EDICIONES SUBSUELO - ESCRIBIR LEER VIVIR

Escribir. Leer. Vivir. Goethe, Tolstói, Mann, Zweig y Kafka
Toni Montesinos

A finales del siglo XIX, el mundo es un crisol de corrientes artísticas y culturales. Pocas veces en la Historia han confluido tantos pensadores, literatos e idealistas como entonces. Todas las disciplinas sufrieron profundas modificaciones (las vanguardias empezaban a dominar parte del mundo artístico) y la figura del intelectual se asienta, gracias a la consolidación de los periódicos, las revistas y el mundo editorial. Hay quien incluso puede permitirse vivir de los ingresos que generan sus obras, algo insólito hasta ese momento. Personajes hoy mundialmente conocidos destacan en los ambientes literarios de las grandes ciudades europeas, en especial en la cultura germana, que resurge con fuerza, a la par que se acrecienta la influencia política de Alemania. En un ambiente de febril innovación y tras el cambio de siglo, la Europa de la Primera Guerra Mundial romperá con los esquemas decimonónicos y revolucionará la cultura. Nada volvió a ser igual y aquellos mismos autores darán fe de las transformaciones que se producían, entre ellas la aparición de corrientes totalitarias que convirtieron a muchos de nuestros protagonistas en proscritos, obligados a huir de sus propias casas.

El crítico literario Toni Montesinos ha escogido a cuatro de estos autores (y a un quinto, Goethe, precursor de todos ellos) para retratar en su obra Escribir. Leer. Vivir. Goethe, Tolstói, Mann, Zweig y Kafka* la mentalidad y la cultura de la sociedad europea de aquella época. Como el propio autor señala, son “Cinco autores entre los que se pueden tender puentes culturales, geográficos, religiosos, espirituales y hasta íntimos o personales, junto con bastantes otros de similar renombre y calidad artística que complementarán los diferentes contextos nacionales —nacionalistas más tarde, hasta convertir las fronteras en conflictos sangrantes— que actúan de trasfondo y que están históricamente ligados: Alemania, Rusia y el Imperio austrohúngaro que, disuelto al final de la Gran Guerra, daría pie a la Primera República de Austria, la Primera República Checoslovaca, la República Popular de Hungría… Todos estos territorios se abrirán paso a partir de las siguientes páginas, con las que he pretendido descubrir cómo la vida, la lectura y la escritura fueron concebidas y se desarrollaron en un puñado de escritores a medida que su espíritu creador iba dejando obras que el paso del tiempo ha declarado imperecederas”.

A cada uno de los cinco personajes (Goethe, Tolstói, Mann, Zweig y Kafka) del libro se le dedica un capítulo. Montesinos, sin embargo, no se ocupa exclusivamente de ellos y a lo largo de la obra aparecen otros grandes escritores (Friedrich Schiller y Arthur Schopenhauer, Fiódor Dostoievski y Antón Chéjov, Hermann Hesse y Klaus Mann, Joseph Roth y Sándor Márai, Rainer Maria Rilke y Jaroslav Hasek, por citar algunos) que tuvieron relación, ya sea de amistad, epistolar o de otro tipo, con aquellos cinco. Lo que interesa al crítico literario no son tanto las biografías (muy trilladas, en ocasiones) de los protagonistas, sino las redes literarias y culturales creadas a su alrededor, que configuran el cosmos literario y el contexto político, social y cultural de las letras europeas de esa época, cuyo legado sigue siendo palpable hoy. No es un cometido sencillo, pero Toni Montesino lo logra con elegancia y virtuosismo, en un trabajo de un interés indudable para el amante de la buena literatura.

De los cinco escritores, Goethe presenta ciertas particularidades frente al resto. La principal, que nació antes que la mayoría de ellos y que puede verse como faro de sus continuadores. Es sorprendente la influencia que desplegó en la cultura alemana, equiparable a la de Voltaire en la francesa, pero quizás más prolongada en el caso del germano. Montesinos analiza su estrecha amistad con Schiller, la repercusión de su Werther en la sociedad de la época (parece que, tras su publicación, se incrementó el número de suicidios), su compleja relación con Schopenhauer y, por supuesto, los escritos más destacados de la principal figura del Romanticismo.

Tolstói, que nació cuatro años antes de la muerte de Goethe, al que leyó asiduamente, es quizás el escritor más admirado y respetado de las letras rusas. Como señala Toni Montesinos, “Durante toda su vida, una máxima presidió el comportamiento de Lev Tolstói. Para bien o para mal, la decisión anotada en su extenso diario de que, por encima de todo, es necesario vivir para los demás, fue el eje de sus acciones y escrituras”. Como se podrán imaginar, seguir este principio no es fácil, lo que implicó profundos dilemas morales al escritor ruso, en especial en su relación con su mujer e hijos. En el capítulo a él dedicado aparecen Dostoievski (a quien, sorprendentemente, no llegó a conocer en persona), Pushkin, Gogol, Gorki o Chéjov, para concluir con un repaso a la visión que se tuvo y se tiene de la figura de Tolstói.

Mann, Zweig y Kafka nacieron entre los años 1875 y 1883. Los tres conforman el cenit de la literatura germana de principios del siglo XX, aunque sus vidas recorrieron senderos completamente dispares. Mann acabó siendo reconocido como uno de los mayores escritores de su generación y su prestigio le acompañó hasta su muerte. Zweig, cuya fama también llegó a ser considerable, se quitó la vida, incapaz de soportar la extensión del nacionalsocialismo en su amada Europa. Kafka apenas fue conocido en vida y murió en la pobreza, con una salud muy precaria. Si sus periplos vitales no pueden ser más opuestos, sus escritos reflejan la ruina de la Vieja Europa y el nacimiento de un nuevo continente, en medio de sentimientos tan contrarios como el odio, la esperanza y la ilusión. Junto a ellos, aparecen en estas páginas figuras tan reputadas como Herman Hesse, Karl Kraus, Joseph Roth, Sándor Márai o H. H. Grimm. De fondo, por desgracia, se halla la oscura sombra del nacismo y de los devastadores efectos que tuvo en estos escritores.

Concluimos con estas reflexiones del autor sobre sus biografiados: “Son maestros de las emociones, que toman diferentes aspectos: el lirismo culto de Goethe, el tormento interior de Tolstói, los sentimientos extremos en Zweig, la tensión entre el corazón y el intelecto en Mann, la aparente frialdad del estilo kafkiano para captar la deshumanización del mundo contemporáneo”. A lo que añade las siguientes pequeñas pinceladas de sus personalidades: “La autoconfianza de Goethe, educado en la cultura y en el arte de la seducción; las feroces contradicciones de Tolstói, que lo hacen tan apasionado y humano; la obsesión por controlar cada detalle en Mann, de verse a sí mismo como si cada cosa que hace fuera importantísima; el esfuerzo continuo de Zweig, trabajando sin descanso y ayudando a muchos escritores; Kafka, sufridor, por su memoria, por su trato con sus novias, por equilibrar el tiempo de trabajo con la escritura”.

Toni Montesinos (Barcelona, 1972), crítico literario del periódico La Razón desde el año 2000, ha editado o prologado clásicos españoles, latinoamericanos y anglosajones y publicado más de veinte libros de poesía, novela, ensayo y crónicas viajeras. Por La pasión incontenible. Éxito y rabia en la narrativa norteamericana (2103) recibió el XI Premio Internacional de Crítica Literaria Amado Alonso. Sus obras más recientes son La suerte del escritor viajero. Crónicas literarias de Europa y América (2015), Los tres dioses chinos. Un viaje a Pekín, Xian y Shanghái, desde Nueva York y hasta Hong Kong (2015), Que todo en la vida es cine. Escritos autobiográficos sobre películas (2016), La soledad del tirador (2017) y El triunfo de los principios. Cómo vivir con Thoreau (2017).

*Publicado por Ediciones del Subsuelo, septiembre 2017.