterráneo, a medida que nos adentramos en el siglo XVII la situación se invierte y fueron los ingleses y los holandeses quienes se hicieron con el dominio de los mares. Los últimos años de ese siglo acabaron con las aspiraciones españoles de mantener su estatus de primera potencia mundial. El reinado de Carlos II fue tan sólo un interludio antes de que Francia y el Imperio se repartiesen las posesiones europeas españolas. La Guerra de Sucesión, no obstante, llevó al poder a Felipe V, nuestro primer borbón, quien, a pesar de su comportamiento inestable, acometió importantes reformas. La Marina fue uno de los campos que más atención atrajo y la construcción de una nueva flota se convirtió en tarea prioritaria. En pocos años se logró fletar un apreciable número de barcos que, si bien no fueron suficientes para recuperar la anterior preminencia naval, pudieron hacer frente a la imponente Royal Navy.
La batalla de Tolón, como afirma Víctor San Juan, culmina el «resurgir de las cenizas esperanzador» de la Marina española, que tras la derrota de Vigo en 1702 entraba en «un largo y oscuro período de guerra, aprendizaje y reflexión«. La batalla entre las escuadras de Juan José Navarro y Thomas Mathews es utilizada por el autor como base para explicar las transformaciones que se producen a lo largo del siglo XVIII en la Armada española.
Víctor San Juan inicia su relato con las guerras anglo-
Tras este largo capítulo introductorio (ocupa las tres cuartas partes del libro) nos situamos en los días previos a la batalla de Tolón. Dejaremos al lector que descubra lo que sucede a continuación, pero transcribimos las preguntas que Víctor San Juan se plantea en su obra, como ejes sobre los que girará la narración del enfrentamiento: «[…] por qué actuó el almirante francés como lo hizo, por qué se pelearon los británicos entre ellos, y, sobre todo, si en Tolón y en Trafalgar (60 años después) los barcos españoles fueron rodeados y cañoneados del mismo modo durante varias horas por sus enemigos, ¿cómo explicar que en Trafalgar se rindieran o se hundieran a las pocas horas mientras que en Tolón –con excepción del Poder-
Como afirma Alejandro Klecker en el prólogo de la obra, no suele ser habitual que los historiadores de combates navales se pongan de acuerdo en establecer quién fue el vencedor o cuáles fueron las consecuencias del enfrentamiento. La batalla de Tolón es una buena prueba de este fenómeno. Ingleses, franceses y españoles (aunque de estos últimos pocos la han estudiado) discrepan prácticamente de todo lo que rodea a lo acaecido en las aguas de la Costa Azul. Víctor San Juan rompe con esta tradición y ofrece su opinión sin reparos.
Tolón 1744. Batalla tras resurgir de las cenizas tiene un claro enfoque divulgativo, dirigido a un público no especializado (aunque los expertos no harán mal en repasar sus páginas) y está escrito con pasión. Es posible que en algunas de sus páginas haya un exceso de adjetivos y no siempre se guarde el acostumbrado estilo neutro que caracteriza a estas obras. Pero, en todo caso, es un interesante trabajo histórico que nos da la oportunidad de descubrir una de las batallas menos conocidas de nuestra longeva historia naval y comprender la evolución que sufrió nuestra flota durante el siglo XVIII.
Víctor M. San Juan Sánchez (Madrid, 1963), hizo estudios de Ingeniero Técnico de Obras Públicas en la Universidad Politécnica de Madrid. Ha publicado diez obras, en las que combina las novelas históricas con el ensayo de investigación de temas marítimos. Ha ganado dos veces el premio Nostromo de Literatura Naútica, en 2001 con Pequeño Escota y en 2011 con Indiamen. Con ocasión del Bicentenario de la Batalla de Trafalgar (2005) recibió la Medalla de la Fundación Letras de la Mar por el estudio Trafalgar, Tres Armadas en Combate. También destacan sus obras La Batalla Naval de Las Dunas, Piratas de Todos los Tiempos, Viejo Roble y La Carrera del Té.
*Publicado por Navalmil Ediciones, junio 2014.