PASADO PRESENTE - LA LITERATURA ADMIRABLE

La literatura admirable. Del Génesis a Lolita
VV.AA.

Existe cierta obsesión por catalogar y clasificar nuestros conocimientos, hasta el punto de que se podría afirmar que vivimos gobernados por la tiranía de las listas. Estas rigen muchas facetas de nuestra existencia, especialmente en determinadas fechas: cada fin de año, toda revista, periódico, gaceta, semanal, libelo, blog o panfleto se embarca en una espiral para encasillar y jerarquizar lo ocurrido en ese período que acaba, por muy peregrino que sea el resultado. Juan Tallón escribió hace unos años para la revista cultural JotDown un ilustrador artículo (“Haga una lista”) sobre este fenómeno.

En verdad, esta manifestación no es exclusiva de nuestra actual sociedad, consumista e hiperconectada, pues se remonta prácticamente al origen de la civilización. Piensen en la Vidas Paralelas de Plutarco, en las siete maravillas de la Antigüedad que numerosos poetas clásicos citaban, en la obra de Giorgio Vasari Las vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos, por poner algunos ejemplos de selección y categorización de los fenómenos culturales.

Entre los motivos que determinan la confección de semejantes listas se halla la imposibilidad manifiesta de abarcarlo todo. Nuestra vida es finita y no tenemos tiempo para leer, ver, sentir, degustar o visitar todo aquello que el mundo nos ofrece. Debemos priorizar, anteponer unos placeres a otros y escoger con criterio. El éxito de las aplicaciones que establecen rankings se debe a ese mismo designio: sirven de guía ante la ignorancia de quienes no cuentan con los instrumentos para obtener una opinión formada. Por supuesto, hay listas mejores o peores, útiles o inútiles, objetivas o muy personales, pero todas buscan arrojar algo de luz ante la inabarcable oferta cultural que se nos ofrece.

Dentro de las listas útiles debería encuadrarse la antología, dirigida por Jordi Llovet, La literatura admirable. Del Génesis a Lolita*. Es un excepcional trabajo que reúne cincuenta y cuatro artículos sobre las obras literarias imprescindibles de la historia occidental. Dejemos que sea el director de la obra quien explique su propósito: “Todos los libros que se comentan en estas páginas son aconsejables y los artículos correspondientes son todos de enorme calidad. No son muchos, pero, en realidad, tampoco se leen tantos libros en una semana, ni en un año. Una vez leídos esos artículos, eso sí, el lector habrá tenido noticia muy cabal de qué es la buena literatura, sin que deba pararse a pensar si se trata de un canon exhaustivo y perfecto. Es parcial, pero de grandes obras, escritas por grandes maestros de la literatura y analizadas por los mejores ensayistas. El director de esta antología es consciente de que hay muchos más libros que merecerían constar en una nómina exhaustiva de grandes obras escritas por grandes maestros. Pero esto importa poco: los que hay permiten entender que Occidente ha dado al mundo entero una literatura de enorme valor, y que este valor no fue vigente solo en el momento en que se publicaron los libros respectivos, sino que alcanza a todas las generaciones del pasado, el presente y el porvenir”.

La presencia de clásicos como la Odisea, el Quijote, la Comedia de Pretarca, Hamlet o el rey Lear no extrañará a nadie. Más atrevida es la inclusión de Manon Lescaut de Antoine-François Prévost, El difunto Mattia Pascal de Luigi Pirandello o El llano en llamas y Pedro Páramo de Juan Rulfo, obras quizás menos conocidas para el gran público, pero que el editor reputa imprescindibles. Como toda selección, habrá quien eche en falta algún título y critique la inclusión de otros. Es inevitable. No hay nada más subjetivo que un catálogo de libros y todos tenemos nuestras propias opiniones y preferencias.

Jordi Llovet, a quien citamos nuevamente, dedica el prólogo a explicar los criterios que ha seguido para realizar su antología: “Aquí se comentan algo más de cincuenta libros —lo que daría para media vida, según Alain— y otros tantos autores, de enorme valor por sí mismos, y no viene a cuento indagar si hay más ingleses que franceses, o más italianos que españoles, más calvos que melenudos o más abstemios que bebedores. Predominan, eso sí, los narradores, en especial los novelistas, por deseo explícito del editor y por considerar que hoy se lee más narrativa que poesía —y que no es tan frecuente que los poemas se conviertan en poemarios, es decir, en libros autónomos— y que el teatro es mejor verlo que leerlo. Los lectores de poesía y los amantes del teatro saben perfectamente a qué libros o autores deben acudir. Naturalmente, la presente muestra de autores podría tener su equivalente en el terreno de las letras en verso, poemas o dramas, y ello es una posibilidad que siempre cabe dejar abierta para futuras empresas editoriales, similar a esta, nuestras o de otros”.

De la Biblia a El cuaderno gris de Josep Pla, en total se trata de cincuenta y cuatro libros analizados por grandes especialistas cuyos textos corresponden a las conferencias que en su día dictaron para el curso Lecciones de Literatura Universal impartido en el Institut d’Humanitats de Barcelona, del que Llovet es promotor. Entre los colaboradores hallamos figuras de la talla de Rafael Argullol, Carlos García Gual, Francisco Rico, Isabel de Riquer, Terenci Moix, Fernando Savater, Ignacio Echevarría o Luis Alberto de Cuenca, por citar algunas de las firmas que conforman este formidable elenco. Cada uno aporta su visión personal del autor y de la obra seleccionada y en pocas pinceladas (apenas son más de diez páginas por capítulo) atrapan el espíritu del libro y del escritor, de quien, en la mayoría de los casos, se hace una brevísima biografía. Sus aportaciones nos ofrecen pistas y sugerencias para la lectura de los grandes clásicos y al principio de cada bloque se incluye una pequeña disertación sobre el contexto histórico y cultural en el que se inserta la correspondiente pieza literaria.

Con esta analogía, Llovet huye, por las dificultades y la inexactitud que representa, de la idea de canon. Reniega, en concreto, del que en su día conformó Harold Bloom. Sería más acertado hablar de una colección de grandes clásicos, cuyo método de selección se apoya en los propios lectores (“Y quizá sea siempre el lector singular, no las revistas ni los sesudos académicos, quien mejor puede elaborar un canon gracias a su pasión lectora y su capacidad de discernimiento”). Nos hallamos, por tanto, ante un viaje por la historia de la literatura occidental, un recorrido por nuestras raíces y por nuestro pensar, reflejado en las grandes obras de nuestra civilización. Como señala el director del libro, uno “de sus propósitos es convencer al lector de que toda nuestra historia literaria —vale decir, la que empieza en los pueblos de Israel y de Grecia— es un largo curso y discurso que ofrece a nuestra civilización occidental una unidad que, analizada la «tradición» bajo otros baremos, parece hoy aniquilada”.

Jordi Llovet (Barcelona, 1947) es profesor, crítico literario y traductor. Formado en Barcelona, Frankfurt, París, Bolonia y Urbino, ha escrito, entre otros libros, Por una estética egoísta (1978, Premio Anagrama de Ensayo), El sentit i la forma (1990), Adiós a la universidad (2011) y Melancolia i saviesa (2013), así como los volúmenes en colaboración Lecciones de literatura universal (2003) y Teoría literaria y literatura comparada (2005).

*Publicado por Pasado&Presente, marzo 2018.