TURNER - REVOLUCIONES

Revoluciones. Cuando el pueblo se levanta
Gero von Randow

Pocos fenómenos históricos levantan tanto interés entre los especialistas y el gran público como las revoluciones. Lo pudimos comprobar en 2017, con el centenario de la Revolución Rusa, que dio lugar a infinidad de actos y obras publicadas. Lo mismo está sucediendo, quizás a otra escala, en 2018, con el cincuenta aniversario de mayo del 68 (aunque calificar de revolución a este último acontecimiento es bastante discutible).

Las revoluciones tienen ese componente romántico y purificador que conlleva el sueño de empezar de nuevo y que termina por cautivarnos. Sus partidarios se asemejan, en cierto modo, a cientos o miles de don Quijotes, levantados contra los molinos de viento que representa el orden establecido. La espiral de violencia y el caos que normalmente desatan tan solo avivan el interés por ellas. Sin la toma de la Bastilla, la guillotina o el Terror, la Revolución francesa probablemente no sería tan conocida y estudiada. La Revolución implica, asimismo, al menos desde un punto idealista, la ruptura con un sistema indigno, que priva a los más de los recursos en manos de unos pocos. En su origen se encuentra el deseo de purgar las injusticias sociales.

A pesar de que los historiadores y politólogos se han afanado en describir sus características más destacadas, seguimos sin una definición canónica sobre qué es una revolución. El término se está extendiendo, además, a otros campos ajenos al historiográfico, desdibujando sus perfiles. Hoy es habitual hablar (cada poco tiempo) de revolución tecnológica, digital, farmacéutica, económica, literaria… No menos comunes son los “avances revolucionarios”, independientemente de la materia a la que afecten. Como sucede con otros términos (“histórico” o “fascismo”, por ejemplo), su uso indiscriminado conduce, a la larga, a su pérdida de sentido. De ahí que sea necesario preguntarse por la noción de revolución, por sus causas y sus protagonistas, por sus inicios y sus objetivos. ¿Qué diferencia a las revoluciones de otros procesos de cambio radicales? ¿Son algo del pasado o todavía pueden producirse? ¿Se pueden predecir?

El periodista alemán Gero von Randow trata de dar respuesta en Revoluciones. Cuando el pueblo se levanta* a algunos de estos interrogantes. Como el propio autor señala, “[…] el libro recorre el continente norte y sudamericano, Europa occidental y oriental como Asia. Recorre la historia de las revueltas y revoluciones desde la insurrección de Espartaco hasta el Maidán de Kiev, pero no en orden cronológico, ni tampoco por países, sino según aspectos, motivos, ideas, por lo que tal vez estos saltos en el espacio y el tiempo resulten un tanto frívolos y osados para el gusto de algunos. Algunas revoluciones aparecerán en varias ocasiones, pues se trata de procesos con diversas facetas, y porque este no es un libro de historia que alinee los acontecimientos a lo largo del tiempo”. Añade a continuación: “Hasta hoy no he sido capaz de acabar con la revolución. Este es el motivo de este ensayo. El dedicarme a las revoluciones me ha transformado una y otra vez, a veces de una manera, a veces de otra. Lo que permanece es un cierto tipo de respeto. Las revoluciones son gloriosas, son horribles, son grandes tanto para lo bueno como para lo malo”.

El trabajo de von Randow es una interesante aproximación al concepto de revolución. En él se combina el análisis teórico con las vivencias personales del autor. El “yo”, por lo tanto, se halla muy presente a lo largo de toda la obra, en la que el periodista alemán nos explica su cercana relación con distintos sucesos revolucionarios de los siglos XX y XX. De hecho, en el primer capítulo, dedicado a explicar los motivos que le han llevado a escribir el libro, reconoce su pertenencia juvenil (y no tan juvenil) al movimiento comunista, su participación en manifestaciones y actos contestatarios y sus viajes por el mundo, que le han permitido tratar a verdaderos revolucionarios. No omite los aspectos menos idealizados y más oscuros de estas tendencias.

Desde el punto de vista teórico, la investigación de von Randow es sólida, pero no exhaustiva. La obra no es (ni busca ser) un tratado político-histórico sobre las revoluciones. Nos hallamos, más bien, ante un trabajo divulgativo que reflexiona sobre las distintas facetas de la revolución desde un punto de vista general (y en ocasiones excesivamente personal). Aunque aparecen protagonistas tan destacados como Marat, el Che Guevara, Siéyes, Imre Nagy o Mijaíl Bakunin, por citar algunos, tan solo se repasan a vuelapluma sus aportaciones más importantes. La formación periodística del autor, palpable en toda la obra, confiere un estilo directo, ágil y vivo a cada capítulo, en los que aquel no quiere sentar cátedra ni imponer su definición de revolución. Únicamente intenta que le acompañemos en sus reflexiones, muchas de ellas asentadas en vivencias propias, sobre qué es, para él, una revolución.

Organizada la obra en capítulos temáticos no cronológicos, el periodista alemán va diseccionando las distintas “partes” que conforman una revolución. Empieza por definir a sus actores (jóvenes, activistas, revolucionarios profesionales, anarquistas, bandidos… son algunos de los prototipos estudiados) para abrirse paso, después, entre las ideas, motivos y pretextos que los empujan. Estudia las distintas formas de canalizar y poner en práctica el descontento de la sociedad; la actuación de las masas y de las élites; el “teatro” o la representación que se crea en torno a los actos que escenifican las revoluciones. No omite el análisis de los fenómenos contrarrevolucionarios, a veces más violentos y destructivos que la propia revolución, ni los intentos por internacionalizar estos movimientos o las consecuencias, positivas o negativas, que, una vez pasada la tormenta, generan. Mediante este heterogéneo mosaico, el autor pretende conducirnos por los senderos que la revolución ha creado en la Historia.

Von Randow explora, en la parte final de su trabajo, la actualidad de este concepto, que vincula a acontecimientos muy recientes. Más en concreto, alude una y otra vez a la Primavera Árabe tunecina, que él vivió en primera persona. Junto a ella, también menciona otros sucesos como la revolución ucraniana (Euromaidán) de 2013 y 2014 o la masiva llegada de refugiados a Europa en la última década.

Sobre el futuro, el autor lanza esta advertencia: “Una gran parte de la población mundial vive en regiones donde las reformas están excluidas y el presente, para la mayoría, parece no tener expectativas de futuro. Estas personas arrastran su existencia en la miseria y bajo dictaduras. Sobre todo, en condiciones indignas. Experimentan la gran contradicción en su forma más cruda y están muy bien informadas sobre ellas, así como los lugares en el mundo donde hierve. Esto proporciona ideas. En todo caso, no aceptarán esta contradicción todos a la vez ni para siempre. Ni en Asia, ni en Latinoamérica y sobre todo en África, ni tampoco en el mundo árabe. A diferencia de los países ricos, allí la revolución sigue siendo actual ¡Ay de aquellos autócratas y cleptócratas que se aferran tozudamente y con violencia a sus privilegios! Y ay de nosotros si se nos mira como aquellos que se unen a los autócratas y cleptócratas contra los pueblos”.

Gero von Randow (Hamburgo, 1953) estudió Derecho y en su juventud se comprometió con la izquierda radical. Durante dos años dirigió el departamento de ciencias del Frankfurter Allgemeine Zeitung y desde 1992 ha trabajado en el diario Die Zeit como editor y corresponsal en Francia.

*Publicado por la editorial Turner, abril 2018. Traducción de Ruth Zauner.