SENDAGORTA - RIALP - INDOMABLES DEL MAR

Indomables del mar
Enrique de Sendagorta

El estudio de la historia naval está de moda: en los últimos años han aparecido numerosas obras (y exposiciones, conferencias, congresos…) dedicadas a recorrer nuestro pasado marino y ensalzar a sus protagonistas. Destaca, por ejemplo, la merecida recuperación del legado de Blas de Lezo, tantos años olvidado y relegado a figura de segundo orden. Nos cuesta a veces recordar que el Imperio español estaba asentando sobre su poderío naval y que nuestra Armada llegó a dominar durante varios siglos y sin oposición todo un océano, el Pacífico; mientras que en el Atlántico tan sólo Inglaterra y los Países Bajos osaban hacernos frente.

Como decíamos en una anterior reseña, sorprende lo poco que conocemos nuestra historia naval. La gran mayoría sabrá qué fue la Armada Invencible o la batalla de Lepanto pero seguramente este número se reducirá si preguntamos quiénes fueron los capitanes generales que protagonizaron ambos acontecimientos. Es una lástima, pues contamos con un panteón de grandes marinos que nada tiene que envidiar al de las otras naciones, no sólo en valor sino en conocimientos científicos y técnicos. Fueron estas destacadas personalidades (hoy olvidadas por casi todos) las que lograron, cuando el Imperio se derrumbaba, mantener a duras penas el prestigio español y las imprescindibles relaciones con las colonias de ultramar. El trabajo de Enrique de Sendagorta, Indomables del mar. Marinos de guerra vascos en el siglo XVIII*, es un tributo a aquellos hombres.

No estamos, sin embargo, ante una obra acotada exclusivamente a contar las peripecias de un reducido grupo de marinos vascos. Enrique de Sendagorta va más allá y combina las gestas (o fracasos) de la marina española del siglo XVIII y principios del XIX con el decisivo papel jugado por aquéllos. Encontramos unidos, por tanto, el relato de grandes batallas con la infatigable labor de algunos hombres por mantener activa, moderna y útil la maltrecha flota española. Dada la importancia que la Armada jugaba en la política nacional e internacional, cada capítulo del libro comienza con un pequeño resumen de los hitos más importantes de ese período que permiten contextualizar los hechos descritos a continuación.

BATALLA TRAFALGARReseñable es el anexo incluido al final del libro en el que se detallan las ocho biografías de los, quizás, más importantes marinos vascos (y, por lo tanto, de España): Gaztañeta Iturribalzaga, Blas de Lezo y Olabarrieta, Mazarredo Salazar, Álava y Sáenz de Navarrete, Justo Salcedo, Gardoqui Jarabeitia, Gomendio y Churruca. Será al narrar sus vidas donde mejor queda reflejado el propósito del trabajo de Enrique de Segoberta, que él mismo resume en el prólogo de su obra: «Por eso, con la sola pretensión de ser guijarro que se lanza como aviso, escribo estas páginas acerca de vidas que fueron empapadas en el noble propósito de servir. Son pinceladas biográficas de marinos vascos, enmarcadas en el modesto propósito de difundir con extrema brevedad los afanes y las luchas de un tiempo de España en el mar«.

Una de las mayores cualidades del libro es su fácil lectura. Está escrito para informar y entretener al mismo tiempo. Su destinario es el gran público, de ahí que contextualice casi todo su contenido. Como suele suceder con este tipo de obras, en las que es fácil que el autor se deje arrastrar por sus emociones y preferencias, Enrique de Sendagorta peca en algunas ocasiones de vehemente y se olvida de ciertos matices (otras veces estas desviaciones están completamente justificadas por la extraordinaria actuación de los protagonistas). Por suerte, aquéllas son las menos y el grado de objetividad se mantiene alto a lo largo del libro.

Podríamos dividir la obra en dos grandes bloques. El primero, a modo de introducción, engloba los cinco primeros capítulos que están dedicados al Descubrimiento, a las guerras navales en los siglos XVI y XVII, al Pacífico, a la Ilustración y a las aportaciones científicas y técnicas de España. En ellos se explica la situación de la Armada española antes de la llegada de los Borbones y el clima cultural que se desarrolló durante el siglo XVIII. La presencia de marinos vascos es constante y a ellos se alude en numerosas ocasiones, aunque en ningún caso se omite la labor desempeñada por otros personajes españoles.

BATALLA CARTAGENAEl segundo bloque (capítulos seis a nueve) adopta un orden cronológico cuyo punto de partida es la firma del Tratado de Utrecht y concluye con la Guerra de Independencia española. Aborda la parte más histórico-militar de la obra y recoge los grandes enfrentamientos navales del siglo XVIII entre España y las otras potencias europeas, aunque en la mayoría de las ocasiones el oponente será Inglaterra.

Para quienes gusten de lecturas amenas e interesantes y sientan la curiosidad por conocer un poco más acerca del pasado marino español, la obra de Enrique de Sendagorta puede servir como un magnífico estudio introductorio. La referencia a los marinos vascos se entiende desde la explicación que nos facilita el propio autor: «Lo que he buscado primordialmente es mostrar con el ejemplo de los marinos de guerra, cómo los vascos contribuyeron con grandeza, generosa y heroica, al ser de España que en su misma urdimbre llevará siempre el optimismo emprendedor y leal de aquellos hombres«.

Enrique de Sendagorta es fundador y presidente de Honor del grupo SENER. En 2011 obtuvo el Premio Nacional a la Trayectoria Innovadora. Fue Director General de Comercio Exterior, y de Expansión Comercial, consejero director general de la Sociedad Española de Construcción Naval, presidente ejecutivo de Petronor y consejero delegado del Banco de Vizcaya. Ha recibido, entre otros galardones, la Gran Cruz del Mérito Naval.

*Publicado por la editorial Rialp, mayo 2014.