Sobre la obra de Cervantes se ha escrito hasta la saciedad y es raro encontrar algún trabajo original que aporte enfoques novedosos o lecturas originales. Paradójicamente, conocemos más la obra que al autor, cuya biografía cuenta, todavía hoy, con significativos claroscuros. Sin llegar al extremo de Shakespeare, de quien sabemos aun menos, la vida de Cervantes sigue siendo objeto de un intenso debate académico. Existe sobre ella una abundante bibliografía pues los datos son contradictorios y poco nítidos, impresión que se refuerza si comparamos la información de que disponemos sobre otros escritores del Siglo de Oro español, como Lope de Vega o Góngora, con la relativa al autor del Quijote. Tan solo algunos episodios han trascendido al conocimiento general: su participación en Lepanto, la pérdida de un brazo, su cautiverio en Argel, su encarcelamiento en España por unas deudas y poco más. Parece como si su obra hubiese eclipsado su vida, llegando a convertirle en un personaje más de sus escritos.
De la información que quizás peor conozcamos sobre Cervantes nos interesa la relativa a su círculo de amigos y benefactores. Ser escritor a finales del siglo XVI era una tarea que requería buenos contactos y sostén financiero. La ausencia de dedicatoria en el Quijote se ha venido atribuyendo a la incapacidad de Cervantes para moverse adecuadamente en la compleja Corte castellana e integrarse, de este modo, en una red clientelar que le prestase apoyo. La obra de Patricia Marín Cepeda, Cervantes y la corte de Felipe II. Escritores en el entorno de Ascanio Colonna (1560-1608)*, intenta dilucidar algunos de los interrogantes que rodean al círculo literario en el que se movió el autor del Quijote, descifrar sus primeros pasos como escritor y desterrar algunas creencias extendidas pero incorrectas.
A pesar de su título, el trabajo de Patricia Marín no se centra únicamente en la figura de Miguel de Cervantes, cuya presencia llega a ser tan solo testimonial. El verdadero eje del libro termina por ser Ascanio Colonna (cardenal italiano y virrey de Aragón, a quien Cervantes dedicó su primera novela La Galatea) y el grupo de escritores que gravitaron alrededor de su órbita. Así lo explica la propia autora en la introducción de la obra: “Aunque se tomó a Miguel de Cervantes como catalizador inicial de estas páginas, la investigación ha conducido también de manera ineludible a los márgenes del escritor […]. Por estas razones, la reconstrucción del mapa literario formado por sus amigos y protectores puede contribuir a la comprensión de la trayectoria literaria de Cervantes, sobre todo en relación con las redes clientelares y la política coetáneas, en un tiempo en el que las antiguas dinámicas del clientelismo y del mecenazgo comienzan a convivir con una incipiente profesionalización de la escritura”.
Ascanio Colonna (1560-1608) fue el sexto hijo de Marco Antonio Colonna (el capitán general de la Armada que se enfrentó a los otomanos en Lepanto, después virrey de Sicilia) y de Felicia Orsini. La relación entre la familia Colonna y la monarquía española se remontaba a un par de siglos antes del nacimiento de Ascanio y precisamente sobre la naturaleza de la colaboración que los Colonna trabaron con la corona hispánica se ocupa Patricia Marín en un extenso capítulo de su obra. La presencia de Ascanio en tierras castellanas se debe, en un primer momento, a que estudió artes en la universidad de Alcalá de Henares y teología y derecho en la de Salamanca. Fue entonces cuando entabló contacto con algunos escritores que conformarían el círculo de amistades de Miguel de Cervantes y con el propio autor del Quijote. En palabras de la profesora Marín, “Resulta evidente que el aristócrata romano encabezó una corte literaria durante su estancia en Alcalá, luego en Salamanca y, de nuevo, en Alcalá antes de ser nombrado cardenal, corte literaria en la que debemos enmarcar las maniobras cortesanas y literarias de los inicios de Cervantes como escritor”.
La principal fuente de información que utiliza Patricia Marín para construir su relato es el epistolario del cardenal Colonna. De la abundante correspondencia conservada destacan más de un centenar de cartas autógrafas, la mayoría inéditas, intercambiadas (sobre todo durante la última década del siglo XVI) entre el noble romano y varios escritores afines al círculo cervantino. El género epistolar fue, sin duda, el principal vehículo de comunicación durante la Edad Moderna; su uso, extendidísimo entre las clases altas de la sociedad, iba más allá de la mera transmisión de informaciones y cumplidos, terminando por convertirse en un medio imprescindible para organizar y articular las redes clientelares que regían la estructura social del Antiguo Régimen. El trabajo de Patricia Marín nos permite, desde esta perspectiva, reconstruir las relaciones que los escritores mantuvieron con las instancias políticas de su momento y la imagen que la nobleza y los poderosos tenían de los literatos.
A diferencia de las dedicatorias, en cierto modo unilaterales, la correspondencia implicaba una interacción entre los dos extremos. Por esta razón, el intercambio epistolar facilita el estudio de las relaciones de reciprocidad entre el emisor y el receptor. En la dedicatoria solo conocemos la loa que el escritor realiza a su benefactor, mientras que mediante la correspondencia observamos también la respuesta que el “protector” transmite al escritor. Patricia Marín aprovecha estos testimonios para ampliar la información disponible sobre el “hombre de letras moderno” y se apoya en ellos para estudiar la figura del escritor como “secretario de cartas y agente de Colonna”, como pretendiente cortesano y como funcionario público (ya sea desempeñando un cargo administrativo o el de cronista).
Junto a Miguel de Cervantes y al cardenal Colonna el libro aborda las trayectorias literarias y biográficas de otros escritores como Luis Gálvez de Montalvo, Pedro Fernández de Navarrete, Fray Luis de León, Juan Rufo, Juan Bautista de Vivar, Luis de Vargas Manrique o el Conde de Salinas. Afirma Patricia Marín que la relación de estos hombres de letras con el aristócrata romano “constituye una fuente de información novedosa y de máximo interés para el estudio del panorama político y social en el que se insertó Cervantes”. A medida que nos introducimos en la vida literaria del Siglo de Oro percibimos cómo estuvo muy condicionada por las luchas partidistas que determinaban la vida política de la Corte de Felipe II. Las facciones “castellanista” (liderada por el secretario Mateo Vázquez) y “papista” (continuadora del partido “ebolista” tras la caída en desgracia de Antonio Pérez) se disputaban el poder y no dudaban en utilizar a los escritores como instrumentos para consolidar su posición. La investigación que lleva a cabo Patricia Marín sitúa a Ascanio Colonna y a los escritores cercanos a Cervantes en el círculo afín a los “papistas”.
El libro, que adapta la tesis doctoral de la autora, tiene como destinatario un público especializado y su lectura puede “superar” al lector ocasional. La figura de Cervantes, repetimos, no ocupa un papel destacado en la obra aunque su presencia sobrevuele todo el libro y tan sólo el primer capítulo, dedicado a repasar los principales interrogantes de su biografía y la evolución de los estudios sobre su vida, se ocupa plenamente del autor del Quijote. No obstante, las conclusiones que ofrece Patricia Marín tras analizar la figura de Ascanio Colonna, a través de su correspondencia con otros escritores, son muy útiles para comprender uno de los aspectos menos conocidos del escritor alcalaíno: su filiación política, su relación con los poderosos y su círculo de amistades.
Patricia Marín Cepeda es doctora en Filología Hispánica por la Universidad de Valladolid. Desde 2004 ha desarrollado su labor docente e investigadora en la Universidad de Valladolid, en la Universidad de Cincinnati, en la Universidad degli Studi di Roma Tre, en la Universidad de Jaén y, en la actualidad es investigadora postdoctoral Beatriu de Pinós-Marie Curie Fellow en el Departamento de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra. Durante la última década se ha centrado en estudiar y dar a conocer textos literarios inéditos del Siglo de Oro desde la perspectiva de la historia de la corte, de la historia de la literatura y de la lingüística forense.
*Publicado por la editorial Polifemo, mayo 2015.