CLARAMUNT - HRM - ROCROI TERCIOS

Rocroi y la pérdida del Rosellón
Alex Claramunt y Tomás San Clemente

En la década de 1640 el Imperio español se desmoronó, aunque no llegó a hundirse del todo como generalmente se afirma. Son ya varios los libros que hemos reseñado en Metahistoria sobre este período y todos coinciden en mostrar una imagen de la monarquía hispánica exhausta militar y económicamente, ahogada por las deudas, rota por las divisiones internas (que acabarán por desembocar en rebeliones de distinta importancia) y desbordaba por los numerosos frentes abiertos en toda Europa. Aunque el prestigio y la fuerza de los Tercios permitieron sostener durante treinta años un despiadado enfrentamiento contra las potencias protestantes, la entrada de Francia en la guerra a partir de 1635 decantó la balanza a favor del enemigo y condujo a la derrota del mayor imperio europeo, cuyo poder (y posesiones territoriales) fue menguando hasta que en el Tratado de Utrecht quedó reflejada su caída.

La obra de Alex Claramunt Soto y Tomás San Clemente de Mingo, Rocroi y la pérdida del Rosellón. Ocaso y Gloria de los Tercios*, evidencia la complicada situación que atravesaba la monarquía hispánica durante los primeros años de la década de los cuarenta del siglo XVII. Lo hace mediante el análisis de una de las batallas más decisivas que tuvo lugar entre Francia y España, la de Rocroi (1643). El libro, a caballo entre la historia general y la historia militar, es un trabajo sencillo y ameno que tiene por objetivo estudiar las campañas en el Rosellón entre 1641 y 1642, sin olvidar el marco más amplio en el que se encuadraron, esto es, la lucha generalizada en Europa entre las Provincias Unidas, Francia y sus aliados contra los Habsburgo.

CUADRO DUQUE DE EINGHEMLos tres primeros capítulos abordan el contexto en que se produjo la disputa entre españoles y franceses. Los autores exponen concisamente la historia de ambas naciones durante los siglos XVI y XVII, junto a una breve explicación de la revuelta catalana. Nos describen el estado en que se encontraban los dos reinos y los motivos que llevaron a sus dirigentes, en concreto al cardenal Richelieu, a comenzar una guerra que rompería el precario equilibrio de poderes vigente en la Europa del siglo XVII. Estos capítulos son los más «históricos», en el sentido tradicional del término, y su interés radica en prepararnos (y explicarnos) para lo que vendrá a continuación.

El capítulo Ejércitos enfrentados analiza las características de los ejércitos españoles y franceses. Conoceremos el sistema de tercios, su organización, su composición y los rasgos más destacados de unas unidades que, como afirman los autores, «[…] fueron los depositarios de las apetencias de la monarquía; una maquina bélica bien engrasada que, aunque sufrió derrotas, casi siempre consiguió sobreponerse a tal contrariedad, prosiguiendo e imponiendo su hegemonía en el campo de batalla«. Gran parte del poderío español durante este período se debe a la profesionalización y capacidad de sus ejércitos. En cuanto al ejército francés se trataba, en opinión de los autores, de «un ejército típico del Antiguo Régimen, un ejército permanente y profesional formado por hombres de nacionalidades muy diversas, si bien comparado con el español era, en este sentido, mucho más homogéneo […] En 1635, el de Francia era un ejército diseñado para la guerra de asedios, con poca caballería y un cuerpo de artillería independiente«.

Los tres capítulos siguientes abordan las campañas llevadas a cabo en el Rosellón (recordemos que en aquella época este territorio pertenecía a la Corona española), que comienzan con la entrada del ejército francés al mando de Condé, el 2 de junio de 1641, en tierras catalanas y culminan con la conquista de Perpiñán un año más tarde. Los autores describen los combates que se produjeron en el norte de Francia entre 1642 y 1643 y detallan las distintas operaciones entabladas durante estos años, mostrándonos un teatro bélico complejo en el que franceses y españoles se disputan pequeños enclaves para afianzar sus posiciones y bloquear al rival.

La campaña de 1641 giró en torno al sitio de Perpiñan, tras la toma de la plaza fuerte de Elna por parte de Condé. Durante el siglo XVII los asedios eran las acciones más habituales durante la guerra y la campaña del Rosellón no fue una excepción. Salvo alguna escaramuza asilada, la gran mayoría de enfrentamientos entre ambos bandos tuvieron su origen en acciones subordinadas a los asedios (expediciones de socorro o de abastecimiento, generalmente).

BATALLA DE ROCROIEn 1642 Luis XIII se puso al frente de un poderoso ejército y se dirigió a Cataluña. Los españoles, desprevenidos, trataron de responder con el envío de un ejército de socorro. El capítulo «La conquista francesa del Rosellón» repasa las estrategias adoptadas por los contendientes y el desarrollo de las operaciones en los primeros meses de aquel año. La posición francesa se consolidó (toma de Colliure y victoria en las cercanías de Montmeló), mientras que los españoles veían cómo sus esfuerzos por mantener Perpiñán se frustraban. La única alegría fue el desembarco de un convoy de víveres en Rosas, tras una batalla marítima de tres días. Al final todo esfuerzo fue inútil y Perpiñán se rindió por inanición el 29 de agosto.

Durante el verano de 1642 y en un escenario completamente distinto, el norte de Francia, los españoles pudieron contrarrestar los fracasos sufridos en el Rosellón y aliviar la presión sobre Cataluña. El capítulo «Melo en la campaña de 1642» detalla las victorias de los Tercios en Lens, La Basée y Honnencourt, que vienen a desmontar las creencias que daban por acabado al ejército español durante la década de 1640.

Finalmente, el último capítulo del libro está dedicado por entero, y de manera exclusiva, a la batalla de Rocroi. Los autores nos explican la disposición táctica de los ejércitos, las negligentes decisiones de Francisco de Melo durante la lucha, el desarrollo de la contienda y el triste resultado para los Tercios.

Tomás San Clemente de Mingo es licenciado en Historia por la Universidad de Granada y autor de varios artículos en la revista Historia Rei Militaris , así como del libro La batalla de Kinsale. Álex Claramunt Soto es graduado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona y coautor del ebook Cuadernos de Historia Militar I.

*Publicado por HRM Ediciones, abril 2014.