Los últimos tercios. El Ejército de Carlos II
Davide Maffi

A mediados de mayo de 1643, los tercios españoles capitaneados por Francisco de Melo eran derrotados por los franceses en la batalla de Rocroi. El imaginario popular ha situado en ese momento el fin de la primacía militar hispana y el cenit del Imperio español. La historiografía no ha intentado desmontar esta premisa e incluso la ha avivado durante décadas. En los últimos años, sin embargo, han surgido nuevos trabajos que luchan contra una percepción basada más en impresiones generales que en datos contrastados. Es cierto que la Monarquía Hispánica fue debilitándose de modo paulatino, pero conservó prácticamente inalteradas sus posesiones italianas y de Ultramar durante más de una centuria; en realidad, la pérdida de parte de los territorios europeos bajo el dominio de los Habsburgo españoles se debió más a una cuestión sucesoria y diplomática que a las derrotas en el campo de batalla. Los ejércitos españoles siguieron imponiendo respeto a las demás potencias europeas durante bastante tiempo.

Otra de las imágenes recurrentes de la historia de nuestro país es la que destaca los trazos negativos del reinado de Carlos II. Conocido como el Hechizado, el hijo de Felipe IV ha sido tildado de incompetente y con serias deficiencias intelectuales. Los años de su reinado se presentan como un período de decadencia, durante el que el Imperio se fue desintegrando poco a poco. Sin entrar a valorar al personaje, su reinado no concuerda con esa imagen tan desoladora. A pesar de las dificultades que atravesó la Monarquía en aquellas décadas, logró capear la situación con entereza y conservar casi intactos sus territorios. Obviamente, se cometieron numerosos errores y los recursos humanos y materiales tampoco eran tan holgados como en la centuria anterior; aun así, la Corona pudo hacer frente a numerosos adversarios, entre ellos a una Francia en apogeo, en distintos campos de batalla.

El profesor italiano Davide Maffi combate en su obra Los últimos tercios. El ejército de Carlos II* estas imágenes de decadencia y derrota atribuidas a las décadas finales del siglo XVII. Su trabajo, elaborado durante años de investigación, se erige como un alegato en defensa de la historiografía seria y rigurosa, que huye de los lugares comunes y se basa en los archivos y en las fuentes primarias y secundarias. A través de sus páginas, descubrimos una realidad hasta ahora desplazada por estereotipos y prejuicios. Esa visión analítica, mucho más compleja y poliédrica, nos permite contemplar la Monarquía y los ejércitos españoles tal como fueron, con sus aciertos y sus fracasos, con sus hazañas y sus vergüenzas.

Como explica el propio autor, “Pero ¿en realidad fue el reinado de Carlos II tan nefasto como la historiografía tradicional nos ha dado a entender hasta ahora? Es posible que nos encontremos en una época de graves crisis y en la que las capacidades monárquicas estaban muy lejos del clímax del reinado de los Austrias mayores. Sin embargo, a pesar de todas estas dificultades, la monarquía demostró poseer unas fuerzas vitales inesperadas que le permitieron sobrevivir a las severas dificultades de esos años. La visión clásica de un país abandonado a sí mismo, gobernado por unos incapaces, sin medios y sin fuerza de voluntad ha empezado a matizarse seriamente en las últimas décadas y se ha puesto en evidencia la disposición de resistencia demostrada por la monarquía y sus capacidades de adaptación en un mundo que cambiaba a toda prisa.

También el Ejército, considerado el auténtico eslabón débil de la estructura, demostró mantener unas aptitudes notables, que le hacían merecedor del respeto tanto de aliados como de adversarios. No solo la aportación militar hispana, tan criticada, resultó siempre fundamental para frenar las ambiciones de la Francia de Luis XIV, al final, el contingente de Carlos II fue uno de los ejércitos más importantes que se movilizaron contra el monarca galo y desempeñó siempre un papel de gran importancia”.

Maffi construye su trabajo en torno a cuatro ejes temáticos: desarrollo de las guerras de finales del siglo XVII, tácticas y unidades del ejército español, organización de las fuerzas hispanas y papel jugado por el Cuerpo de Oficiales. A cada uno de estos bloques corresponde un capítulo de la obra. La estructura del libro muestra que nos hallamos ante un trabajo de historia militar, en el que el predomina el análisis bélico, pero completado con una certera contextualización política, social y económica. En la Edad Moderna, todas esas facetas se hallaban estrechamente unidas y resulta imposible hablar del campo de batalla sin explicar todo cuanto le rodeaba. Entre otras razones, porque el objetivo de las acciones militares no era, por entonces, destruir al adversario (esta idea aparecerá con Napoleón una centuria más tarde), sino lograr una posición ventajosa para obtener una paz favorable.

Francia fue el gran rival de la Monarquía Hispánica durante el reinado de Carlos II. Bajo Luis XIV (1643-1715), el país galo lleva a cabo una estrategia agresiva para ampliar su área de influencia. Hasta cinco guerras tienen lugar en el reinado de Carlos II (incluida la regencia de su madre), en los que apenas hubo respiro. Las luchas se suceden por todo el continente europeo, pero destacan tres escenarios: Cataluña, el norte de Italia y los Países Bajos españoles. Davide Maffi analiza los diversos conflictos y cómo evolucionaron. España fue una de las principales damnificadas por la política del Rey Sol y, a pesar de algunas dolorosas pérdidas territoriales (como el Franco Condado o Luxemburgo, entre otros enclaves de Flandes), sostuvo el envite con dignidad. Además de los enfrentamientos contra Francia, también se abordan en el libro la situación de los presidios españoles en África, la revuelta de Mesina y algunas escaramuzas en el Nuevo Mundo.

Tras delimitar el teatro de operaciones, el historiador italiano se centra en el arte de la guerra, en la distribución de fuerzas y unidades de los ejércitos españoles y en las características de los soldados y su lugar de procedencia. En los correlativos capítulos, Maffi desmonta la teoría de que los ejércitos de la Monarquía Hispánica estaban acabados y sus fuerzas agotadas, elogiando, por ejemplo, el papel de la caballería hispana y del buen hacer de los soldados españoles en los asedios. Aunque se luchase en diferentes escenarios y la situación económica no fuese alentadora, casi siempre se logró formar un ejército que, al menos, pudiese hacer frente al enemigo. Los Tercios seguían siendo respetados por todos los comandantes y lucharon tenazmente contra un adversario más poderoso. Los aliados de España siempre se apoyaron en ellos para llevar el peso de las operaciones.

Concluimos con estas palabras del autor: “En realidad, la maquinaria militar española demostró saber adaptarse a las necesidades de cada momento y no fue en nada inferior a la de sus oponentes o a la de sus aliados. Como se ha demostrado en las páginas anteriores, el Ejército español siguió manteniendo buenas capacidades para combate. Las huestes de Flandes y de Milán, donde se concentraban las fuerzas profesionales de la monarquía, supieron adaptarse con rapidez a los cambios impuestos por el arte de la guerra e introdujeron no solo los nuevos tipos de armas de fuego (cañones, morteros y mosquetes) que se estaban difundiendo en Europa, sino también las nuevas tácticas de infantería. Como hemos visto, los altos mandos españoles adaptaron rápidamente la estructura de los tercios y la redujeron de tamaño para poder desplegarlos en línea con arreglo a las nuevas reglas impuestas por las transformaciones que se estaban asentando en el viejo continente. Por tanto, la visión de los tercios españoles como una masa indefensa incapaz de introducir cualquier tipo de innovación no responde en absoluto a la realidad y las unidades de la Corona supieron ganarse en el campo de batalla el respeto tanto de enemigos como de aliados”.

Davide Maffi, profesor de Historia Moderna y de Historia de los Antiguos Estados Italianos en la Universidad de Pavía, correspondiente de la Real Academia de la Historia, es un especialista de referencia de la historia militar de la Monarquía Hispánica de los Austrias, con particular atención a los reinados de Felipe IV y Carlos II. Entre sus obras destaca En defensa del Imperio. Los ejércitos de Felipe IV y la guerra por la hegemonía europea (1635-1659). En calidad de coordinador, junto con Enrique García Hernán, ha editado los dos volúmenes dedicados al instrumento militar español de la primera Edad Moderna, Guerra y Sociedad en la Monarquía Hispánica. Política, estrategia y Cultura en la Europa Moderna (1500-1700) y Estudios sobre Guerra y sociedad en la Monarquía Hispánica. Guerra marítima, estrategia, organización y cultura militar (1500-1700).

*Publicado por Desperta Ferro, septiembre 2020.