¿Sería Vd. capaz de nombrar a dos arqueólogos españoles de cierta reputación? Probablemente, la respuesta sea no, a menos que se trate de un aficionado a esta disciplina. En España, a pesar de los tesoros arqueológicos de la Península, no hemos sido muy dados a fomentar el interés por nuestro legado más antiguo, salvo honrosas excepciones. Tampoco hemos sido particularmente agradecidos con aquellos especialistas que, con pocos fondos y sin gran ayuda, han desenterrado los vestigios de nuestro pasado. Poco a poco, afortunadamente, el escenario está cambiando y vamos reconociendo su labor, aunque todavía queda mucho por hacer. La tarea pendiente es acercar el conocimiento de la arqueología al gran público. Para lograrla, se requiere abandonar los reducidos círculos universitarios y lanzarse a “conquistar” la atención de un grupo cada vez más amplio de personas. Hay tantos medios para conseguir tal fin, como ideas se nos ocurran. Solo hace falta voluntad.
La editorial Urgoiti nos ofrece, de la mano del catedrático de la Universidad de Barcelona Francisco Gracia Alonso, una opción: recuperar la figura de quien fue uno de los arqueólogos españoles más importantes y reputados del siglo XX, Lluis Pericot. La biografía Lluís Pericot. Un prehistoriador entre dos épocas* es un magnífico instrumento para descubrir el mundo de la arqueología desde dentro. Como explican los editores de la obra, “La figura de Lluís Pericot (1899-1978) llena más de medio siglo de nuestra prehistoria y nuestra ciencia, desde que comenzara su andadura en los años 20 hasta las vísperas de su fallecimiento, entrada ya la Transición. Décadas de trabajo que transitan por dos épocas, dos mundos, tanto en lo que atañe al avance científico de su profesión como al momento histórico que en España separó trágicamente la guerra civil. Buena parte de su trayectoria habría de desarrollarse por lo tanto bajo el régimen franquista, con sus luchas intestinas entre familias y facciones por las que Pericot tuvo que desenvolverse y que narra magistralmente el autor de estas páginas. Pero su fama e influencia trascendió mucho más allá de nuestras fronteras. Muy pocos científicos en nuestro país tuvieron una trayectoria internacional de la intensidad e importancia de la de Pericot, que se codeó con lo más granado de sus colegas internacionales y que multiplicó sus contactos, presencia y publicaciones en los más prestigiosos foros de la época”.
Conozcamos brevemente al personaje. Nacido en 1899 en Gerona, donde estudió el bachillerato, se trasladó a la Ciudad Condal para cursar Filosofía y Letras (Sección de Historia) en la Universidad de Barcelona. Allí conoció, en 1916, a Bosch Gimpera, quien se convirtió en su profesor y mentor, manteniéndose esa relación toda la vida. Licenciado con Premio Extraordinario (1918), se doctoró en la Universidad de Madrid (1918-1919) en Filosofía y Letras, con su tesis sobre La civilización megalítica catalana y la cultura pirenaica (1923). En 1925 ganó, por oposición, la Cátedra de Historia Antigua y Media de España en la Universidad de Santiago de Compostela, a la que seguiría la de Historia Moderna y Contemporánea de España en la Universidad de Valencia (1927-1933). En 1931 fue pensionado por la Junta para la Ampliación de Estudios para estudiar el Paleolítico Superior en Francia, Inglaterra e Italia. Tres años más tarde, obtuvo la cátedrá de Historia Moderna y Contemporánea de España en la Universidad de Barcelona (1934-1936). Finalizada la Guerra Civil, que pasó entre entre Barcelona y Bagur, obtuvo la cátedra de Historia Antigua y Media de España en aquella Universidad. Cuando M. Almagro Basch ganó la de Madrid (1954), Pericot ocupó la antigua cátedra de Prehistoria de Bosch Gimpera, en la que permaneció hasta su jubilación. En esa Universidad fue vicedecano (1952-1954) y decano (1954-1957) de la Facultad de Filosofía y Letras y, tras jubilarse en 1969, fue nombrado presidente del Patronato de la Universidad de Barcelona (1971). La lista de premios y reconocimientos que recibió a lo largo de su vida es interminable, al igual que el número de obras que publicó y de asociaciones e instituciones culturales a las que perteneció.
Los datos que acabamos de ofrecer son solo una pincelada de la fascinante vida del arqueólogo catalán, a cuyas facetas nos acerca la obra de Francisco Gracia. Aunque su lectura no sea difícil para un público amplio, obviamente suscitará más interés a los seguidores de esta disciplina (por ejemplo, las luchas intestinas de la Universidad no serán particularmente entretenidas para un profano que se adentra por primera vez en este campo). Lluís Pericot destacó por sus contribuciones en el mundo universitario, por su reconocimiento internacional y por sus aportaciones a la profesionalización y al desarrollo de la arqueología en España. Las páginas que conforman este libro ahondan en todas estas cuestiones.
Tras la biografía de Lluís Pericot emerge un completo análisis de la vida universitaria y la profesionalización académica de la arqueología durante el siglo XX, procesos ambos en los que él mismo participó activamente. A través de los hitos de la biografía de nuestro protagonista, descubrimos cuáles fueron los inicios de la arqueología y, en especial, la relevante labor acometida por Bosch Gimpera y la Escuela de Barcelona; los pasos que ha de seguir un brillante estudiante para ascender en la jerarquía universitaria; los problemas que este joven debe afrontar para consolidar su posición académica; las consecuencias de la Guerra Civil en la Universidad y los ímprobos esfuerzos y sacrificios de muchos para conservar su posición y no terminar exiliados o depurados; el progresivo aperturismo de los especialistas y del propio régimen, que les permitió entrar en contacto con las corrientes historiográficas internacionales; las disputas que llevaron a derrocar a Martínez Santa-Olalla y a reorganizar la investigación arqueológica; y finalmente, el reconocimiento a toda una vida de esfuerzo y dedicación. Al final, se nos ofrece la radiografía de toda una época, vista a través de la biografía de unos de sus actores académicos más importantes.
Concluimos con estas palabras de Francisco Gracia, que cierran su obra: “Pericot será el último de una época, consciente de las aportaciones que había realizado, especialmente en los ámbitos de los estudios del paleolítico superior y el arte rupestre, llegando incluso algunos de los nuevos temas de estudio en sus últimas publicaciones, al tiempo que reflexionará sobre la realidad de la evolución de la investigación prehistórica en España durante el medio siglo en que tuvo un papel determinante en su estructuración y desarrollo. Probablemente era perfectamente consciente de que, si bien había conseguido llevar el modelo en que se formó hasta su máxima cota de desarrollo, no había logrado, por diversos motivos, construir una transición para las nuevas generaciones, por cuanto el modelo periclitado se mantendrá hasta la desaparición de la generación más próxima a él”.
Francisco Gracia Alonso (Barcelona, 1960) es catedrático de Prehistoria de la Universidad de Barcelona y director del Grup de Recerca en Arqueologia Protohistòrica (GRAP). Sus líneas de investigación se centran en la Protohistoria de la península Ibérica, la Historiografía de la Arqueología, la Guerra en el mundo antiguo y el Patrimonio histórico-arqueológico en tiempos de guerra. Entre sus últimos libros destacan: Pensar la Universitat. Escrits de Pere Bosch Gimpera (2015); El tesoro del “Vita”. La protección y el expolio del patrimonio histórico-arqueológico durante la Guerra Civil (2014, con G. Munilla); Arqueologia i política. La gestió de Martín Almagro Basch al capdavant del Museu Arqueològic Provincial de Barcelona (1939-1962) (2012); Pere Bosch Gimpera. Universidad, política, exilio (2011); La arqueología durante el primer franquismo, 1939-1956 (2009) o El sueño de una generación. El crucero universitario por el Mediterráneo de 1933 (2006, con J.Mª Fullola).
*Publicado por Urgoiti Editores, octubre 2017.