FORCOLA - LA MUSICA INVISIBLE

La música invisible. En busca de la armonía de las esferas
Stefano Russomanno

La música encierra muchos más misterios de los que deja traslucir. Si los pitagóricos ya vieron, allá por el siglo VI a.C., una relación entre ella, las matemáticas y lo místico, esta correspondencia se ha acentuado a medida que la humanidad evolucionaba. En un denso pero fascinante libro (Gödel, Escher, Bach: un eterno y grácil bucle), Douglas R. Hofstadter analizaba los paralelismos, evidentes y ocultos, entre los grabados de Escher (aquellas escaleras que conducen a ninguna parte), el teorema de lógica matemática que propuso Kurt Gödel y la música de Bach (en especial, sus fugas y contrapuntos), y otras referencias en las que tiene cabida la inteligencia artificial, Lewis Carroll, el ajedrez o la música de John Cage. Como Hofstadter, numerosos autores, especialistas o profanos, han estudiado las interacciones entre la música y el cosmos, entre la magia emanada de los instrumentos de una orquesta y la rígida armonía de las fórmulas matemáticas.

Tenía trece años cuando leí en una revista una noticia que captó con fuerza mi atención. En ella se relataba un curioso experimento realizado a partir de las imágenes en alta resolución que las sondas Voyager habían enviado a la Tierra a su paso por Saturno. Utilizando estas fotos, alguien había tenido una extravagante idea: reproducir con la mayor precisión los anillos de Saturno en forma de surcos sobre un disco de vinilo. Luego, había organizado una audición pública para comprobar el resultado. ¿Saldría algún tipo de música de aquel singular ensayo? La mayor parte del disco resultó ser una sucesión amorfa de ruido blanco, pero en un determinado momento uno de los asistentes al acto afirmó haber reconocido, en medio de la sucesión de frecuencias sin sentido, un pequeño fragmento de la Ofrenda musical de Bach”. Así comienza la obra del crítico musical Stefano Russomanno, La música invisible. En busca de la armonía de las esferas* cuyos capítulos se inician, al igual que el libro, con un breve excursus biográfico del autor.

Estamos ante trabajo imprescindible para los amantes de la música y para quienes la consideran algo más que una simple sucesión de notas generadoras de una melodía agradable. No obstante el párrafo transcrito, la obra de Russomanno no se limita a analizar los puntos de fricción o de contacto entre la música y la cosmología. Nos hallamos, más bien, ante una atípica historia de la música en la que el autor escoge, a título personal, distintas épocas y compositores y los analiza para extraer sus propias conclusiones sobre la “música invisible”, es decir, aquella que, “[…] cosida en el reverso de la música que oímos, no envuelve sólo los planetas, las estrellas y el cielo, sino todo lo existente, incluidos nosotros”.

El calificativo de “invisible” se utiliza tanto para las composiciones que de modo expreso buscan el silencio (por ejemplo, la sinfonía inacabada de Schubert o los silencios en las partituras de Sibelius), como para las que lo utilizan figuradamente (cuando lo asimilan a lo inaudible, a lo secreto o a lo prohibido). Este fue el caso, recogido en el libro, del grupo vocal femenino que tocaba solo para el duque de Ferrara y para un reducido círculo a finales del siglo XVI, pero cuya fama se extendió por todo el continente europeo.

LA MUSICA INVISIBLE - CONCIERTO CAMPESTRE

En los capítulos del libro encontramos títulos tan sugestivos como El rey los planetas (aborda la famosa obra de Bach, la Ofrenda floral, y su relación con Federico II de Prusia); Cantan las piedras (trata de reconstruir la melodía oculta de los claustros románicos de San Cugar y Gerona); Las inacabadas de Schubert; La “música secreta” del duque; El Tao de Mozart (sobre los conciertos K 467 y K 453 del genio de Salzburgo); Canciones de abajo y de arriba (aborda las grabaciones que se hacen sobre el fondo de los océanos); El décimo tercer invitado (explora la sinfonía nº 9 de Mahler y sus últimos compases); Siete guerreros (ensalza la figura del compositor español de Francisco Guerrero); las Voces del agua (nos explica la labor de Poul Rasal Skovgaard, quien se ha dedicado a grabar la voz de los ríos de Escandinavia) o Música selvática (páginas dedicadas al croar de las ranas), entre otros.

Como se desprende de esta heterogénea enumeración, los temas de la obra de Russomanno son bien diversos, además de sumamente originales. Pocos ensayistas son capaces de combinar su pasión por la música con un enfoque divulgativo accesible a todos los públicos. Él lo logra con creces. Ahora bien, requiere un lector perspicaz y activo, que sepa (o al que, por lo menos, le suenen) quiénes fueron Mahler, Bach, Schubert o Sibelius. Al margen de las historias que relata, el libro de musicólogo italiano encierra una profunda reflexión sobre el hombre, su existencia, su conciencia y su interacción con el cosmos y con la naturaleza, así como con el orden que rige a ambos. La reflexión se extiende al papel del silencio en nuestras vidas y a las inquietudes que unos pocos genios han sabido trasladar a sus partituras, de las que Russomanno nos ofrece algunas pinceladas.

Concluimos con esta reflexión del crítico musical: “Decía Rilke que la música es a la vez melodía y universo (Tönen und All). Estarían presente en ella las dos vertientes indisociables: una visible, producto de la acción e invención humana, y otra invisible, un principio de resonancia cósmica que entrelaza cosas distantes en el tiempo, el espacio y la forma, englobándolas en un todo ordenado. “Sobre una de sus caras estamos nosotros, y sobre la otra, no separada de nosotros más que por un poco de aire conmovido, tiembla la inclinación de las estrellas”. Aquella inverosímil noticia sobre el hallazgo de un fragmento de la Ofrenda musical en los anillos de Saturno insinuó poco a poco en mí el convencimiento de que la música, tal como la conocemos y etiquetamos, no es sino el pequeño afloramiento de un continente mucho más amplio que en todo momento suena a nuestro alrededor, pese a que nuestros oídos son incapaces de percibirlo”.

Stefano Russomanno ha estudiado musicología en la Università degli Studi de Milán con Francesco Degrada. Desde 2001 es coordinador de la sección de música de ABC Cultural. Ha publicado artículos en revistas especializadas y ha colaborado con instituciones musicales tales como I pomeriggi musicali de Milán, el Teatro Real de Madrid, la Orquesta Nacional de España, el Festival de Música y Danza de Granada, el Archivo Manuel de Falla de Granada y el Festival de Música Contemporánea de Estrasburgo. Sus investigaciones se centran preferentemente en el barroco y en el siglo XX. Ha preparado la versión castellana de El teatro a la moda de Benedetto Marcello (2001) y es autor del libro Dante Alighieri y la música (2009).

*Publicado por Fórcola Ediciones, mayo 2017.