BOE - EMBAJADOR IMPERIAL

El Embajador Imperial Hans Khevenhüller (1538-1606) en España
Alfredo Alvar Ezquerra

Entre los proyectos de investigación financiados por el Gobierno de España (dentro del correspondiente plan nacional de investigación) se encuentra el que intenta acercarse a la historia de nuestro país durante los siglos XVI y XVII a través del estudio de los recuerdos personales dejados por sus protagonistas. El proyecto, precisamente denominado “La escritura del recuerdo en primera persona: diarios, memorias y correspondencia de reyes, embajadores y cronistas”, ha hecho posible que vea la luz el libro de Alfredo Alvar Ezquerra que lleva por título El Embajador Imperial Hans Khevenhüller (1538-1606) en España.*

Las relaciones que los embajadores de las diferentes cortes europeas remitían a sus soberanos han constituido, como es bien sabido, uno de los principales recursos para el conocimiento de la historia moderna. De hecho, la cita introductoria del capítulo inicial del libro (“Las personas, la documentación los recuerdos”) recoge parte de una carta enviada en 1953 por Hugh Trevor-Roper a Bernard Berenson en la que aquél se queja de que la historia de España “has been writing almost entirely from Venetian ambassador’s Relazioni […]”.

Es menos frecuente que salgan a la luz los diarios de los propios embajadores, aun cuando algunos de ellos (o de los ministros de asuntos exteriores) sí hayan publicado memorias de sus misiones en el extranjero. La mejor comprensión de la historia de las relaciones diplomáticas, y aun de la historia en sí de los respectivos países de origen y de destino, debe mucho, sin duda, a estos textos. Y cuando, como es el caso del libro de Alvar Ezquerra, el diario abarca prácticamente medio siglo de vida, con particular atención a los muchos años en que Hans Khevenhüller fue embajador de Su Majestad Imperial en la corte de Su Majestad Católica, su importancia resulta innegable.

Las relaciones entre ambas ramas de la misma familia Habsburgo (la hispánica y la imperial) presentan aún muchas cuestiones abiertas a la investigación. En Metahistoria tuvimos hace pocos meses el placer de saludar la aparición en español de la biografía “definitiva” sobre el Archiduque Alberto y la Habsburg Political Culture in an Age of Religious Wars (título de la versión inglesa de 2012). En ella Luc Duerloo, aun poniendo el acento en la Corte de Bruselas de la que el Archiduque era titular por su matrimonio con Isabel Clara Eugenia, estudia el “sistema habsbúrgico” en su conjunto, al que considera “una red de cortes diseminadas por toda Europa como una constelación de estrellas donde la española era la más brillante”. Y sus investigaciones permiten comprender mejor, como también ocurre con el libro de Alvar Ezquerra, los no siempre coincidentes enfoques de Madrid y Viena o Praga.

CASTILLO HEVENKULLERHans Kevenhüller pertenecía a una noble familia de la región de Carintia (Kärnten, en Austria) que aún hoy muestra con orgullo el espléndido Burg Hochosterwitz, castillo mandado construir por los Khevenhüller en 1570, no lejos de Klagenfurt, la capital de la región a orillas del Wörthersee. Era barón de Landskron y Wernberg, conde de Frankhenburg, señor del Alto Osterwitz, gobernador de Carintia, caballerizo mayor del Emperador y pertenecía al Consejo de Estado. Fue enviado a Madrid como embajador y, tras varias embajadas extraordinarias, ocupó la representación permanente de Su Majestad Imperial en España desde 1574. Durante su embajada tuvo una especial relación con la Emperatriz María de Austria (hija del Emperador Carlos V, hermana de Felipe II, viuda de Maximiliano II desde 1576 y madre de los emperadores Rodolfo II y Matías) quien se había retirado al convento de las Descalzas Reales de Madrid en 1582. Kevenhüller, que fue a recibirla en Zaragoza, se refiere a ella como “mi más benigna Emperatriz” y no dejó nunca de consultarle los asuntos a su cargo.

El trabajo de Alvar Ezquerra y sus colaboradores incluye la traducción al español del “Breve Extracto” o Khurzer Extract escrito, o dictado, por el embajador imperial. El título de Geheimes Tagebuch 1548/1605 (diario secreto) con el que sería más tarde editado le fue atribuido muy posteriormente. Su sobrino fue autor del manuscrito Vita Johannis Khevenhülleri, fuente del tomo XVI de la historia familiar. El “Breve Extracto” incluye frecuentes remisiones a la copiosa correspondencia del embajador (más de tres mil folios) que le permitían hacer meras referencias, y no completas transcripciones, de sus pareceres y consejos sobre muy variados asuntos diplomáticos o de otro tipo. Se trata, más bien, de una recopilación de sucesos, a modo de agenda, en la que –afirma Alvar Ezquerra- “no se olvida nada (o casi nada) pero tampoco se relata nada con detenimiento”.

El libro objeto de reseña, sin embargo, es mucho más que una mera transcripción del texto original de Hans Khevenhüller. Incluye un largo capítulo segundo (páginas 73 a 218) sobre la vida del embajador, enmarcada en los acontecimientos históricos que le tocó vivir, con especial atención a los años de “enraizamiento en España” hasta su muerte y aún después: Alvar Ezquerra se ocupa de las vicisitudes de su herencia e inventario (pintura, libros, objetos de arte y valiosos) y almoneda de sus bienes, o del destino de su cadáver, enterrado inicialmente en los Jerónimos de Madrid.

RETRATO MARIA DE AUSTRIAEl capítulo central (tercero) de la obra se dedica al Khurzer Extract traducido y anotado. Desde la página 221 hasta la página 628 del libro podemos leer, de mano del embajador imperial, la historia de sus antepasados inmediatos, descrita muy sucintamente, y los acontecimientos más importantes de cada uno de los años (desde 1558) en que él mismo, muerto su padre, comienza su propio cursus honorum. Como es lógico, la relación biográfica, siempre sobre el mismo modelo cronológico, se torna más densa a medida que se acrecientan las responsabilidades públicas del autor. Así se observa cuando Hans Khevenmüller refleja los años de su embajada permanente ante Felipe II, a partir de 1574 (páginas 359 a 628). Lo hace ofreciendo sus propias notas “a modo de resumen” tras significar que lo que en ellas expresa “puede encontrarse detalladamente en las copias de las carta que envié a S.M.I guardadas ordenadamente en un libro”.

El resto de los capítulos del trabajo de Alvar Ezquerra versan sobre otros aspectos colaterales, o derivados, de la vida del embajador imperial. A los destinos de su familia dedica el capítulo IV y a las vicisitudes de los manuscritos de Kevenhüller y su compra por la Real Academia de la Historia de España (habent sua fata libelli) un muy interesante capítulo VI. Finalmente el autor incluye en el último capítulo del libro la traducción –realizada por Ingrid Cáceres Würsig y Mónica Sainz Meister, y revisada por él mismo- de una pequeña parte del epistolario de Hans Kevenhüller. En concreto, se trata de la correspondencia cursada en 1598 (año de la muerte de Felipe II) por el embajador a Su Majestad Imperial Rodolfo II: asistimos a los últimos días del Rey Nuestro Señor bajo la mirada, casi notarial, de un embajador que informa al Emperador, entre otros acontecimientos, del estado de su enfermedad: “el rey vive todavía pero se va apagando muy apriessa”, certifica el 20 de agosto de aquel año para añadir a continuación que “no podría creer V. Mag. la barahunda que hay, unos desseando la vida, otros la muerte del Rey”.

Trabajos de investigación como éste son siempre dignos de agradecer y nos ayudan a observar los acontecimientos de un período histórico (por lo que aquí respecta, la segunda mitad del siglo XVI y los primeros años del XVII) a través de la mirada de quienes fueron sus protagonistas y se encontraban en las más altas instancias del poder. Más de cuatrocientos años después de que el texto de Hans Kevenhüller fuera cuidadosamente escrito, un día y otro, su lectura contribuye, y de qué modo, al conocimiento de nuestro propio pasado.

Alfredo Alvar Ezquerra (Granada, 1960) es profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Entre sus obras figuran El Duque de Lerma. Corrupción y desmoralización en la España del siglo XVII (Madrid, 2010) y Un maestro en tiempos de Felipe II. Juan López de Hoyos y la enseñanza humanista en el siglo XVI (Madrid, 2014).

*Publicado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación junto con el Boletín Oficial del Estado, junio de 2015.