CATEDRA - TOLERANCIA Y CONVIVENCIA

Tolerancia y convivencia en la España de los Austrias
Trevor J. Dadson

Fuera del ámbito académico, no se puede decir que la sociedad española haya prestado demasiada atención al cuarto centenario de la expulsión de los moriscos (1609/1614), decretada por Felipe III en condiciones y por motivos sobre los que aún reina la polémica.

El hispanista Trevor J. Dadson, que, en el año 2007, había publicado Los moriscos de Villarubia de los Ojos (siglos XV-XVIII). Historia de una minoría asimilada, expulsada y reintegrada, actualiza ahora su contenido para ofrecernos Tolerancia y convivencia en la España de los Austrias. Cristianos y Moriscos en el Campo de Calatrava*.

Dadson, en la introducción de su obra, destaca que los estudios moriscos se han convertido en “un foco de investigación para los que se interesan en las minorías de Europa de la temprana Edad moderna, en particular con relación a temas tan relevantes de nuestra época como la limpieza étnica, la intolerancia racial y religiosa, el multiculturalismo y el lugar de las minorías en una cultura mayoritaria dominante”. Es una reflexión certera, aunque el paralelismo deba ser obviamente matizado, cuando hoy mismo vuelven a surgir voces que ponen en duda el “asimilacionismo” que las sociedades occidentales han dispensado a ciertas minorías (salafistas) que no demuestran, antes al contrario, interés alguno por integrarse.

El interés del autor por el tema objeto del libro se debe al descubrimiento casual, en el archivo de la Casa Ducal de Híjar, de un mazo de papeles relativos a los moriscos del pueblo de Villarrubia de los Ojos, perteneciente al señorío de Don Diego de Silva y Mendoza, Conde de Salinas. Contrastada con la del Archivo General de Simancas y con los documentos de la Inquisición en el Archivo Histórico Nacional, esa documentación, abundante y minuciosa a la par, le ha permitido investigar lo acaecido en aquel pueblo, así como en las Cinco Villas, para inferir de ella conclusiones extrapolables al resto de la Península.

Así, por ejemplo, la conducta de la población de Villarrubia de los Ojos, de los nobles y de algunos eclesiásticos de aquella zona de Castilla la Nueva, que proporcionaron defensa y cobijo o protección a los moriscos, le da pie a sostener que la oposición contra los bandos de expulsión (y contra la diligente actuación del Conde de Salazar, encargado real de llevarla a cabo) fue más acusada de lo que tradicionalmente se ha admitido.

La expulsión se produjo en un contexto internacional no favorable para sus destinatarios. La Monarquía Hispánica llevaba más de un siglo luchando, por tierra y por mar, contra el Imperio otomano, que en el Mediterráneo encadenaba una conquista tras otra. Por su pertenencia a la Casa de Habsburgo, estaba inevitablemente involucrada en la guerra contra el turco, en el curso de la que Solimán el Magnífico había derrotado a Luis II de Hungría y Bohemia (cuñado de carlos V) en la batalla de Mohacs (1526) y había cercado Viena (1529).

TOLERANCIA Y CONVIVENCIA - EXPULSION MORISCOS VALENCIA

El aumento de la actividad turca en la década de 1560 (toma de Malta en 1565) tuvo como consecuencia la adopción de medidas drásticas en Granada, que propiciaron la segunda rebelión de las Alpujarras (1568/1570). Precisamente de Granada llegarían a Castilla la Nueva, en esa década de 1570, miles de moriscos granadinos, no siempre bien recibidos por los moriscos antiguos que, habiendo conseguido un estatus próximo al de los cristianos viejos, trataban de marcar distancias con los recién llegados, aún sospechosos de connivencia con el Islam

En estas condiciones, el temor a la quinta columna estaba presente en la costa oriental y meridional española, a escasa distancia del norte de África. De hecho, la idea de expulsar a los moriscos había sido ya estudiada por Felipe II, que, sin embargo, no llegó a adoptarla, bien por su incidencia económica y militar en el orden interno, bien por los escrúpulos derivados de que muchos de ellos ya habían sido bautizados en la fe cristiana. Su hijo, Felipe III, no tendría esos mismos reparos cuando decretó la expulsión.

El libro de Trevor Dadson no sigue un orden cronológico, sino temático. En primer lugar, aborda el escenario previo a la expulsión, lo que incluye el papel de la Inquisición en el campo de Calatrava (capítulo I) y los aspectos sociales y culturales – el nivel de alfabetismo, la educación y la movilidad social- de esta minoría (capítulo II). Sus relaciones con la justicia se describen en el capítulo III, a partir del relato de un incidente casi trivial. En este mismo sentido, al estudiar, en el capítulo IV, la familia Herrador (“De hereje a presbítero”) se describe el proceso de consolidación social de varias generaciones de moriscos.

A partir del capítulo V el relato se centra propiamente en los decretos de expulsión. Dadson examina el uso, por parte del gobierno, de la propaganda para justificar aquella medida (subraya, como ya hiciera John Elliot, que su anuncio, el día 6 de abril de 1609, coincidiera con el de la firma de la tregua de los doce años con los holandeses), así como el escepticismo e incluso la hostilidad con que fue acogida por ciertos sectores de la sociedad, a cuyos intereses perjudicaba.

Precisamente al análisis de la oposición se dedica el capítulo VI, quizás el más significativo en la tesis del autor, con la que trata de desmentir el consenso (aparente) o el silencio de otros trabajos historiográficos sobre la expulsión. Polémica es también la cuestión de cuántos moriscos lograron permanecer (capítulo VII) o regresar, tras ser expulsados. Los pleitos ulteriores por recobrar sus posesiones (capítulos VIII y IX) demostrarían que su situación mejoró, hasta hacerles sentirse con fuerza para reivindicar sus bienes de quienes, en no pocos casos nobles, se los habían incautado. Los capítulos finales (X y XII) exponen hasta qué punto los que quedaron (o volvieron) seguían siendo ocasionalmente inquietados por la Inquisición o conseguían integrarse, asimilándose en sus pautas de conductas, ya de modo definitivo, a los cristianos viejos.

Trevor Dadson hace, preferentemente, un ejercicio, si se puede utilizar esta expresión, de microhistoria. Las diversas partes de su libro, aun mostrando unidad temática, proceden en buena parte de trabajos monográficos anteriores, o de investigaciones centradas en cuestiones muy locales.

TOLERANCIA Y CONVIVENCIA - EXPULSION MORISCOS CUADRO

Sin embargo, no se trata de una investigación de alcance meramente parroquial: la historia de los moriscos de Villarrubia de los Ojos le lleva a exponer un escenario en el que conviven en armonía, sin excesivos problemas ni fricciones (de ahí el título de la obra Tolerancia y convivencia), cristianos viejos con moriscos, antes y después de los decretos de expulsión. Y, cuando se trata de enmarcar la expulsión y sus efectos dentro del contexto, el autor no duda en hacerlo, acudiendo tanto a su propio parecer como al de otros historiadores, con los que coincide o de los que discrepa (la bibliografía en castellano se halla en las páginas finales de la obra).

Ahora bien, el enfoque de Dadson no dejó en su momento (y es de esperar que ahora suceda igual) de originar controversia. Para otros historiadores, lo sucedido en las Cinco Villas no sería sino una anécdota de connotaciones positivas, en medio de un episodio de signo abiertamente contrario. Frente a los moriscos de aquella zona que no se fueron o que, expulsados, volvieron a ella, se encontrarían la gran mayoría de los que se vieron abocados a dejar España. Algo similar sucedería con la conducta de los cristianos viejos, que no habrían mostrados excesivos reparos en prescindir de una minoría no siempre integrada.

Como es lógico, el juicio definitivo sobre esta controversia no ha sido aún pronunciado, y cada generación de historiadores habrá de hacerlo. En todo caso, el valor innegable de la obra de Dadson es que no recorre los caminos ya trillados, sino que desciende a pie de obra para describir, sin prejuicios ni tomas de posturas previas, un caso específico de lo sucedido realmente en un determinado territorio. Si de ese caso se pueden extraer conclusiones generales, corresponde al lector decidirlo.

Trevor J. Dadson (1947) es catedrático de Estudios Hispánicos de la Queen Mary University of London y autor de numerosos libros y artículos sobre literatura, crítica textual e historia sociocultural del Siglo de Oro. Entre sus publicaciones destacan la edición de las Obras completas de Gabriel Bocángel y Unzueta (2001); Los moriscos de Villarrubia de los Ojos (siglos XV-XVIII) Historia de una minoría asimilada, expulsada y reintegrada (2007; 2.ª edición, 2015); Historia de la impresión de las Rimas de Lupercio y Bartolomé Leonardo de Argensola (2010); Diego de Silva y Mendoza. Poeta y político en la corte de Felipe III (2011); y (con Helen Reed) Epistolario e historia documental de Ana de Mendoza y de la Cerda, princesa de Éboli (2013). En 2008 fue elegido «Fellow of the British Academy».

*Publicado por Ediciones Cátedra (Historia, Serie Mayor), abril 2017.