SILEX - PEDRO I DE CASTILLA - VALDALISO

Pedro I de Castilla
Covadonga Valdaliso

Hay algunos episodios o personajes de nuestra historia que bien podrían ser protagonistas de series de televisión o películas. Incluso sus peripecias superarían con creces la mente retorcida de cualquier guionista (la realidad suele ser más truculenta y ruin que la ficción). A pesar de algunos éxitos televisivos, siguen siendo, por desgracia, escasas las “series históricas” que aborden con rigor e interés nuestro pasado. Entre lo costoso de la producción y falta de oportunidades, no hay perspectivas de que este escenario varíe a corto plazo y es una lástima, pues con solo releer algún manual de historia tendríamos material para rodar varias temporadas. El problema reside, como casi siempre, en que pocos optan por la lectura de estos “pesados” libros. Aun así y como sugerencia, invitamos a recuperar la vida del rey castellano Pedro I de Castilla (1334-1369), también conocido como Pedro I el Cruel, uno de los personajes más fascinantes de la Baja Edad Media peninsular, cuya biografía está plagada de intrigas, luchas fratricidas, traiciones, guerra, amoríos y, no podía faltar, una muerte de película.

Al historiador, más allá del interés personal, que su objeto de estudio tenga potencial televisivo no ha de importarle mucho. Su labor es otra. Para comprender la figura de Pedro I y los vericuetos de su reinado es necesario, por tanto, separar la leyenda de la realidad. Sin embargo, es aquí donde se halla el gran obstáculo para los medievalistas: las fuentes, ya sea voluntaria o inconscientemente (es más probable que sea por esta segunda causa), han creado una imagen del monarca castellano distorsionada y poco realista. Como toda guerra civil, la propaganda es casi tan importante como las armas y Enrique de Trastámara, medio hermano de Pedro I y pretendiente a la Corona, se vio obligado a reescribir la historia para justificar sus acciones (entre ellas la de asesinar al rey y usurpar el trono). De ahí que el mito y la realidad se encuentren, en esta ocasión, entretejidos en unas crónicas cuya verosimilitud ha de ponerse en entredicho.

Covadonga Valdaliso se ha propuesto, en su obra Pedro I de Castilla*, ahondar en la vida del monarca e intentar ofrecer una versión más ajustada de su reinado. Ahora bien, como la propia autora señala en el prólogo: “El libro que el lector tiene ahora entre sus manos no pretender ser esa nueva biografía. […] Este volumen, en cambio, procura subrayar lo que no se sabe. Se parte aquí de la premisa de que si constantemente se vuelve sobre este personaje histórico es porque constituye un enigma, probablemente irresoluble, que invita a acercarse a él una y otra vez. De ahí que, en lugar de repetir lo que ya muchas veces se ha dicho, se proponga una aproximación a don Pedro haciendo hincapié en aquello que se desconoce; esto es, lo que se ignora, lo que se ha ocultado, lo silenciado, lo misterioso, lo secreto, lo velado, o lo que simplemente se ha perdido con el paso del tiempo. Porque Pedro I es —y probablemente será siempre— una figura misteriosa; y esta característica del personaje ha de primar sobre todas las demás”.

Como se desprende de las palabras de la autora, no estamos ante una biografía al uso, no interesa tanto lo que se sabe del biografiado como lo que no se sabe. Para conocer mejor al personaje, Covadonga Valdaliso nos remite a otros trabajos ya publicados, ella se va a centrar en los claroscuros de su vida y en aquellos episodios envueltos en una cierta incertidumbre histórica. Citando nuevamente a la autora: “Tampoco podemos dejar de tener en cuenta que, desde el momento de su muerte, y a través de los relatos que sobre él se escribieron, Pedro I pasó a convertirse en un personaje y, con el tiempo, en un mito que hoy se manifiesta en fiestas y leyendas populares, en representaciones teatrales, en películas, en series televisivas, en novelas, en poesías. Todas estas imágenes hacen presente, de algún modo, a un rey del siglo XIV; y al mismo tiempo nos alejan de él. Entendiéndolo, trataremos de ver quién es hoy Pedro I de Castilla; y, para hacerlo, intentaremos revisar casi todo lo que tras su muerte se ha escrito sobre él. Renunciaremos, de entrada, a tomar como base exclusivamente la documentación conservada: consultaremos también los papeles extraviados, las falsificaciones, las noticias confusas, las leyendas orales, las tradiciones, los romances, los fantasmas”.

BATALLA NAJERAPongamos un poco de contexto. Pedro I fue hijo del monarca Alfonso XI, a quien sucedió, tras la muerte de éste (1350), en la Corona castellana a la edad de quince años. Le tocó reinar durante un período complicado, la Peste Negra aniquilaba a millones de personas y el continente europeo se hallaba sumido en el caos y la inestabilidad (en estos años se inicia, por ejemplo, la Guerra de los Cien Años). En el terreno personal y familiar, una serie de circunstancias complican su reinado: el matrimonio de sus padres (Alfonso XI y María de Portugal) fue un fracaso y para agravar la situación Alfonso tuvo una amante, Leonor de Guzmán, que se comportaba como la verdadera reina. Los hijos de esta relación extramarital, los primeros Trastámaras, terminarán por disputar el trono a Pedro. La nobleza, por su parte y como siempre, buscaba reforzar sus intereses y vieron con malos ojos el autoritarismo que quiso imponer el joven rey y su favorito, Juan Alfonso de Alburquerque. La guerra fue inevitable y Castilla se fraccionó en dos bandos (aunque las lealtades cambiaron constantemente), en la que también intervino Aragón y, en cierto modo, Inglaterra y Francia. Ante esta complicada situación, a Pedro I no le quedó otro remedio que aplicar la táctica del palo y la zanahoria (aunque se le termine recordando por el uso excesivo del palo)

La obra sigue una cierta estructura cronológica. Covadonga Valdaliso utiliza los principales hitos de la vida de Pedro I para organizar su investigación, siguiendo, en especial, el relato que sostiene la que quizás sea la crónica más importante sobre este período: la escrita por Pedro López de Ayala, canciller mayor de Castilla, en torno al año 1400 (“Si se repasa la bibliografía existente, resulta muy difícil encontrar una obra dedicada a Pedro I de Castilla que no dependa, en mayor o en menor medida de ella”). Este texto, pormenorizadamente analizado en la obra, aporta gran información sobre el monarca castellano, pero lo hace a su manera y con unos intereses evidentes. Muchas de las páginas del libro están dedicadas a contrastar la información facilitada en la crónica, con otras fuentes (materiales o escritas) y con el sentido común. De este modo, a medida que nos abrimos paso en la vida de Pedro I, observamos cómo se fue elaborando muchos de los mitos que todavía perviven sobre el monarca.

¿Fue Pedro I un rey cruel y despiadado o tan sólo se ajustó a los cánones punitivos de la época? ¿Se excedió con sus enemigos o tan sólo luchó por sobrevivir en un entorno terriblemente hostil? A estas preguntas trata de dar respuesta Covadonga Valdaliso en su obra. Sin afán de sentar cátedra, la historiadora cántabra acude a todo tipo de fuentes para construir un relato que indague en la historia creada alrededor de la figura del monarca castellano. Otra forma de hacer historia que va más allá de la simple narración de hechos y que se esfuerza por comprender la construcción de una realidad interesada por unos y otros. En definitiva, un trabajo sumamente interesante y original que recupera una época turbulenta y que hoy, con la excepción de algunos especialistas, conocemos mal.

Covadonga Valdaliso es licenciada en Historia por la Universidad de Cantabria y Doctora en Historia Medieval por la Universidad de Valladolid. Su tesis doctoral se centró en la crónica de Pedro I de Castilla. Ha desarrollado estudios sobre las cortes medievales ibéricas, la cronística medieval y la evolución de los reinos en la Baja Edad Media.

*Publicado por Sílex Ediciones, junio 2016.