La reconstrucción de la política internacional española. El reinado de Felipe V
VV.AA.

A principios del siglo XVIII, tras la Guerra de Sucesión española, se produjo un vuelco en el equilibrio de poderes europeo, del que dieron muestra los diversos tratados que conforman la conocida como Paz de Utrecht. En el caso de España, los cambios fueron más profundos que para el resto de las potencias en liza, no solo por el cambio de dinastía (los Habsburgo daban paso a los Borbones), sino por las implicaciones territoriales de los acuerdos alcanzados: la pérdida de nuestras posesiones en la península italiana y en los Países Bajos. El Imperio español aún conservaba los territorios de Ultramar, pero veía cómo se le arrebatan sus dominios en el continente, por los que había sacrificado tantos hombres y tantos recursos a lo largo de dos centurias. La lógica o la justificación de esa mengua del poder hispano se hallaba en el intento por lograr que ninguna nación europea se encontrase por encima del resto, precario equilibrio que apenas se sostuvo.

La llegada de un nuevo monarca a la Corte de Madrid supuso una pequeña revolución en la política española. El sistema de consejos y la administración que habían regido durante los Austrias dieron paso a un nuevo modelo de gobierno, inspirado en el centralismo francés (aunque teniendo siempre presente las peculiaridades de la Monarquía Hispánica). También se produjo un recambio en las figuras que tomarán las riendas de la gobernación. Estas transformaciones, que se sucedieron después de una prolongada guerra y años de incertidumbre, repercutieron en la posición que ocupó la Corona española en el engranaje de las relaciones internacionales. Tras Utrecht, sufrimos la influencia francesa, que quería convertir a Madrid en un satélite suyo, tuvimos que hacer frente a los intentos del Emperador por ampliar sus dominios a costa de los españoles y padecimos el oportunismo inglés y neerlandés, que ansiaban introducirse en el mercado americano.

A pesar de su importancia en la configuración de la política española durante las décadas siguientes, el reinado de Felipe V apenas es conocido por el gran público y tampoco ha despertado la atención de numerosos especialistas. Es un periodo muy interesante y convulso, pero sin grandes hitos o enfrentamientos que llamen la atención a un lector propenso a las batallas, las intrigas, las gestas y los descalabros. Para paliar tal omisión, los profesores Núria Sallés Vilaseca y Joaquim Albareda Salvadó han reunido a diversos especialistas (nacionales y extranjeros) y editado la obra La reconstrucción de la política internacional española. El reinado de Felipe V*.

El título del libro ya es elocuente del propósito de sus coordinaciones, pero dejémosles a ellos que sinteticen su cometido: “Hay que entender el presente libro como un esfuerzo colectivo para explicar el despliegue y el impacto de la política exterior de Felipe V, cuyos objetivos han sido expuestos a menudo de forma demasiado simplista o reduccionista. El lector encontrará en estas páginas un análisis de las líneas maestras de la política exterior de los gobiernos de Felipe V, los objetivos territoriales y económicos que perseguía, indicios sobre los grupos de poder que le daban apoyo y, en último término, un balance de sus logros. Asimismo, las reacciones internacionales y los movimientos de respuesta que generaron también reciben atención en un bloque específico. El libro, en último término, no deja de lado el aspecto de la dimensión económica de la política exterior de Felipe V, cuestión apasionante que a menudo se ha soslayado al considerar que la acción anterior al reinado de Fernando VI (el Prudente) se limitaba a un revisionismo mediterráneo anclado en intereses mal definidos y que, a pesar de sus innegables resultados territoriales, se revelaba como una distracción mal calculada, un retraso en la «atlantización» que se produciría en la segunda mitad del siglo”.

El volumen reúne las aportaciones de diecinueve especialistas. Para estructurarlas, los editores han optado por hacerlo en tres grandes bloques: “Política exterior y diplomacia de Felipe V: revertir los tratados de Utrecht”, “La reacción internacional ante la política española” y “El impacto económico de la política exterior”. El primero de esos bloques se centra en la formulación de la política exterior española bajo el nuevo monarca. Sus capítulos abordan la importancia que tuvo la paz de Viena, firmada en 1725, la influencia de Isabel de Farnesio en la política internacional de la Corona (aunque se dedique un capítulo específico a la reina, su intervención es uno de los temas recurrentes del libro), la cuestionada misión diplomática de Juan Guillermo Ripperdá en la corte austríaca y los ejemplos italiano y ruso dentro de las relaciones y aspiraciones diplomáticas españolas. El bloque concluye (lo mismo ocurre en los otros dos) con un breve balance sobre lo expuesto en sus diferentes rúbricas y con algunas reflexiones sobre la Europa a comienzos del setecientos.

El segundo bloque presta atención no tanto a la actuación de la Corona española, sino a las respuestas que distintas Cortes europeas (en concreto, la inglesa, las italianas y la austríaca) dieron a las aspiraciones hispanas. Se examina la alianza franco-inglesa contra Felipe V, entre 1716 y 1720, la repercusión que la política del monarca español tuvo en la prensa anglosajona, la relaciones entre Venecia y Saboya con España, temas a los que acompañan dos estudios específicos sobre “Las repercusiones de la paz de Viena en los núcleos austracistas en el exilio” y “El «caso de Mallorca». Juan Amor de Soria y los límites de la diplomacia de Carlos VI en la Europa post-Utrecht”.

El tercer y último bloque está dedicado a las consecuencias económicas de las políticas de Felipe V. Entre las cuestiones estudiadas se hallan las relaciones comerciales de España y Francia, con un capítulo centrado en América; los mercaderes holandeses y su papel durante la Guerra de Sucesión y en los años posteriores; la conexión entre diplomacia y comercio en el Mediterráneo musulmán y el impacto económico de las campañas militares en Cataluña durante los diez primeros años del reinado de Felipe V.

Como solemos advertir, en las obras colectivas prima la heterogeneidad de enfoques y temas tratados (en este caso, además, hay textos escritos en francés e inglés). A pesar de esa inevitable disparidad, los coordinadores han sabido “centrar el tiro” y lograr un nexo común en todos los epígrafes. Ciertos capítulos serán del gusto de un público no tan especializado, pues tratan de cuestiones más generales, y otros, más específicos y complejos, están escritos para un lector de corte más académico. En todo caso, el objetivo que subyace en la obra se cumple con creces, pues nos brinda una imagen de conjunto del reinado de Felipe V y de su repercusión en la política exterior española.

Concluimos con esta reflexión que los coordinadores exponen en la introducción del libro: “La perspectiva cronológica de largo alcance de buena parte de las contribuciones permite detectar los aspectos estructurales o permanentes; permite ver cómo los reyes y su ministerio imaginaban el papel de la monarquía más allá de la coyuntura específica que justifica una alianza concreta o bien optar por su inversión; y permite, en definitiva, identificar las líneas que enmarcan una política exterior de casi medio siglo diferenciando entre los momentos de excepcionalidad y las estrategias de largo recorrido. Además, la amplitud de las contribuciones, distribuidas en tres bloques temáticos claramente interrelacionados, nos revela también los vínculos entre política interior y exterior, cuya mirada otorga a la monarquía de España la consideración de actor en el contexto europeo del que no se puede desvincular. Asimismo, la aproximación a espacios y contextos concretos, así como a protagonistas específicos de la relación diplomática y de sus prácticas cotidianas, contribuye a mostrar la pluralidad en las formas de la diplomacia en la primera época borbónica”.

*Publicado por Casa de Velázquez, octubre 2021. Se puede consultar en abierto aquí.