Hablar del siglo XIX es hablar de la burguesía, del Tercer Estado, de la modernización de los Estados europeos, del despegue del capitalismo, pero también de la aparición de los movimientos obreros, de las sociedades industrializadas y de los partidos de masas ¿Qué sucedió, entonces, con los nobles que habían dirigido los designios de la sociedad pocos años atrás? Parece como si el empuje liberal los hubiese barrido y obligado a refugiarse en sus grandes dominios rurales ¿Es acertada esta impresión, hoy tan extendida? Aunque la Revolución Francesa transformó, ya para siempre, el orden establecido y la revolución industrial generó nuevas fuentes de riqueza y nuevos ricos, una y otra no implicaron una sustitución inmediata y radical de las élites en el poder.
La sociedad española del siglo XIX siguió siendo clasista y muy tradicional. Si bien es cierto que las ideas liberales permitieron un mayor dinamismo social, el prestigio de la nobleza se mantuvo intacto durante toda la centuria. De hecho, una de las pretensiones de los burgueses más influyentes era la adquisición de algún título nobiliario y de hecho el incremento de nuevos títulos durante este período fue considerable. Quizás el mayor impacto que sobre la nobleza produjeron las transformaciones acaecidas en este siglo fue de orden económico, pues algunas familias no se adaptaron (o tardaron en hacerlo) a la nueva realidad y ello supuso su ruina, mientras que otras mantuvieron una importante presencia en los círculos financieros más destacados del país.
La obra La nobleza española, 1780-
Los nueve artículos que componen la obra son, en cierto modo, independientes entre sí. Dispuestas de forma cronológica, los autores dotan a cada colaboración de sus propias ideas, lo que tiene como resultado un mosaico heterogéneo de interpretaciones –
El estudio introductorio a cargo del profesor German Rueda («Los nobles españoles en el período ilustrado y liberal, 1780-
Antonio Morales, en su trabajo Una interpretación de la nobleza española en el siglo XVIII, tras definirla como «una condición jurídica, basada, bien el privilegio, bien en la sangre, es decir, en la posesión y antigüedad del linaje, bien en el privilegio o merced de los reyes«, intenta cuestionar los tópicos que pesan sobre este grupo social. Lo hace respondiendo, a su vez, a nuevas preguntas: «¿Nobleza ociosa? […] ¿Clase dominante que instrumentaliza al Estado? […] ¿Clase reaccionaria, en cuanto, a sus actitudes políticas?«.
Los capítulos a cargo de los profesores Ramón Morales («¿Qué fue de la nobleza indiana?«), Alfonso Bullón de Mendoza («Nobleza y política en la España contemporánea, 1788-
El resto de los capítulos sigue un orden cronológico. El trabajo del profesor Antonio Manuel Moral («Restauración política y poder estamental: la nobleza cortesana en el reinado de Fernando VII«) gira alrededor de la «imagen dinámica, ligada a la representación simbólica a todos los niveles: personal, de sus mecanismos y ritual» que adoptó la Corte fernandina y cuya «estructura cortesana fue una imagen simbólica del Estado, la cual presentó un organismo complejo, de múltiples dimensiones, en el cual se confundieron y se sobrepasaron varios planos como el doméstico, el parentesco, el político, el diplomático…«. La presencia e importancia de la nobleza durante este período se plasmó en la ocupación de los cargos más cercanos al monarca (caballerizo mayor, sumiller o el mayordomo mayor).
El profesor Rueda participa con un nuevo capítulo, ahora dedicado a la nobleza durante el reinado de Isabel II. Su trabajo es, quizás, el más biográfico del libro pues el hilo conductor lo constituye la vida de la Reina (incluso después de abdicar en su hijo), de modo que los nobles que aparecen lo hacen por su relación con ella. De ahí que ocupen un papel destacado los amantes de Isabel II y su círculo cercano. A este artículo le sigue otro muy breve («La nobleza en Madrid en la época de la Restauración«) del profesor Guillermo Cortázar en el que intenta «aportar algunas hipótesis de trabajo, informar sobre nuevas evidencias acerca de la élite en Madrid y sugerir nuevas categorías o conceptos que permitan un avance o caracterización del proceso de modernización español«.
Los dos capítulos finales se adentran en el siglo XX y analizan el reinado de Alfonso XIII y los años previos a la proclamación de la República. El profesor José Miguel Hernández analiza, mediante el examen de los Grandes, la dicotomía, en apariencia contradictoria, entre el prestigio y la posición social que mantuvieron y su inevitable decadencia, cuyo fin «sólo se entiende como una mezcla entre la renuncia personal a sus elementos de distinción, la aparición de nuevos grupos de prestigio que ostentaban un poder social basado en distintos –o sustraídos-
El libro concluye con una recopilación bibliográfica de trabajos dedicados a la nobleza.
*Publicado por RH+ Ediciones, abril 2014.