TURNER - SOBRE EL CAMBIO Y LOS LIMITES DE LA EVOLUCION

Un pie en el río. Sobre el cambio y los límites de la evolución
Felipe Fernández-Armesto

¿Qué hace al hombre ser cómo es? Generación tras generación hemos intentado comprender el extravagante papel que jugamos en el mundo. La frontera entre ciencia y religión se vuelve, cuando hablamos de estos temas, muy difusa. Numerosas teorías científicas (entre ellas el darwinismo, la memética o la sociobiología) han tratado de explicar, rara vez con éxito y con unanimidad de crítica, los pormenores de un proceso extraordinario que ha llevado al género homo a evolucionar durante milenios hasta colonizar el planeta. La religión, por su parte, acude a Dios para justificar la aparición del hombre y se apoya en la fe para desvelar los misterios que rodean su existencia. Al final, ni unos ni otros han sido capaces de articular una hipótesis satisfactoria y aunque los debates se suceden año tras año, quedan muchas incógnitas por resolver.

Hay libros singulares cuyo enfoque sorprende, tal es la originalidad de sus planteamientos y lo atrevido de sus conclusiones. En un sobrecargado mundo editorial, en el que se publican más y más libros —la mayoría de los cuales apenas leerá un puñado de lectores—, se agradecen trabajos tan sugestivos como el que ha escrito el profesor Felipe Fernández-Armesto Un pie en el río. Sobre el cambio y los límites de la evolución*. El título, peculiar donde los haya, nos arroja algo de luz sobre el contenido ulterior de la obra: un fascinante viaje por la historia de la humanidad a través de conceptos tan esenciales como “cultura”, “evolución” o “cambio”. El autor explora los significados y las preguntas que llevan acechando al hombre desde sus inicios. ¿Por qué existen diferentes culturas? ¿Por qué nos parecemos y distinguimos tanto del resto de los animales? ¿Qué es y hacia dónde nos conduce la evolución? ¿Hay límites para la evolución humana? ¿Podrán ciertos animales asemejarse a los hombres en un futuro?

Para dar respuesta a estos interrogantes (o, al menos, intentarlo) Fernández-Armesto acude a la antropología, a la biología, a la genética, a la sociología, a la zoología, a la etnología y, por supuesto, a la historia. Su erudición es apabullante y su extraordinaria capacidad de análisis, así como su facilidad para relacionar conceptos dispares, le permite saltar de una disciplina a otra, dibujando un retrato complejo y absorbente sobre el hombre y su lugar en el mundo. En palabras del propio autor, “El propósito de este libro es ofrecer una nueva respuesta a la que quizá sea […] la propiedad más asombrosa de los seres humanos: por qué nos comportamos como lo hacemos”. Como se podrán imaginar, no es tarea sencilla, pues estamos hablando de uno de los grandes enigmas del ser humano.

LIMITES DE LA EVOLUCION - HOMBRE DE VITRUBIO¿Hasta qué punto somos diferentes de los primeros cazadores-recolectores que habitaron la Tierra hace millones de años? ¿Cuánto hemos cambiado desde el neolítico hasta la era digital? Si en apenas cuatro párrafos casi hemos hecho más preguntas que afirmaciones, se debe a que la obra de Fernández-Armesto nos invita exactamente a eso, a cuestionarnos todo, a hurgar en las nociones básicas de la existencia y a replantearlas desde nuevos enfoques y perspectivas. El “cambio” para el profesor de la universidad de Notre Dame surge de la imaginación, del intercambio de ideas, de la comunicación y del azar; olvídense, por tanto, de la providencia, el destino, el progreso o la genética. Así lo explica el autor: “Sí intento, sin embargo, ofrecer una nueva manera de explicar cómo y por qué cambian las culturas […] Mi explicación defiende (y debo admitir que probablemente, aunque no de manera consciente, esté diseñada para ello) la causa de la libertad. Nuestra manera de vivir depende de nosotros, no está codificada en nuestros genes o cualquier unidad análoga, ni implícita en la evolución ni determinada por el entorno”.

Fernández-Armesto recorre, en un primer momento, la historia en busca de aquellos pensadores o científicos que se atrevieron a lidiar con las mismas inquietudes que él aborda en su investigación. Entre los primeros emergen las figuras de Heráclito, San Agustín o Henri Bergson; los segundos contribuyen al debate con un listado mucho más extenso: Charles Darwin, Margaret Mead, Robin Dunbar, Franz Boas, Lester Ward, Robert Lowie o Edward Wilson (por citar solo algunos de los numerosos nombres que aparecen en la obra). Casi todos divergen al explicar las causas del cambio cultural y de la evolución del hombre. Fernández-Armesto utiliza esta disparidad de opiniones para profundizar en los motivos que han impedido a los expertos alcanzar una respuesta consensuada.

Una vez finalizado el paseo por la historia, el autor empieza a desarrollar su tesis. A lo largo de cuatro capítulos nos va desmenuzando sus proposiciones, resumidas, al inicio de la obra, de este modo: “Mediante la comparación de las culturas humanas con las de otras criaturas, especialmente nuestros primates más cercanos, propongo, en primer lugar, que la cultura es un producto asociado a las facultades de la memoria y de la anticipación que se han desarrollado en algunas especies; en segundo lugar, que esas facultades predisponen al cambio en las culturas; en tercer lugar, que la facultad de anticipación de los humanos está excepcionalmente desarrollada y contribuye a que sean tan imaginativos; en cuarto lugar, que los seres humanos son las más volubles de las criaturas culturales porque en su caso las características propias de la memoria y la imaginación los hacen fértiles en ideas (lo que yo entiendo como maneras de re-imaginar el mundo); en quinto lugar, que las ideas son motores principales del cambio en culturas humanas; y en último lugar, que el ritmo del cambio depende del acceso mutuo a esas ideas: cuanto más se intercambian las ideas, más ideas nuevas aparecen… y aumenta en consecuencia la inestabilidad cultural”.

LIMITES DE LA EVOLUCION - CUEVA DE ALTAMIRAUno de los presupuestos más interesantes que plantea Felipe Fernández-Armesto consiste en atribuir a ciertos animales una forma de cultura (no tan discordante y compleja como la del ser humano, pero cultura, al fin y al cabo), así como la posibilidad de que esos mismos animales (especialmente los chimpancés) alcancen un grado de imaginación cercano o similar al del hombre, lo que les permitiría desarrollar en un futuro las mismas actividades que nosotros. Algunos de los experimentos realizados con simios, ratas o delfines, descritos en el libro, son realmente sorprendentes. Por cierto, siguiendo el estilo de obras divulgativas anglosajonas (el conocido como storytelling), las autorreferencias son muy abundantes y hay varias anécdotas relacionadas con las experiencias del autor.

Fernández-Armesto no se limita a explorar el pasado. También se ocupa del presente y especialmente del futuro. La crítica que hace del mundo que nos ha tocado vivir es demoledora. Su gran temor es que estemos creando una sociedad donde la pluralidad y la diversidad estén desapareciendo, sustituidas por una homogeneidad cultural que terminará, si llega a implantarse definitivamente, destruyéndonos (“Ahora bien, si alguna vez llegamos a un mundo realmente globalizado en el que todos compartamos una misma cultura, habremos retrocedido a una forma de aislamiento que ninguno de nuestros antepasados experimentó jamás”). Que nadie se llame a engaño, no estamos ante un libro anti-globalización, en absoluto. Fernández-Armesto únicamente expone los riesgos de caer en la tentación de crear una sociedad uniforme, en la que el intercambio de ideas, propio de culturas diferentes, se desvanezca, condenándonos a un mundo sin cambios.

El lector español no está acostumbrado a ensayos de estas características y probablemente cuando comience a leer esta obra se sienta algo desconcertado. No es frecuente encontrar libros tan heterogéneos, cuyo campo de estudio sea tan vasto y en el que se entremezclen tantas disciplinas. Superada la sorpresa inicial, el trabajo de Fernández-Armesto nos enfrenta a nuestra propia naturaleza e intenta que reflexionemos sobre qué supone ser un ser humano. Estemos de acuerdo o no con las conclusiones del autor, lo importante es que hagamos un ejercicio crítico sobre la condición humana y sobre el futuro que nos aguarda.

Felipe Fernández-Armesto (Londres, 1950) estudió Historia en la universidad de Oxford, de la que fue profesor durante casi veinte años; posteriormente lo ha sido en el Queen Mary College, la universidad de Boston y en Notre Dame, además de colaborar con otras. Siempre partiendo desde la historia, su interés por una multitud de temas ha dado origen a una amplia obra, entre las que destaca Los conquistadores del horizonte: una historia global de la exploración (2006), ganadora del World History Association Prize.

*Publicado por la editorial Turner, mayo 2016.