Muchos de los rasgos que hoy caracterizan a España tienen su origen en la Edad Media. Fue entonces cuando quedó prácticamente configurada la estructura territorial de la península tal como la conocemos, con sus matices y peculiaridades regionales. El matrimonio de los Reyes Católicos puede considerarse el punto final del proceso de la Reconquista y el inicio de la España moderna. La unión, no obstante, entre las Coronas de Castilla y de Aragón no supuso la creación inmediata de una nueva realidad política, ya que ambos reinos conservaron las tradiciones y privilegios que habían cimentado durante siglos (aunque mucho se ha debatido sobre esta cuestión y no parece que se vaya a alcanzar pronto un consenso entre los especialistas).
Más de setecientos años transcurrieron desde la entrada de los musulmanes en la Península hasta la caída del Reino nazarí de Granada. Siete siglos durante los cuales los reinos cristianos tuvieron que ir trabajosamente luchando por recuperar cada fanega de tierra. Arrinconados en el norte y escasos de recursos frente a un adversario más poderoso, tardaron casi dos siglos en articular unas instituciones que ordenasen el caos inducido por la invasión islámica. Tan sólo a partir del siglo XI empieza a desarrollarse una verdadera política centrada en la recuperación de los territorios perdidos (paralela a la aparición de ciertas estructuras estatales) y ya en el siglo XIII, tras la victoria en las Navas de Tolosa (1212), esta política se hace realidad con la rápida conquista de casi toda la superficie peninsular.
La Reconquista fue un proceso lento y de una gran complejidad. No sólo consistía en ganar batallas y capturar ciudades, implicaba un sinfín más de elementos que a veces olvidamos como la repoblación de franjas fronterizas, el reparto de las tierras recuperadas, la creación de nuevos centros urbanos, la configuración de una legislación que se ajustase a la nueva realidad social o la articulación de un poder político que equilibrase las fuerzas entre el monarca y la nobleza. El trabajo del académico y catedrático Miguel Ángel Ladero Quesada La formación medieval de España*, busca comprender cómo se produjo la Reconquista y las respuestas que a ella dieron los reinos cristianos y «mostrar cómo nace una nueva sociedad en un nuevo espacio, qué debe al pasado y al orden social vigente en las tierras de las que proceden sus componentes y qué toma del territorio en el que se instala y de su historia anterior«.
Lo primero que hemos de decir sobre la obra es que se trata de un libro cuya lectura requiere toda nuestra atención. Estamos ante un trabajo especializado que cuenta con un gran volumen de datos y referencias, hasta el punto de que pudiera llegar a abrumar a quien no esté acostumbrado a este tipo de obras. El propio autor lo reconoce al admitir que «son [los temas del libro] densos e incluso áridos» pero, superado este obstáculo, «el premio del lector consiste en que acaba sabiendo mucho más sobre su propio país, descubriendo los aspectos profundos de la realidad que se ocultan bajo el nombre de un pueblo, la apariencia de un paisaje o lo anecdótico de una historia lejana«. Es un trabajo para leer con tranquilidad y detenimiento, y esencial para todo aquel que, de verdad, quiera comprender cómo fue la Edad Media española.
El profesor Ladero construye su relato en torno a dos ejes. Por un lado, adopta un enfoque general, común a todos los reinos que participan en la Reconquista, a fin de exponer la paulatina aparición de una identidad global que desembocará en la formación de España, así como los distintos hitos políticos, económicos y sociales de la península durante esta época. Por otro lado, examina las características propias de cada región y sus rasgos más representativos. La división geográfico-
El primer capítulo («Conquistar y poblar«) está dedicado por entero al enfoque general. Encontramos en él, además de un resumen cronológico de las principales fases de la Reconquista, dos reflexiones cardinales sobre este proceso: la utilización de la idea de «recuperación/restauración» como instrumento de propaganda de todos los reinos cristianos, y la repercusión que tuvo la política repobladora o colonizadora de las tierras fronterizas. Se abordan cuestiones tan relevantes como las relaciones entre cristianos y musulmanes en este período, la proyección europea de la península (el Camino de Santiago jugó un papel decisivo) o la idea que la sociedad medieval tenía de España. La finalidad de este capítulo es «elaborar un breve esquema de las realidades complejas y diversas subyacentes en el viejo concepto de ‘reconquista’, que sirva también como introducción a los temas específicos tratados en los capítulos siguientes del libro«.
El segundo capítulo sirve de puente entre el enfoque general y el geográfico-
Los sucesivos capítulos o bloques temáticos están dedicados a zonas específicas. En total son tres: del Duero a Sierra Morena (Castilla y León y Portugal), del Ebro al Mediterráneo (Aragón, Cataluña, Mallorca y Valencia) y el Sur (Andalucía, Murcia, Granada y las islas Canarias). No es posible detallar en esta reseña los rasgos más destacados de cada región y la aproximación que a ellos hace el autor, tal es la cantidad de información que maneja el profesor Ladero y la extraordinaria minuciosidad (a pesar de querer ser una síntesis) con la que la presenta. Son analizadas en los tres capítulos, entre otras cuestiones, la procedencia de los nuevos pobladores, el papel desempeñado por los señores y cómo fueron recompensados, el grado de implicación de las órdenes eclesiásticas en la Reconquista, la distribución de las nuevas tierras o el régimen legal otorgado a las ciudades.
La obra, de lectura imprescindible para conocer nuestras raíces históricas, busca, en palabras de su autor, «explicar cómo se formó España a lo largo de la Edad Media, en sus territorios, regiones y reinos, para disponer del instrumento intelectual que nos permita armonizar en cada caso la explicación de lo que es común con la de lo que es peculiar. Confío en que, a pesar de los defectos y limitaciones del libro, los lectores hallarán en él elementos para llevar a cabo este ejercicio de sensatez«.
Miguel Ángel Ladero Quesada (Valladolid, 1943), doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Valladolid, es Catedrático de Historia Medieval de la Universidad Complutense (Madrid) y, anteriormente, de las de La Laguna y Sevilla. Académico de número de la Real Academia de la Historia y Vicepresidente del Comité Español de Ciencias Históricas. Especialista en Historia de los siglos XIII al XV. Dirige la serie anual En la España medieval publicada por la Universidad Complutense desde 1980 y pertenece al consejo editorial de numerosas revistas especializadas.
*Publicado por Alianza Editorial, abril 2014.