ATHENAICA - PENSAMIENTO TERRITORIAL DE LA II SEGUNDA REPUBLICA

El pensamiento territorial de la Segunda República Española
Daniel Guerra Sesma (ed.)

Parece que estamos condenados a discutir los mismos temas una y otra vez. Las supuestas originalidades de algunos planteamientos políticos coinciden, al final, con las ideas y discursos pronunciados hace décadas. Cambian algunas palabras y, a veces, ni siquiera eso. No somos capaces de superar nuestras rencillas ni de entender la realidad cambiante y seguimos, por tanto, construyendo una visión distorsionada de nuestro presente. Los políticos son propensos a caer en elaboraciones imaginativas de lo que el resto de la sociedad desea. Ya sea la “gente”, ya sea el “pueblo”, ya sea la “nación”, tratan de apropiarse de sus anhelos y de convertirse en sus portavoces. Cuando quieren obtener algo de legitimación, todo les resulta válido. Por desgracia, nos dejamos arrastrar por estos cantos de sirena y no son pocos quienes secundan hasta la más disparatada de las propuestas, aunque carezca de toda enjundia lógica y práctica.

El mayor problema que en la actualidad sacude a nuestro país son los movimientos independentistas, que aspiran a fracturar a una débil y precaria España. No valoraremos ahora, ni es este el sitio para hacerlo, la motivación que hay detrás de este espíritu centrífugo o los argumentos utilizados para justificar las pretensiones secesionistas; tan solo diremos que, desde un punto de vista histórico, muchos de ellos caen en una peligrosa tergiversación de la realidad, con el propósito de “defender” unos intereses netamente políticos. Ahora bien, ninguno de esos movimientos presenta caracteres originales: sus reivindicaciones continúan la senda nacionalista iniciada a finales del siglo XIX y potenciada durante la Segunda República en diversas regiones de la Península. Si la llegada del régimen republicano en 1931 abrió la posibilidad de establecer nuevas estructuras territoriales y un original modelo de Estado, los debates que se produjeron en aquellos años son fundamentales para conocer qué está sucediendo en la España de hoy.

El profesor de la Universidad de Sevilla Daniel Guerra Sesma, ha reunido en la obra El pensamiento territorial de la Segunda República Española* una serie de discursos y artículos pronunciados o escritos por las grandes figuras de aquel momento (de todo el espectro ideológico) que abordan la peliaguda cuestión del modelo territorial español. Un trabajo hoy más necesario que nunca, pues nos sirve como espejo sobre el que reflejar las cavilaciones producidas en torno a este problema a principios de siglo y las conclusiones alcanzadas por grandes personajes, a los que nadie negará, independientemente de su adscripción partidista, una calidad intelectual y una profundidad de análisis considerablemente superior a la que hoy podemos otear en la tribuna parlamentaria. Muchos se sorprenderán de la similitud de los argumentos esgrimidos en el Congreso hará casi una centuria; en España somos propensos a debatir ad eternum los mismos problemas, más que a interesarnos por resolverlos.

El libro comienza con una presentación de quien fuera ministro de Justicia entre 2009 y 2011, Francisco Caamaño Domínguez. El exministro analiza en clave actual las controversias doctrinales aparejadas al Estado autonómico y su complicada relación con el federalismo y el nacionalismo (apostando claramente por el principio federal). Nos adelanta, además, una de las ideas centrales de la presente obra: “La antología de textos sobre el pensamiento territorial en la II República incorporada a este volumen desmiente la alentada creencia de que el estado autonómico es una forma adaptada de estado federal y nos advierte sobre lo fácil que resulta tropezar reiteradamente en la misma piedra. A nadie escapa que aquel pasado persiste vivo en nuestro presente como una criatura insatisfecha. Ni nadie duda sobre la ineficacia del estado autonómico para ofrecerle una salida convincente. Warning! Quienes prefieran seguir creyendo que el estado autonómico es, con algún retoque, la versión española de un estado federal, abandonen ahora la lectura”.

Antes de enfrascarse en la lectura de los textos recogidos, resulta imprescindible acudir al estudio preliminar realizado por Daniel Guerra Sesma, que aporta coherencia al resto de la obra y sirve como hilo conductor de su contenido, ofreciendo una imagen de conjunto de las tesis defendidas por las distintas opciones políticas e ideológicas acerca del modelo territorial español (luego expuestas en los diferentes epígrafes del libro). También explica el contexto histórico en que se van desarrollando los debates, cómo inciden en la conformación de la cultura política del momento (por ejemplo, la controvertida Ley de Cultivos catalana) y su evolución legal y jurisprudencial mediante un útil anexo normativo.

PENSAMIENTO TERRITORIAL - PROCLAMACION SEGUNDA REPUBLICA

Entre los textos recopilados se encuentra algunos de figuras tan conocidas como Luis Jiménez de Asúa, Luis Araquistaín, Francesc Macià, Alejandro Lerroux, Niceto Alcalá-Zamora. José Antonio Primo de Rivera o Indalecio Prieto. De obligada lectura resultan las dos conocidas intervenciones de José Ortega y Gasset y Manuel Azaña en el Parlamento. Ambos sintetizan con una claridad abrumadora las posiciones principales frente a la cuestión catalana. Ortega mantiene, con cierto pesimismo, “que el problema catalán es un problema que no se puede resolver, que sólo se puede conllevar; que es un problema perpetuo, que ha sido siempre, antes de que existiese la unidad peninsular y seguirá siendo mientras España subsista; que es un problema perpetuo, y que a fuer de tal, repito, sólo se puede conllevar”. Para Azaña, por su parte, “Cataluña dice, los catalanes dicen: «Queremos vivir de otra manera dentro del Estado español». La pretensión es legítima; es legítima porque la autoriza la ley, nada menos que la ley constitucional. La ley fija los trámites que debe seguir esta pretensión y quién y cómo debe resolver sobre ella. Los catalanes han cumplido estos trámites, y ahora nos encontramos ante un problema que se define de esta manera: conjugar la aspiración particularista o el sentimiento o la voluntad autonomista de Cataluña con los intereses o los fines generales y permanentes de España dentro del Estado organizado por la República. Éste es el problema y no otro alguno”. Estos dos extractos son solo un pequeño esbozo de la profundidad y amplitud de miras con la que ambos políticos e intelectuales se aproximaron a la controversia.

Uno de los aciertos de la obra es la capacidad del editor para seleccionar los textos que reflejen la práctica totalidad de las posiciones en torno al debate territorial. Socialistas, radicales, anarquistas, falangistas, nacionalistas… todos tienen cabida en la presente antología. La heterogeneidad de aproximaciones muestra la complejidad política del asunto y la dificultad que hubo para ofrecer una respuesta uniforme. Por otra parte, las posiciones no siempre permanecieron inalterables y lo que se defendía vehementemente en la oposición, se atemperaba y matizaba una vez en el gobierno (el ejemplo más claro lo podemos hallar en los socialistas). Además, las intervenciones no sólo se circunscriben a Cataluña, pues también incluyen textos relativos al País Vasco, Galicia e incluso Andalucía.

Al concluir la obra, el sentimiento que predomina es la desazón. Por un lado, descubrimos el abismo intelectual que hay entre los debates parlamentarios de la Segunda República y los que debemos padecer hoy. No solo en los ya citados discursos de Ortega y Azaña (impensables en el panorama político actual), sino en los del resto de ponentes son extraordinarias la erudición y la elocuencia. Se podrá estar o no de acuerdo con lo que dicen, pero no negar la brillantez con la que exponen los diferentes argumentos. Y, por otro lado, porque ochenta años después seguimos enfrascados en un debate espurio, anclados en los mismos conceptos (y términos) y sin voluntad política de solucionar un conflicto que empieza a enquistarse. Quizás releyendo estos textos alguien encuentre la inspiración para, de una vez, cerrar esta etapa de nuestra historia.

Daniel Guerra Sesma nació en Barcelona en 1967. Es politólogo, doctor en Ciencias Políticas y de la Administración y profesor de Derecho Internacional Público en la Universidad de Sevilla. Sus líneas de investigación principales son el federalismo y los procesos de secesión y autodeterminación. Entre sus publicaciones destacan: Socialismo español y federalismo, 1873-1976, (2013) «Movimiento obrero socialista y cuestión nacional», en Historia de la nación y del nacionalismo español, (2013). «Perspectivas federales y de reforma constitucional en España», en Federalismo, autonomía y soberanía en el debate territorial español. El caso catalán (2015) y «El modelo territorial de las izquierdas en la II República española», en Constitución política y económica de la II república, (2015).

*Publicado por la editorial Athenaica, enero 2016.