ALIANZA EDITORIAL - LA MONARQUIA DE LOS AUSTRIAS

La monarquía de los Austrias. Historia del Imperio español
Manuel Rivero Rodríguez

La historiografía española (y extranjera) no termina de ponerse de acuerdo al definir qué fue el Imperio español. Las interpretaciones y tesis difieren considerablemente, en función de quien las postule. Se ha hablado de un Imperio unitario y centralizado, en especial a partir de Felipe II; de un ente político descentralizado y heterogéneo, formado por una pluralidad de reinos sin apenas relación entre ellos; de una nación fanática y ultracatólica que quiso imponer a sangre y fuego su hegemonía en el mundo, de la mano del catolicismo; de un efímero Imperio que apenas duró una centuria y cuyas debilidades le hicieron sucumbir ante las nuevas potencias europeas; y, por supuesto, se ha cuestionado su propia condición de Imperio o incluso de Estado. Todas estas hipótesis, y otras muchas, son reflejo, en demasiadas ocasiones, de la diversidad ideológica de quienes las presentan. La Historia, al final, no es sino una interpretación de las fuentes a nuestro alcance.

Las polémicas doctrinales se extienden tanto al fijar el origen del Imperio español, como al establecer su final ¿Comenzó con el matrimonio de los Reyes Católicos? ¿Con la llegada a España de Carlos I, en 1517? ¿Con la abdicación de Carlos en su hijo Felipe II en 1555? ¿Y concluyó con la firma de la Paz de Westfalia en 1648? ¿Con los Tratados de Utrecht en 1713? ¿Con la independencia de las naciones americanas, a principios del siglo XIX? ¿O con la pérdida de Cuba y Filipinas en aquel fatídico 1898? Las opiniones varían sustancialmente y predomina la disparidad académica. Muchas de las dudas suscitadas provienen de lo difuso y ambiguo de los conceptos utilizados: ¿qué es exactamente un Imperio? ¿Qué cualidades debe reunir un Estado para ser catalogado como tal? Más allá de las disquisiciones teóricas, resulta incuestionable que, durante los siglos XVI y XVII, la Monarquía Hispánica jugó un papel decisivo en los asuntos de Europa y el mundo.

El profesor Manuel Rivero Rodríguez analiza en su obra La monarquía de los Austrias. Historia del Imperio español* cómo se conformó y se desarrolló la Monarquía Hispánica hasta alcanzar aquella posición hegemónica. En palabras del autor, “Los siete capítulos que presentamos en esta obra se agrupan en una secuencia progresiva, la acumulación de poder y el crecimiento que acompañan al desarrollo del Imperio español hasta que colapsa en la década de 1640 y se transforma en una gran potencia en el sistema europeo a partir de 1659. La Guerra de Sucesión marca el final de toda aspiración universalista al renunciarse a la continuidad dinástica en la casa de Habsburgo”.

La obra sintetiza en algo más de trescientas páginas los siglos XVI y XVII desde la óptica de la Monarquía de los Austrias en España. Dada la magnitud de los sucesos ocurridos en estas dos centurias y el espacio disponible, Manuel Rivero ha de mostrarse muy selectivo a la hora de escoger los que abordará. Opta por la historia política, centrándose en acontecimientos que ejemplifican la construcción imperial de la Corona hispana a nivel mundial. De este modo, alude a la presencia española en los cuatro continentes y a los mecanismos para afianzar la autoridad del monarca en los territorios que se iban descubriendo y conquistando. Hace asimismo hincapié en la conformación de una incipiente Administración central (con todos los matices que este término sugiere), creada con el propósito de que el soberano gestionase y controlase sus posesiones. El régimen polisinodial se mantuvo, con algunas modificaciones, hasta la Constitución de 1812, aunque bajo el reinado de Felipe III se introdujera la figura del valido, cuyo encaje institucional también es examinado.

MONARQUIA DE LOS AUSTRIAS - RENDICION DE BREDA

Junto a este enfoque, también pasa revista a los principales hitos del Imperio español. Entre ellos, subraya las guerras con Francia a lo largo de la primera mitad del siglo XVI, la conquista del Nuevo Mundo, la guerra contra Inglaterra, las luchas partisanas en el seno de la Corte bajo el reinado de Felipe II, la unión de la Corona portuguesa, la guerra de los Treinta Años, la crisis de la monarquía en los años 1621 a 1647 o los últimos años del reinado de Carlos III. Cada uno de estos sucesos es analizado de forma independiente —a algunos se les dedica, lógicamente, mayor atención que a otros—, pero el catedrático de Historia Moderna logra dotar a todo su relato de una coherencia y unidad interna que ilustra el ascenso y la caída del Imperio español. El lector, gracias a la agilidad y a la concisión de la prosa del profesor Rivero, tiene la oportunidad de adentrarse en las entrañas de aquel gigante de barro, sin necesidad de acudir a los voluminosos manuales al uso.

Uno de los puntos clave de la obra es el análisis de la “famosa” decadencia del Imperio español. Manuel Rivero rechaza que se produjera: “puede observarse que no empleamos el término decadencia y ello se debe a que la crisis fue sobre todo existencial, se recondujo y se superó a partir de 1660. El Imperio español dejó de poseer la supremacía mundial pero no desapareció y tampoco se convirtió en una potencia de segundo orden. En el siglo XVIII conoció un periodo de crecimiento y desarrollo. Decadencia precede a la caída y extinción, así lo definió en el siglo XVIII Edward Gibbon en su monumental Decadencia y caída del Imperio Romano. Al Imperio español no le sucedió tal cosa, no se extinguió y es difícil admitir que antes de su desaparición en el siglo XIX el Imperio español sufrió algún tipo de decadencia en el siglo XVIII. La transformación de la monarquía de España en nación española es competencia que excede lo que aquí planteamos”.

El profesor Rivero también destaca la interdependencia que existió entre los territorios del Imperio. Más allá de las armas o del peso de la religión católica, resalta cómo los intereses compartidos por los reinos que componían la Monarquía Hispánica fueron uno de los principales instrumentos vertebradores de la unidad política de la Corona. El Imperio español actuó como una inmensa red de intercambio de ideas, de cultura y de productos a escala mundial, cuyo resultado fue, en cierto modo, la creación de un complejo entramado de valores de alcance global. Citando nuevamente al autor: “Del mismo modo que hoy consumimos tecnología, alimentos, entretenimiento y objetos originales o copiados de modelos estadounidenses, algo parecido puede decirse que le ocurrió a los europeos de hace cuatrocientos años: si hay chocolateros suizos en los Alpes, pizza con tomate en Nápoles, patatas fritas en Bélgica o tabaco para pipa en Inglaterra esto se debe a la capacidad de transferencia de productos y modas que esparció el Imperio español en todo el mundo”.

A caballo entre la síntesis histórica, la obra divulgativa y el manual universitario, el trabajo de Manuel Rivero destaca por la sobriedad de sus planteamientos y por el agudo análisis que realiza de las peculiaridades del Imperio español. Sin sesgos apologéticos ni partidistas, disecciona las bases sobre las que se edificó el poder de la Monarquía Hispánica y las causas de su pretendido colapso. Es, así, un libro de lectura sumamente interesante, que nos puede ayudar a comprender una época esencial de nuestro pasado.

Manuel Rivero Rodríguez (Madrid, 1962) es Catedrático acreditado de Historia Moderna en la Universidad Autónoma de Madrid, investigador del Instituto Universitario “La Corte en Europa” y director de la revista LibrosdelaCorte.es. Está especializado en las relaciones entre España e Italia durante el Renacimiento y la Edad Moderna. Ha dirigido proyectos de investigación nacionales e internacionales en colaboración con las universidades de Roma, Pisa y Catania. Entre sus obras cabe destacar Felipe II y el gobierno de Italia (Madrid 1999), Gattinara, Carlos V y el sueño del Imperio (Madrid 2005), La España de Don Quijote (Madrid 2005), La batalla de Lepanto (Madrid 2008) y La Edad de oro de los virreyes (2011).

*Publicado por Alianza Editorial, febrero 2017.