La nobleza española, 1780-1930
VV.AA.

Hablar del siglo XIX es hablar de la burguesía, del Tercer Estado, de la modernización de los Estados europeos, del despegue del capitalismo, pero también de la aparición de los movimientos obreros, de las sociedades industrializadas y de los partidos de masas ¿Qué sucedió,  entonces, con los nobles que habían dirigido los designios de la sociedad pocos años atrás? Parece como si el empuje liberal los hubiese barrido y obligado a refugiarse en sus grandes dominios rurales ¿Es acertada esta impresión, hoy tan extendida? Aunque la Revolución Francesa transformó, ya para siempre, el orden establecido y la revolución industrial generó nuevas fuentes de riqueza y nuevos ricos, una y otra no implicaron una sustitución inmediata y radical de las élites en el poder.

La sociedad española del siglo XIX siguió siendo clasista y muy tradicional. Si bien es cierto que las ideas liberales permitieron un mayor dinamismo social, el prestigio de la nobleza se mantuvo intacto durante toda la centuria. De hecho, una de las pretensiones de los burgueses más influyentes era la adquisición de algún título nobiliario y de hecho el incremento de nuevos títulos durante este período fue considerable. Quizás el mayor impacto que sobre la nobleza produjeron las transformaciones acaecidas en este siglo fue de orden económico, pues algunas familias no se adaptaron (o tardaron en hacerlo) a la nueva realidad y ello supuso su ruina, mientras que otras mantuvieron una importante presencia en los círculos financieros más destacados del país.

La obra La nobleza española, 1780-1930* aborda el papel jugado por la clase nobiliaria durante el «largo siglo XIX«, como lo definió Hobsbawm.  Los distintos artículos que incluye, escritos por varios especialistas, radiografían las características de este grupo social y buscan comprender la verdadera posición que ocupó durante una época en la que los principales movimientos reformistas buscaban (al menos esas eran sus intenciones) acabar con sus privilegios. El libro surge en el seno del Grupo de Estudios sobre la nobleza formado por destacados profesores universitarios y definido, por ellos mismos, como una «asociación informal, abierta y sin afán de organización más allá de las circunstancias que les vayan uniendo, con el objetivo de conocer mejor la historia de la nobleza«.

CUADRO EL ANTEPALCOLos nueve artículos que componen la obra son, en cierto modo, independientes entre sí. Dispuestas de forma cronológica, los autores dotan a cada colaboración de sus propias ideas, lo que tiene como resultado un mosaico heterogéneo de interpretaciones –no siempre convergentes- cuyo eje principal, obviamente, es la nobleza. La disparidad de opiniones va unida a ciertos planteamientos comunes, el principal de los cuales es destacar la preeminencia política que continuó manteniendo la nobleza a lo largo de todo el siglo XIX y el primer tercio del XX. La aproximación de la mayoría de los trabajos es más política y sociológica, mientras que los factores económicos son estudiados de forma secundaria (a estos últimos presta particular atención otra obra, que hace poco reseñábamos, del catedrático Fernando Sánchez Marroyo Los grandes cambios económicos y sociales en el grupo nobiliario en España).

El estudio introductorio a cargo del profesor German Rueda («Los nobles españoles en el período ilustrado y liberal, 1780-1930«) sirve para dar una imagen de conjunto del resto de los capítulos y responder a preguntas generales como ¿cuántos eran los nobles? ¿qué perdieron los nobles titulados? o ¿qué mantuvieron y qué ganaron? A juicio del autor «sería un error pensar que la antigua nobleza titulada ha desaparecido en las primeras décadas del XIX, como ocurrió en Francia. En España, como en el sur de Italia, van a llevar a cabo una adaptación a las nuevas circunstancias. Algunos se pondrán a la cabeza del liberalismo, al menos de cierto liberalismo, y otros se aprovecharán de esta ideología«.

Antonio Morales, en su trabajo Una interpretación de la nobleza española en el siglo XVIII, tras definirla como «una condición jurídica, basada, bien el privilegio, bien en la sangre, es decir, en la posesión y antigüedad del linaje, bien en el privilegio o merced de los reyes«, intenta cuestionar los tópicos que pesan sobre este grupo social. Lo hace respondiendo, a su vez, a nuevas preguntas: «¿Nobleza ociosa? […] ¿Clase dominante que instrumentaliza al Estado? […] ¿Clase reaccionaria, en cuanto, a sus actitudes políticas?«.

GOYA RETRATO DUQUESA DE ALBALos capítulos a cargo de los profesores Ramón Morales («¿Qué fue de la nobleza indiana?«), Alfonso Bullón de Mendoza («Nobleza y política en la España contemporánea, 1788-1931«) y Manuel Santirso («La nobleza catalana frente a la Revolución (1787-1854)«) tratan también cuestiones que van más allá de un determinado período. Morales analiza la nobleza indiana, dividida entre la continental (cuyo destino quedó ligado al apoyo u oposición a los movimientos independentistas)  y la «insular», centrada en Cuba especialmente. Bullón de Mendoza aborda la relación que el primer estamento tuvo con la política española, reflejada en la presencia de nobles en los Consejos de Ministros o en puestos destacados de gobierno, prestando mayor atención a las primeras décadas del siglo XIX y al período de las Guerras Carlistas. Por último, Santirso utiliza el estudio de la nobleza catalana como espejo para comprender la actitud que adoptó de este grupo ante el empuje liberal.

El resto de los capítulos sigue un orden cronológico. El trabajo del profesor Antonio Manuel Moral («Restauración política y poder estamental: la nobleza cortesana en el reinado de Fernando VII«) gira alrededor de la «imagen dinámica, ligada a la representación simbólica a todos los niveles: personal, de sus mecanismos y ritual» que adoptó la Corte fernandina y cuya «estructura cortesana fue una imagen simbólica del Estado, la cual presentó un organismo complejo, de múltiples dimensiones, en el cual se confundieron y se sobrepasaron varios planos como el doméstico, el parentesco, el político, el diplomático…«. La presencia e importancia de la nobleza durante este período se plasmó en la ocupación de los cargos más cercanos al monarca (caballerizo mayor, sumiller o el mayordomo mayor).

El profesor Rueda participa con un nuevo capítulo, ahora dedicado a la nobleza durante el reinado de Isabel II. Su trabajo es, quizás, el más biográfico del libro pues el hilo conductor lo constituye la vida de la Reina (incluso después de abdicar en su hijo), de modo que los nobles que aparecen lo hacen por su relación con ella. De ahí que ocupen un papel destacado los amantes de Isabel II y su círculo cercano. A este artículo le sigue otro muy breve («La nobleza en Madrid en la época de la Restauración«) del profesor Guillermo Cortázar en el que intenta «aportar algunas hipótesis de trabajo, informar sobre nuevas evidencias acerca de la élite en Madrid y sugerir nuevas categorías o conceptos que permitan un avance o caracterización del proceso de modernización español«.

Los dos capítulos finales se adentran en el siglo XX y analizan el reinado de Alfonso XIII y los años previos a la proclamación de la República. El profesor José Miguel Hernández analiza, mediante el examen de los Grandes, la dicotomía, en apariencia contradictoria, entre el prestigio y la posición social que mantuvieron y su inevitable decadencia, cuyo fin «sólo se entiende como una mezcla entre la renuncia personal a sus elementos de distinción, la aparición de nuevos grupos de prestigio que ostentaban un poder social basado en distintos –o sustraídos- elementos de poder y el abandono por parte de algunos de sus anteriores y principales ‘altavoces’«. El profesor Miguel Artola, por su parte, es autor del artículo de la obra que tiene un mayor componente económico, en el que explora las fuentes de la riqueza nobiliaria a principios del siglo XX para concluir que «en el momento en que cayó la monarquía y se proclamó la II República, se evidenció una de las mayores paradojas en la historia de las élites contemporáneas: la nobleza había quedado políticamente huérfana pero todavía gozaba de una excelente situación económica. No obstante, su perfil como grupo conservador que vivía fundamentalmente a costa de sus rentas, hizo más fácil que sus enemigos la presentaran como una casta cerrada y cuyas actividades obstaculizaban la modernización del país«.

El libro concluye con una recopilación bibliográfica de trabajos dedicados a la nobleza.

*Publicado por RH+ Ediciones, abril 2014.