El Holocausto y la España de Franco
VV.AA.

Aunque hayan pasado ochenta años, es imposible no estremecerse con los relatos sobre el Holocausto. La barbarie cometida por los nazis en los campos de concentración escapa a los límites de la razón y resulta incomprensible para cualquiera con un mínimo de compasión. Millones de personas fueron sistemáticamente ejecutadas por el mero hecho de pertenecer a una raza o credo religioso. Tratados como ganado y arrebatados de todo atisbo de humanidad, perecieron en uno de los actos más delirantes y sanguinarios de nuestra historia. La eficiente burocracia nazi se volcó en su tarea de exterminio. La magnitud de la tragedia debería concienciarnos sobre los riesgos de los regímenes totalitarios que, sin embargo, hemos terminado por banalizar utilizando expresiones para cualquier comportamiento contrario a nuestras opiniones. Los términos “fascista” o “nazi” se han vaciado de significado al usarse indiscriminadamente para fines ajenos a los que corresponden a su verdadera definición.

La relación de España con el Holocausto siempre se ha tratado con ambivalencia. Cuando comienza la Segunda Guerra Mundial, España se halla en ruinas como consecuencia de la Guerra Civil. El régimen franquista, aunque vencedor, era todavía frágil y no podía embarcarse en una nueva contienda. Aunque las afinidades de Franco eran evidentes, logra mantenerse en un discreto segundo plano a pesar de las presiones y, de este modo, sobrevivir tanto a la guerra como a la posguerra. La cuestión judía, conocida por las autoridades españolas, tampoco era un problema de primer orden en aquel momento, ya que había otros asuntos prioritarios que atender. La reconstrucción del país y el complejo equilibrio para mantener una aparente neutralidad copaban todos los esfuerzos económicos y diplomáticos. No obstante, las noticias sobre los campos de concentración y el exterminio judío empiezan a llegar y obligan a tomar una serie de decisiones.

Los profesores Enrique Moradiellos, Santiago López Rodríguez y César Rina Simón abordan en El Holocausto y la España de Franco* la posición del régimen franquista frente al genocidio judío. El libro, que huye de los estereotipos y de los lugares comunes, intenta desvelar cuál fue la actuación acometida por el gobierno de Franco y por algunas figuras diplomáticas ante la petición de auxilio y la llegada de refugiados hebreos. Frente a interpretaciones simplistas, el trabajo de los tres historiadores profundiza en la delicada situación en la que se encontraba España, que había de lidiar, entre otros factores, con diferentes intereses políticos y militares, con la conciencia y la moral de algunos protagonistas, con el papel de la Iglesia y con una concepción propia del judío.

El propósito del libro queda así expresado en su prólogo: “Esta obra, fruto del esfuerzo colectivo de un equipo de investigadores de la Universidad de Extremadura, pretende abordar y comprender la presencia e impacto de la judeofobia y el antisemitismo en la historia de la España del siglo XX, estudiando su relación con el Holocausto acaecido en la Europa de aquellos tiempos y también examinando su plasmación en la región de Extremadura como ámbito microhistórico relevante y significativo. El marco temporal de referencia prioritaria son las décadas de los años treinta y cuarenta de la pasada centuria, justo cuando el movimiento judeofóbico y antisemita tuvo mayor influencia en la sociedad española en virtud del contexto crítico derivado de la Guerra Civil y de la primera etapa de existencia del régimen franquista triunfante en aquel conflicto fratricida. Y justo cuando se puso en marcha el programa genocida en la Europa ocupada por las tropas alemanas al compás de sus victorias iniciales en el sexenio de la feroz contienda mundial, que sirvió de marco envolvente y contextual para la experiencia española y, por ende, extremeña”.

A diferencia de otras obras colectivas en las que suele predominar un cierto desorden organizativo, en esta el trabajo se estructura de forma coherente y los distintos capítulos se complementan perfectamente. Se parte de una visión más general y poco a poco se desciende hasta cuestiones más concretas y específicas. El resultado es una visión completa no solo de la actitud del régimen franquista hacia los judíos durante la persecución nazi, sino también del encaje de los judíos en la historia de España y del trato que se les ha dado. No debemos olvidar que la presencia hebrea en la Península fue numerosa y, a pesar de su expulsión en tiempos de los Reyes Católicos, su legado ha sobrevivido en la tradición sefardí.

Los dos primeros capítulos (“El odio más antiguo y versátil” y “Franco ante la ‘cuestión judía’”), a cargo del profesor Enrique Moradiellos, sirven para contextualizar, por un lado, las raíces de la judeofobia y del antisemitismo a lo largo de la historia: el odio del Tercer Reich no era algo novedoso, sino, más bien, una constante en el tiempo, de la que el Holocausto supuso la forma más perfeccionada de exterminio. Y, por otro lado, la actitud que Franco mantuvo sobre los judíos antes, durante y después de la Guerra Civil. Concluye su capítulo el académico con esta reflexión: “En esencia, el repaso a las declaraciones y actuaciones de Franco en esos tiempos permite pensar que sus concepciones más íntimas sobre lo que eran y representaban los judíos en la historia, tanto de España como del mundo, estuvieron condicionadas por, al menos, dos elementos codeterminantes en dinámica relación: un ocasional sentimiento de filosefardismo compasivo nutrido de experiencia militar colonial marroquí, muy atenuado y a veces anulado por la fuerza, y el peso de una instintiva judeofobia tradicional de origen católico-integrista, que a veces buscó también acomodos cómplices con las pulsiones antisemitas del racismo biológico alentado por el aliado y valedor nacionalsocialista alemán”.

Los dos siguientes capítulos (“La diplomacia española durante el Holocausto” y “La España de Franco y el descubrimiento del Holocausto”) están redactados por el profesor Santiago López Rodríguez que estudia, en primer lugar, el dispar comportamiento del cuerpo diplomático español ante el Holocausto. En este epígrafe se muestra la encomiable labor llevada a cabo por algunos embajadores o cónsules españoles, que permitió salvar miles de vidas, o la indiferencia mostrada por otros, que no movieron un dedo ante la catástrofe. Y, en segundo lugar, cómo se fueron dando a conocer las noticias del Holocausto al público español, información condicionada por las circunstancias políticas del régimen franquista, que quiso modular la información y la transmitía a cuentagotas. Concluye la obra con el capítulo del profesor César Rina Simón, que realiza un estudio microhistórico centrado en el ámbito de la región extremeña titulado: “‘Ya los encontraremos’. Judeofobia y Antisemitismo en Extremadura (1931-1950)”.

Enrique Moradiellos es Catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Extremadura y miembro de la Real Academia de la Historia. Es asimismo investigador en la University of London y profesor en la Universidad Complutense de Madrid. Santiago López Rodríguez es investigador en el Centro Hugo Valentín de la Universidad de Upssala, doctor por la Universidad de Extremadura e investigador visitante en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París. César Rina Simón es profesor en la Universidad de Extremadura e investigador del grupo Use of the Past de la Universidad de Lisboa.

*Publicado por la editorial Turner, febrero 2022.