RENACIMIENTO - SCHULTEN - SERTORIO

Sertorio
Adolf Schulten

Durante el último siglo antes de Cristo se produce en Roma el tránsito definitivo de la República al Imperio. Estos convulsos años están marcados por conspiraciones, guerras civiles o «revoluciones» sociales y, a pesar de todo, continúa el engrandecimiento de Roma y su consolidación como potencia hegemónica en el Mediterráneo.

Fue en este período cuando emergieron algunos de los grandes nombres de la historia romana, los hermanos Graco, Pompeyo, Sila, Mario, Julio César, Catón o Cicerón por citar sólo a algunos de ellos. El Senado, baluarte de la virtus romana, se vio desbordado por su propia gloria y opulencia. La aristocracia, los optimates, dueños y señores de los designios de Roma hasta entonces, tienen que hacer frente a una nueva clase social, los populares, que exigen sus mismos derechos. Las intrigas políticas darán paso a verdaderas guerras civiles que culminarán con la llegada de Augusto al poder tras derrotar a Marco Antonio en la batalla de Accio, verdadero punto final de una de las épocas más fascinantes de la historia.

Tras la muerte de Cayo Graco la inestabilidad social se adueña de Roma. La oligarquía senatorial retoma el poder y trata de arrumbar las reformas acometidas por los Gracos. Sin embargo, la aparición de Mario, encumbrado tras vencer en la guerra de Yugurta, vuelve a llevar al poder a los populares. Una desastrosa gestión política hizo que fracase su programa político. El estallido de la guerra entre Roma y sus aliados itálicos, que casi conlleva la aniquilación de la ciudad, fue el preludio de la dictadura de Sila, quien, tras unas desavenencias con Mario, entró en Roma con su ejército y anuló los poderes de los tribunos de la plebe y la capacidad de decisión de las asambleas populares. A partir de entonces, rara vez se volvió a respetar el orden constitucional. Sila tuvo que marchar a Oriente para enfrentarse a Mitríades, circunstancia que aprovecharon Cinna y Mario para tomar Roma e instaurar un régimen del terror, que sólo concluyó con el regreso de Sila y su victoria en la batalla de Porta Colina, tras una breve pero intensa guerra civil. La represión de Sila hizo huir a todos los lugartenientes de Mario y Cinna.

Entre todos estos personajes destaca Sertorio, que con los restos de sus legiones se refugia en Hispania, provincia que ha de abandonar acosado por los ejércitos que Sila envía para detenerle. Tras dar tumbos por la costa africana, los lusitanos le pedirán que encabece su revuelta. Desembarca en las playas onubenses e iniciará lo que se han denominado las «guerras sertorianas».

CICERON CATALINAEl historiador alemán Adolf Schulten dedicó todo un monográfico a Sertorio* que ahora ha sido rescatado por la editorial Renacimiento. Schulten procede de la escuela alemana «clásica», en la que la filología, la historia y la arqueología se entremezclan. Fue alumno de Mommsen y Wilamowitz-Möllendorff y un gran especialista en la historia antigua ibérica. Todas estas cualidades quedan reflejadas en la obra que ahora reseñamos.

Lo primero que se ha de decir sobre Sertorio es que estamos ante un libro biográfico. Aun siendo obvio este apunte, es preciso dejar claro que todo él gira en torno al protagonista. Podemos encontrar algún comentario sobre la guerra de Yugurta, sobre la guerra entre Mario y Sila o sobre la dictadura de este último, hechos más o menos coetáneos de Sertorio, pero todos ellos constituyen un aspecto secundario de la obra, abordados de forma tangencial. Schulten se centra exclusivamente en la vida de Sertorio y más especialmente en su enfrentamiento contra Metelo y Pompeyo.

Quizás los otros dos únicos protagonistas de la obra sean la propia península y los pueblos íberos y lusitanos, a quienes Schulten da un tratamiento especial y acaba dotando de una identidad propia. Son numerosas las descripciones que aparecen sobre sus costumbres y sobre sus formas de vida y también son continuas las referencias a su pasado común y a sus técnicas militares.

Las principales fuentes a las que acude Schulten son las obras de Salustio y de Plutarco. Destaca la importancia que Sertorio tuvo en la vida política romana, hasta el punto de que Plutarco escribió una biografía sobre él, algo poco habitual en la historiografía romana y sobre la que Schulten se apoya para construir su obra. El tratamiento psicológico que ambos historiadores hacen sobre sus personajes se ve reflejado en la obra del historiador alemán, quien en repetidas ocasiones se aparta de la narración de los hechos para centrarse en la personalidad de Sertorio o en sus estados de ánimo. De este modo descubrimos las dos caras del protagonista, sus cualidades como estratega y político y como hombre. Es cierto que algunas veces Schulten se deja llevar por la exageración (propia de algunos biógrafos) o adulación y retrata a su personaje como uno de los grandes prohombres de la historia romana, equiparable a Aníbal o a Julio César. Lo que no desmerece, sin embargo, el gran trabajo objetivo que hay detrás del libro.

Las guerras sertorianas han sido narradas durante mucho tiempo como una rebelión más de un líder de la causa populista, semejante a la imagen que aún hoy perdura de los Gracos o de Catilina. Schulten busca transformar esta interpretación. En primer lugar, le considera precursor de César y llega a afirmar que será quien señale el camino que años más tarde tomará aquél desde la Galia. En segundo lugar, acrecienta la influencia que ejerció sobre Roma, ciudad que –afirma- vivió atemorizada de un posible avance de las huestes iberas de Sertorio por tierras itálicas. Por último, le describe como el primero de los generales que utilizó una provincia romana como base para expandir su poder y dirigirse a la capital (ejemplo que más adelante se convertirá en una práctica habitual). El prestigio que llegó a adquirir entre los celtiberos y los lusitanos provoca que también sea retratado como Viriato y se le considere impulsor de la independencia de los pueblos de la Península.

MOSAICO ROMANODejando a un lado las cuestiones estrictamente biográficas, destacan dos elementos de la narración de Schulten: su capacidad para la descripción de la geografía y su minuciosidad y objetividad para contar las batallas. Schulten, quien pasó largos períodos en España, es buen conocedor de la geografía y toponimia peninsulares. Las descripciones que hace de los campos de batalla y de los territorios que atraviesan ambos ejércitos son muy ajustadas y ricas en detalles. También sobresale su capacidad de análisis de las estrategias seguidas por los líderes militares. Dado que gran parte del libro aborda la lucha entre íberos y romanos esta cualidad se hace indispensable para entender cómo evoluciona la suerte de Sertorio.

Debemos, en fin, llamar la atención en este punto sobre un cierto «favoritismo» del autor. Sertorio es visto en todo momento como un estratega sobresaliente cuyas victorias le son atribuidas a él en exclusiva, mientras que las derrotas se deben a sus subalternos; Pompeyo sería su antítesis y, aunque victorioso, prima su incompetencia. Echamos de menos alguna matización en este esquema dual, pues sin duda no todo pudo quedar resumido en una confrontación de blancos y negros puros.

La estructura de la obra es muy sencilla y está organizada cronológicamente. Se inicia con el nacimiento de Sertorio y finaliza con su muerte. Los tres últimos capítulos están dedicados a su figura como caudillo militar y como hombre de estado y a su personalidad. Al texto original se añade un ilustrador prólogo del profesor Francisco Socas y un apéndice, igualmente interesante, de Felipe Mateu y Llopis sobre «Los tesoros monetarios de la época sertoriana«.

A modo de conclusión diremos que Sertorio es un libro que merece ser leído. Estamos ante un personaje muy destacado de la historia de Roma, cuyas acciones tuvieron en vilo a toda la República. Una República que vivía sus últimos años de vida asfixiada por las guerras intestinas y amenazada por los grandes hombres de armas que buscaban acceder al poder sin atender a la legitimidad del sistema político tradicional. Un período convulso que se encuentra detrás de las gestas llevadas a cabo por Sertorio en la Península Ibérica.

Adolf Schulten (1870-1960) historiador, filólogo y arqueólogo alemán. Doctor en Geología por la Universidad de Bonn, hizo excavaciones en Italia, África y Grecia, para centrar más tarde su investigación en España. De su producción sobresale la monumental Fontes Hispaniae Antiquae, obra de referencia que recoge en doce volúmenes textos antiguos y altomedievales de Hispania, y que no pudo ver terminada en vida. Merecen destacarse: Numancia, Los cántabros y su lucha contra Roma, Hispania (Geografía, Etnología e Historia) y Tartessos.

*Publicado por la editorial Renacimiento, septiembre de 2013.