KAILAS - HITLER Y STALIN

Hitler y Stalin. Vidas paralelas
Alan Bullock

Los dos principales protagonistas del siglo XX fueron Adolf Hitler y Iósif Stalin. La Alemania nazi y la Unión Soviética, ambos estados totalitarios, son creaciones suyas (quizás algo menos en el caso de Stalin, quien hubo de seguir durante un tiempo la senda marcada por Lenin). Uno y otro no duraron en dirigirlas con mano de hierro, aniquilando toda oposición o cualquier adversario que les discutiese el poder. Sus legados condicionaron los hechos más relevantes de las últimas siete décadas, hasta tal punto que, sin ellos, no podemos comprender el mundo en el que hoy vivimos. Puede parecer una aberración que las decisiones adoptadas por dos despiadados dictadores hayan llegando al extremo de modelar nuestro presente, pero ya nada podemos hacer para enmendar el dislate de nuestros predecesores.

¿Quiénes fueron Hitler y Stalin? ¿Cómo llegaron al poder? ¿Qué personalidades tenían? ¿Cómo fueron capaces de conducir a millones de hombre a la muerte? Se han editado incontables estudios y trabajos que intentan dar respuesta a estos interrogantes. La fascinación que ambos personajes generan, décadas después de su muerte, ha provocado que estemos ante un campo abonado para todo tipo de teorías descabelladas y conspirativas. Muchas de las publicaciones sobre ellos son verdaderos disparates, sin base científica, que no saben distinguir la fantasía y el rigor académico, la exageración y el contraste fehaciente de las fuentes, el mito y la realidad. Incluso entre prestigiosos académicos, esos límites se difuminan en ocasiones y dejan al lector con más dudas que respuestas. Ahora bien, excepcionalmente aparece una obra que despunta del resto por su calidad y su sobriedad y nos ayuda a comprender a unos hombres y a una época sumamente complejos. Entre estos extraordinarios (y escasos) trabajos se encuentra, sin duda, el libro del profesor Alan Bullock, Hitler y Stalin. Vidas paralelas*.

La obra de Bullock fue publicada por primera vez en 1991, pero no se había traducido al castellano hasta ahora. Disponíamos de su (canónica) biografía sobre Hitler, pero no habíamos tenido la oportunidad de disfrutar de este monumental trabajo que, siguiendo el modelo del historiador griego Plutarco y sus conocidas Vidas paralelas, confronta las biografías de los dos dictadores. La labor acometida por Alan Bullock es sencillamente brillante. A lo largo de más de mil seiscientas páginas, que condensan un titánico esfuerzo de investigación, analiza pormenorizadamente el poliédrico universo personal y el entorno que rodeó a ambos personajes. Por supuesto, conocer a Hitler y Stalin implica conocer los regímenes que dirigieron, por lo que también nos adentramos en las luchas de poder del partido comunista o en la fundación del nacionalsocialismo. Dada la ingente cantidad de información facilitada, su lectura ha de ser sosegada, pero merece la pena: pocas obras reúnen esa capacidad de divulgación y excelencia académica que logra Bullock.

Así explica el propio historiador la naturaleza de su trabajo: “Tanto Hitler como Stalin son recordados por los papeles que desempeñaron en el acontecer público y no por sus vidas privadas. Aun cuando he analizado sus personalidades y he recurrido a los aspectos psicológicos, cada vez que me parecía necesario para la compresión de los personajes, esta obra es esencialmente una biografía política, emplazada en el entorno de los tiempos en los que los dos vivieron”.

HITLER Y STALIN - HITLER DANDO UN DISCURSO

¿Fueron Hitler y Stalin dos lunáticos paranoicos que llegaron al poder por azares del destino? Probablemente no. Ni eran unos dementes incompetentes —aunque al final de sus vidas, la presión nerviosa y la desconfianza les superaron, alejándolos de la realidad—, ni todo les fue dado, como algunos historiadores han mantenido. Construyeron sus trayectorias desde unos orígenes relativamente humildes y ambos tuvieron que afrontar innumerables obstáculos, haciéndose con el control de sus respectivas naciones gracias, principalmente, a sus innegables habilidades.

Hitler, como explica Alan Bullock, rebosaba carisma, sabía embelesar a las masas y el uso que hizo de ellas le abrió las puertas de la cancillería germana. Stalin, por su parte, medró en el PCUS, haciendo gala de una pericia con la que manipulaba a unos y otros: sabia mover los hilos del partido mejor que nadie y, de este modo, tras la muerte de Lenin, se impuso al resto de candidatos (a quienes no tardó en acaudillar). Obviamente, la caótica situación que atravesaban Alemania y Rusia facilitó sus ascensos, creando un ambiente propicio para esta “nueva” forma de hacer política.

Construir un relato comparativo del recorrido vital de ambos personajes no es sencillo, no solo por la diferencia de edad (Stalin era diez años mayor que Hitler, pero vivió ocho años más que el dictador alemán), sino porque sus experiencias fueron bastante diferentes. Por ejemplo, en 1917, cuando estalla la Revolución Rusa, Stalin ya ocupaba un puesto destacado en el organigrama bolchevique, mientras Hitler combatía en las trincheras, sin que se pudiese atisbar el futuro que tenía por delante. A pesar de estos inconvenientes, Bullock estructura su trabajo en una serie de bloques cronológicos que nos permiten asistir a la evolución de los dos hombres con el paso del tiempo y percibir cómo se van abriendo camino en un mundo hostil y desarraigado.

Hay un capítulo sumamente interesante —en concreto, el correspondiente al año 1934— que sirve al historiador británico para hacer un alto en su narración y echar la vista atrás, resumiendo las similitudes y las divergencias de ambos personajes. Bullock se detiene en sus personalidades (“Ambos hombres compartían la misma pasión por dominar, ambos eran dogmáticos en sus afirmaciones, se encolerizaban por igual antes los argumentos en contra o las críticas. Sin embargo, en lo que al temperamento se refiere, eran dos polos opuestos”), sus rutinas, las relaciones con sus más allegados, sus virtudes y defectos, sus fobias, sus métodos de gobierno (“Además de los servicios de información y seguridad había algunas otras zonas claves con las que Stalin y Hitler trataron de ejercer el monopolio de su control […] El control sobre la economía, sin embargo, era una de esas zonas en las que se manifestaba una gran diferencia entre ellos”), sus tratos con el mundo de las artes y de la cultura o sus ideologías (“En el caso de Hitler, la ideología era lo que el Führer decía que era; en el caso de Stalin, era lo que el secretario general decía que Marx y Lenin habían dicho que era”).

HITLER Y STALIN - STALIN

A nuestro modo ver, resultan más sugestivos los primeros años de ambos líderes, es decir, los que comprenden su formación, sus inicios en la política y sus denodados esfuerzos por sobrevivir y ascender hasta hacerse un nombre. Las páginas que el historiador inglés dedica a estas etapas ilustran la verdadera esencia de Hitler y Stalin, quienes, una vez en el poder, adoptarían una actitud más “pasiva” destinada a perpetuar su autoridad. Si los períodos en el poder han sido más estudiados y resultan conocidos por la historiografía y por el gran público, en los orígenes de ambos dirigentes hallamos las motivaciones y el germen de muchas de las acciones que acometerán más adelante. Sin disponer (aún) de las herramientas institucionales que más tarde se pusieron a su alcance, en esos años iniciales tuvieron que liquidar (a veces literalmente) a enemigos poderosos, que incurrieron en el error de infravalorarlos, y demostrar su pericia para hacerse un hueco en la política nacional.

Otra virtud del texto de Bullock reside en su habilidad para, sin caer en el tremendismo o en la exageración, relatar las atrocidades y excesos que ambos dictadores cometieron. La violencia era una medida más al servicio de sus objetivos, que no dudaron en utilizar profusamente cuando lo estimaron conveniente. Consideraban que, al representar la voluntad del pueblo, sus decisiones estaban completamente legitimadas, más allá de su legalidad. Las purgas de Stalin son de todos conocidas y el historiador británico da buena cuenta de ellas. Lo mismo sucede con Hitler y con las depuraciones que llevó a cabo en el partido nazi. Ahora bien, el autor no se deja arrastrar por exageraciones impropias de un historiador: le basta la descarnada realidad para hacernos presentes las barbaridades ordenadas por los protagonistas del libro.

Alan Bullock incluye una cita de Hegel sobre el papel que desempeñan los individuos en la historia universal: “Pueden ser llamados héroes, en la medida en que han extraído sus propósitos y su vocación no del apacible curso regular de las cosas, sancionado por el orden existente, sino de una fuente oculta, de ese espíritu interior que siempre se esconde por debajo de la superficie y que irrumpe en el mundo exterior, atravesándolo como si fuese una concha, que parte en pedazos […]. Estos hombres de la historia universal —los héroes de una época— han de ser reconocidos, por tanto, como los clarividentes de la historia: sus hazañas, sus palabras son lo mejor de su tiempo”. Hitler y Stalin se creían instrumentos del destino para conducir a sus naciones a la victoria y la cita reitera, con otras palabras, la sempiterna cuestión de quién guía el devenir de la humanidad ¿las circunstancias o los individuos? En la obra del historiador inglés, es constante la lucha entre las fuerzas individuales y el peso del contexto en el que se adoptan las decisiones personales.

Dentro de la abigarrada oferta editorial que existe sobre la Segunda Guerra Mundial, el nacismo y la Unión Soviética, la obra de Bullock se eleva muy por encima del resto. Pocos trabajos alcanzan la brillantez que logra el historiador británico. Si tuviesen que elegir un solo libro sobre ese período, les recomendaríamos que optasen por este. Serio, trabajado, riguroso, entretenido a pesar de su extensión… se trata de una obra extraordinaria que merece ser leída.

Alan Bullock (Bradford, 1914; Oxfordshire, 2004) fue profesor en Oxford, miembro de la Academia Británica (1967) y caballero de la Legión de Honor (1970). Responsable de la guerra psicológica de la BBC contra el Tercer Reich, además de este libro es autor de una biografía de Hitler y de la obra La tradición humanista de Occidente, entre otras.

*Publicado por la editorial Kailas, 2016.