MANUEL MARTINEZ - CATARATA - DESCUBRIMIENTO CHINA

El descubrimiento de China. La última gesta española del Siglo de Oro
Jesús Manuel Martínez

En el siglo XVII el Imperio español se extendía por todo el planeta y contaba con importante enclaves en los cinco continentes. La plata española servía como moneda de intercambio en cualquier puerto o mercado del mundo, lo que viene a corroborar la existencia de un sistema comercial internacional en el que participaban las grandes potencias europeas (portugueses, holandeses, ingleses…). La fuerza del empuje español estaba asentada en la combinación entre fervor religioso y capacidad militar, factores gracias a los cuales los monarcas españoles habían logrado conformarlo y mantenerlo.

En el Lejano Oriente la presencia española no estaba tan consolidada como en otras partes. Tan solo en Filipinas y en algunas pequeñas factorías la autoridad hispana era incuestionable, aun cuando tenía que hacer frente a la influencia portuguesa y holandesa, cuyos intereses comerciales los convertían en temibles enemigos. A pesar de no contar con fuerzas suficientes, los españoles se lanzaron a explorar y aumentar su área de control en la región, empuje en gran parte impulsado no tanto por las armas sino por la voluntad evangelizadora. Fueron los misioneros (jesuitas y dominicos, en concreto) los primeros en aventurarse tierra adentro en el continente asiático y quienes, por primera vez y de forma estable, entraron en contacto con las culturas orientales.

Hace poco reseñábamos el libro Breve historia de la civilización japonesa y criticábamos el eurocentrismo de la enseñanza de la historia en Occidente. Poco a poco van a apareciendo estudios que intentan mitigar esta situación y analizan las relaciones entre los imperios chino y japonés y la monarquía española. La obra de Jesús Manuel Martínez, El descubrimiento de China. La última gesta española del Siglo de Oro*, se inserta en esta nueva corriente para lo que utiliza un enfoque original. Por un lado, la singularidad del libro radica en su planteamiento: a diferencia de los habituales trabajos de historia, el autor opta por simular una conversación con uno de los principales protagonistas de la incursión española en el territorio chino, el dominico Domingo Fernández Navarrete. Y por otro lado, utiliza los escritos del religioso para mostrarnos los aspectos más destacados de la civilización china.

LITOGRAFIA JESUITAS EN CHINAComo explica el autor, «esta historia será contada a través de una conversación fingida, a lo largo de veintidós jornadas, entre el arzobispo Domingo Fernández Navarrete, pocos meses antes de su fallecimiento, y un interlocutor del siglo XXI«. Ahora bien, que Jesús Manuel Martínez acuda a este recurso no implica que su obra no esté suficientemente documentada o pierda rigor histórico, antes al contrario: mediante el examen de los escritos del dominico, Controversias antiguas y modernas entre los misioneros de la Gran China y Tratados históricos, políticos, éticos y religiosos de la Monarquía de China, elabora un relato coherente y ameno, que reconstruye fielmente las vivencias del religioso español y la China de la segunda mitad del siglo XVII.

Otra de las grandes virtudes del trabajo de Jesús Manuel Martínez consiste en las diversas lecturas que permite la obra. Al hilo de los recuerdos de Domingo Fernández Navarrete aparecen cuestiones tan relevantes en aquella época como la querella de los ritos y las formas de evangelizar de las distintas órdenes religiosas, la aparición de un sistema comercial a nivel mundial (germen de la actual globalización), los diferentes estilos de vida en las regiones del planeta o la existencia de grandes civilizaciones ajenas a las europeas. Todas estas cuestiones se abordan de forma más o menos explícita en las conversaciones, ya sea porque Fernández Navarrete fue protagonista de alguna de ellas o porque sus vivencias y anécdotas muestran cómo era el mundo oriental en aquel siglo.

Uno de los temas más interesantes del libro es el conflicto surgido por el tratamiento de los ritos chinos (en la introducción de la obra se explica más detalladamente en qué consistió). Como afirma Jesús Manuel Martínez, «La cuestión empezó como un gran debate religioso y cultural, pero encubría desde su inicio un raso conflicto geopolítico (Portugal, España y Francia) y derivó en un encontronazo frontal entre la soberbia de los jesuitas y la tozudez de los dominicos«. El religioso español, dominico, intelectual y gran conocedor de la cultura china, atacaba duramente a los jesuitas en sus Controversias antiguas y modernas entre los misioneros de la Gran China, atendiendo no sólo a argumentos religiosos, sino también a los textos de Confucio y a sus comentaristas de la época. A lo largo del relato son numerosas las alusiones a esta polémica.

RETRATO MATEO RICCIChina se erige como el otro gran protagonista de la obra. A medida que avanza el relato de Fernández Navarrete descubrimos la organización, estructura social y cultura del imperio mandarín. Así definía el dominico español a esta sociedad: «[…] Y en estos órdenes hay cinco estados, a saber, emperador y vasallos, padres e hijos, marido y mujer, hermano mayor y menor, y amigos. Todo el gobierno chínico y su política mira a que estos cinco estados anden bien compuestos y vivan concertadamente. […] Pretende el chino que cada uno guarde su lugar y lo que toca a su estado y oficio, sin pasar de sus términos y límites. Toda su doctrina y todos sus libros se reducen y ordenan a dar medios y documentos para poner en ejecución estos fines«. Las descripciones de algunas ciudades (Pekín o Zhangzhou) u obras públicas (el Gran Canal) revelan un imperio rico y muy avanzado, que nada tiene que envidiar a las cortes europeas. También muestra un gran respeto por la mentalidad política china y no son pocos los reproches que lanza contra las autoridades españolas.

Por último, los viajes que lleva a cabo Fernández Navarrete (terminó por dar la vuelta al globo) muestran cómo en el siglo XVII el mundo estaba mucho más interconectado de lo que podríamos creer. No hay puerto o ciudad, por remoto que sean, en que el religioso no encuentre a un europeo o algún medio para proseguir su trayecto, usando generalmente la plata española como moneda de cambio.

El descubrimiento de China. La última gesta española del Siglo de Oro acaba por convertirse en un sugestivo experimento para acercar al temeroso lector de los trabajos de historia a un pasado que probablemente desconozca. Para los más avezados, la obra de Jesús Manuel Martínez presenta también un indudable interés, pues examina cuestiones poco tratadas por la historiografía tradicional y nos abre las puertas del gran imperio chino de la mano de uno de los pocos europeos que realmente consiguieron comprenderlo.

Jesús Manuel Martínez cursó estudios de Filosofía en París y de Teología en Roma y en São Paulo. Profesor en la Universidad Católica de Chile hasta el golpe de Estado de 1973, a su regreso a España se dedicó al periodismo, la edición y la traducción. Ha sido traductor principal y jefe del Departamento de Español de la Comisión Europea en Bruselas (1988-2007). Autor de la biografía Salvador Allende (Oviedo, 2009), por la que ganó el Premio Internacional de Ensayo Jovellanos 2009 y que ha sido traducida a varios idiomas.

*Publicado por la editorial Libros de la Catarata, abril 2014.