PENINSULA - ABRAZO MORTAL

Abrazo mortal. De la guerra colonial a la Guerra Civil en España y Marruecos (1909-1939)
Sebastian Balfour

Entre las instituciones más controvertidas de nuestra historia figura el ejército. Criticado o ensalzado por unos y otros, ha tenido momentos gloriosos (¿quién no se ha dejado cautivar por los relatos de los memorables tercios, por las gestas de Blas de Lezo o por la enconada lucha contra el invasor francés?) seguidos de episodios humillantes (la derrota en la bahía de Santiago de Cuba frente a la marina estadounidense o el fracaso de la Armada Invencible en las aguas del Canal de la Mancha). Dirigido, en ocasiones, por grandes prohombres, también ha sufrido la nefasta gestión de líderes mediocres.

Más allá de sus logros en los campos de batalla, la presencia del ejército en la política española ha sido una constante, especialmente a partir del siglo XIX, cuando se suceden los generales que asumen el control del gobierno. Está práctica perduró durante la centuria siguiente y quedó reflejada en el golpe de Estado del 17 de julio de 1936 y en el régimen franquista, nacido de ese levantamiento.

Entre las guerras olvidadas de la historia española, las acontecidas en Marruecos ocupan un lugar especial. A pesar de su cercanía temporal y espacial, se suelen tratar como algo lejano, que apenas si guarda relación con la Península. Hoy, desde luego, son poco conocidas. Si acaso, la mayoría de los lectores tendrán una idea vaga de cuándo se produjeron, de las batallas más reseñables y de los intereses que estuvieron en juego. Los miles de muertos que perecieron en las áridas dunas de los desiertos marroquíes apenas han sido reconocidos fuera de los círculos militares. La presencia española en el norte de África (hoy meramente testimonial, pero, en su día, de gran relevancia) ha pasado a ser una nota a pie de página en los libros de texto. Los historiadores tampoco le han prestado excesiva atención y la oferta editorial sobre el protectorado español es muy limitada.

Con todo, la importancia del ejército de Marruecos en nuestra historia reciente es incuestionable. Muchos de los sucesos que definieron el curso del siglo XX tuvieron su origen en el norte de África. La Semana Trágica de Barcelona en 1909, que supuso la caída del gobierno de Antonio Maura, estalló por el envío de reclutas a Marruecos. El golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera estuvo muy condicionado por la crisis que desencadenó el desastre de Annual en 1921. El hispanista Sebastian Balfour estudia este fenómeno e indaga en Abrazo mortal. De la guerra colonial a la Guerra Civil en España y Marruecos (1909-1939)* sobre la incidencia que el ejército de África tuvo en la vida política y social española de la primera mitad del siglo XX y, en especial, en el inicio y desarrollo de la Guerra Civil.

Así define el propio autor su trabajo: “Por lo tanto, este libro es el primer estudio global sobre la influencia de la guerra colonial y del Ejército de África en la Guerra Civil. Pretende llenar los muchos huecos de que adolece la bibliografía existente, así como poner en tela de juicio algunas de sus hipótesis, en concreto las que hacen referencia a la guerra colonial. El vasto número de textos sobre el tema trata solo con coyunturas específicas, y las conclusiones a las que llegan son muy limitadas. Aparte de la conexión entre la guerra colonial, la Guerra Civil y la dictadura de Franco, el libro examina también la identidad, el racismo y las imágenes del enemigo en ambas guerras, así como las divisiones y culturas existentes dentro del propio ejército colonial. Además, muestra las condiciones en que tuvieron que luchar los soldados, cómo sufrieron, cómo pasaban el tiempo de ocio y cómo todo ello afectó su cultura a largo plazo. También se hace un intento de evaluar la experiencia del pueblo del norte de Marruecos bajo el régimen español”.

La obra de Balfour, aparecida en 2002 y ahora reeditada por la editorial Península, disecciona con toda crudeza la presencia militar española en el norte del continente africano. A través del estudio de las fuentes oficiales, de los testimonios de algunos protagonistas directos y de la información “oficiosa”, el historiador británico busca reconstruir la experiencia del ejército en Marruecos. Adoptando una posición crítica si las circunstancias lo requieren, Balfour dibuja un cuadro duro y descorazonador, en el que soldados y oficiales tuvieron que lidiar con un enemigo decidido e infatigable, con unas lamentables condiciones de vida, con unos cuadros de mando cada vez más enfadados y descontentos con los responsables políticos, con unos recursos menguantes y con una guerra que difícilmente podían ganar y que ocasionó la muerte de decenas de miles de españoles. En estas condiciones se fraguó el golpe de Estado que acabaría con la República.

No es anecdótico que la sublevación comenzase precisamente en Melilla, el 17 julio de 1936, y que la mayoría de los hombres que la idearon hubieran servido en Marruecos. El ejército de África era la élite de nuestras fuerzas armadas y sin su apoyo cualquier atisbo de derrocar por la fuerza al gobierno habría fracasado inexorablemente. Una vez iniciada la Guerra Civil, su profesionalidad fue decisiva para alcanzar la victoria frente a las tropas republicanas, más desorganizadas y sin la experiencia de aquellas. Balfour detalla cómo se produjo ese proceso de radicalización en el seno de las unidades destinadas en el norte de África. No sólo nos explica las tácticas y el entrenamiento que siguieron, sino también la vida cotidiana de los soldados, la relación con los propios marroquíes y el impacto del conflicto bélico en la sociedad española, incluidos los mitos que se difundieron.

Entre las cuestiones tratadas en la obra, Balfour pone el foco en una práctica que le parece especialmente aberrante: el uso de armas químicas por parte del ejército español, algo que ha sido soslayado por la historiografía y por las fuentes oficiales y que nunca ha sido reconocido por el Estado español. Todo un capítulo está dedicado a analizar las fuentes que arrojan algo de luz sobre este terrible proceder, así como a aportar datos que muestren los destructores efectos que esas armas provocaron en la región, tanto al ser usadas como a largo plazo.

Una vez iniciada la Guerra Civil, oficiales y soldados del bando rebelde no dudaron en poner en práctica lo aprendido con sangre y sudor en las décadas anteriores en los desiertos marroquíes. Su brutalidad y eficacia estuvo precedida de años de derrotas y muertes, algo que, por cierto, no era exclusivo de España, pues, como pone de manifiesto Balfour, Francia, Italia e incluso Inglaterra sufrieron afrentas similares a las nuestras en sus colonias africanas. El propio ejército francés hubo de reconocer que las fuerzas rifeñas avanzaban no por la ineptitud de los oficiales españoles, sino por su buen hacer. Los treinta años que analiza la obra describen el angustioso proceso de adaptación y de aprendizaje de un ejército que se situó en el centro de la escena política y, llegado el momento, no dudó en tomar las riendas del país.

Concluimos con esta reflexión del autor sobre la prevalencia del ejército de África en el régimen franquista: “Lo que hicieron Franco y sus compañeros oficiales africanistas fue encauzar internamente el colonialismo español hacia la madre patria. La dictadura que siguió a la guerra estaba pensada como continuación de esa cruzada colonial, cuya encarnación ahora era Franco. Junto a sus oficiales africanistas colonizaría España, librándola de sus enemigos internos, limpiando las mentes contaminadas de quienes habían sido envenados por estos e instalando sus propios mitos, como ya habían intentado hacer en Marruecos. Los militares fueron los grandes beneficiarios de la victoria, y sus generales africanistas pasaron a controlar la vida política, bajo su “generalísimo”. […]. Los oficiales nacionales que habían hecho su carrera militar anterior en España no gozaban del mismo prestigio que los del Ejército de África, que dominó la iconografía del nuevo régimen”.

Sebastian Balfour (1941), historiador e hispanista británico, es catedrático emérito de Contemporary Spanish Studies en la London School of Economics and Political Science. Entre sus libros traducidos al español destacan La dictadura, los trabajadores y la ciudad (1994), El fin del Imperio Español (1898-1923) (1997) y Fidel Castro: una biografía política (2009). Además, ha editado junto a Paul Preston España y las grandes potencias en el siglo XX (2002) y es autor, junto a Alejandro Quiroga, de España reinventada. Nación e identidad desde la Transición (2007).

*Publicado por la editorial Península, mayo 2018.