TUSQUETS - EL MAR NEGRO - NEAL ASCHERSON

El mar Negro. Del siglo de Pericles a la actualidad
Neal Ascherson

Thalassa, Thalassa” (“El mar, el mar”). Cuenta el historiador griego Jenofonte en la Anábasis que, tras recorrer miles de kilómetros por el desierto y acosados por el enemigo, los hoplitas de la Expedición de los Diez Mil, con lágrimas en los ojos, gritaron de alegría estas palabras al ver el Mar Negro. La muerte de Ciro el Joven en la batalla de Cunaxa (401 a.C.) y la posterior ejecución de sus líderes militares obligó a los mercenarios helenos a una desesperada y agónica huida, atravesando Mesopotamia y Armenia. Para los griegos el mar era su casa, de ahí las muestras de júbilo al ver el Mar Negro; el agua significaba su salvación pues no dudaban que hallarían barcos con los que regresar a su hogar. No se equivocaron: cerca se encontraba la colonia griega de Trapezunte (actual Trabzon, Turquía). Los griegos no solo colonizaron el Mar Mediterráneo, ya que sus naves arribaron a esa inmensa masa de agua que hoy conocemos como el Mar Negro.

Dos mil quinientos años después de aquella gesta, el Mar Negro sigue siendo una de las principales arterias de comunicación entre Europa y Asia. Baña las playas de países tan dispares como Bulgaria, Rumania, Ucrania, Rusia, Georgia y Turquía y tiene una relevancia estratégica primordial para estas naciones. Aunque ya lo hayamos olvidado, porque así lo han hecho los medios de comunicación, hace unos meses Ucrania y Rusia mantuvieron una guerra encubierta, entre otras cosas, por el control de Crimea y del puerto de Sebastopol. A pesar de su importancia, la región se encuentra hoy muy deteriorada. Los conflictos militares, los estragos medioambientales y la depresión económica han convertido al Mar Negro en un territorio hostil y en franco declive. Su antigua fama ha dado paso a un complejo entramado sociopolítico en el que se combinan el tráfico de mercancías con las aspiraciones expansivas de la Rusia de Vladimir Putin y los continuos desastres ecológicos, que han puesto en peligro la biodiversidad del mar.

MAR NEGRO - FLOTA RUSA GUERRA DE CRIMEAPoco sabemos en España (quizás lo vemos demasiado lejano) sobre la historia del Mar Negro, que muchos españoles tendrían dificultad para situar en un mapa. Sin embargo, su ascendencia sobre la historia del continente europeo es incuestionable. Por sus costas llegaron hunos, sármatas y mongoles; la peste que azotó Europa en el siglo XIV se introdujo desde un barco mercante procedente de la colonia genovesa de Caffa; Inglaterra, Francia y el Imperio Otomano se enfrentaron a Rusia en la Guerra de Crimea a mediados del siglo XIX; aquí se celebró en 1945 la famosa conferencia de Yalta que determinó el futuro de Europa y, tras la disolución de la Unión Soviética, la región se vio sacudida por una creciente inestabilidad que, con frecuencia, ha terminado por transformarse en guerra abierta entre los nuevos Estados, a la búsqueda de una  identidad propia, sojuzgada durante décadas por el totalitarismo soviético. Conocer la historia y la fisonomía del Mar Negro nos ayuda a comprender mucho de lo que hoy sucede en el mundo. De ahí el interés de la obra del periodista y arqueólogo escocés Neal Ascherson, El mar Negro. Del siglo de Pericles a la actualidad*.

Así explica el autor, en la introducción a la nueva edición del libro, la finalidad de su obra: “El argumento del presente libro es que el mar Negro —sus pueblos y cosas, sus peces, su agua y su historia inconmensurablemente profunda— constituye un solo paisaje cultural. Ninguna de sus partes tiene sentido cuando se separa de las demás. Y, sin embargo, nada es más esencial para el mar Negro que el cambio continuo en todas partes. Éste no ha sido nunca un lugar estable, ‘eterno’. Sus pueblos han estado en movimiento durante por lo menos cinco mil años. De la misma manera, los seres que habitan en las aguas del mar Negro han vivido en un estado de adaptación incesante, debido a que el clima y el flujo de los ríos fluctúan y especies extrañas invaden el mar y derriban un ‘equilibrio natural’ tras otro. Durante los años que han pasado desde que escribí el libro, han seguido produciéndose en y alrededor del mar Negro migraciones humanas y cambios ecológicos que no previeron los políticos, los biólogos ni los escritores de libros”.

El trabajo de Ascherson no se ajusta a los cánones de un texto de historia al uso, ni aborda el pasado del Mar Negro desde una perspectiva cronológica, es decir, no parte de un punto remoto de la historia y concluye en el presente. Se acerca más a un libro de viajes (aunque el autor se oponga tajantemente a clasificarlo como tal) cuyo intérprete va relatando la historia de las regiones que visita. Se mezclan, por tanto, las experiencias personales del autor, el relato propiamente histórico y un tono periodístico para explicar los conflictos actuales. La obra fue escrita en la década de los noventa del pasado siglo, por lo que algunos epígrafes quedan un tanto desfasados. Para actualizarlos, se incluye en esta nueva edición un prólogo en el que el autor comenta los acontecimientos más recientes, como las revoluciones en Ucrania y Georgia, los conflictos entre los países vecinos (por ejemplo, la guerra entre Osetia del Sur y Georgia) y su situación medioambiental.

Civilizaciones, pueblos, individuos, animales e incluso la composición de las corrientes marítimas son protagonistas de la obra de Neal Ascherson. El libro es un gigantesco collage en el que se suceden, en orden caótico, historias, leyendas y experiencias. Entre sus páginas encontraremos a los argonautas de Jasón en su búsqueda del vellocino de oro; a las legendarias amazonas; al poeta romántico y símbolo nacional de Polonia, Adam Mickiewicz; a los temidos cosacos (asentados en estas tierras); a los pueblos nómadas escitas, tártaros o sármatas; al fundador de la literatura rusa moderna, Aleksandr Pushkin; y a tantos otros personajes que han transitado por las orillas del Mar Negro a lo largo de los últimos milenios. El periodista escocés no sigue ningún guion preestablecido, salta de una historia a otra, de un período a otro, guiado únicamente por sus intereses y vivencias. Sí se somete, no obstante, a un cierto orden territorial, pues comienza su relato en Crimea y prosigue por la costa meridional de Ucrania y Rusia, y el noroeste de Turquía y Georgia, aunque los saltos son frecuentes y no todas las regiones reciben el mismo tratamiento.

MAPA DEL MAR NEGRODetrás de cada página de la obra se halla una profunda reflexión sobre el concepto del “otro”, sobre la relación entre civilización y barbarie. El Mar Negro fue (y sigue siendo) una zona de tránsito e intercambio. Su historia está atestada de pueblos que llegaban, conquistaban, se asentaban y eran conquistados por nuevos pueblos. Casi todas las grandes civilizaciones de la humanidad han tenido contacto con esta región y por sus orillas han cabalgado conquistadores, comerciantes y filósofos. En este inmenso mosaico de etnias, religiones y tradiciones, la “alteridad” es, quizás, el rasgo más distintivo. De esta forma tan poética describe Neal Ascherson la historia del Mar Negro: “La imaginación humana, infinitamente temeraria y creativa, vuela sobre mares y continentes hasta que las tramas y urdimbres de su tela ocultan por completo el paisaje. Pero en el preciso instante de consumarse este hito intelectual, la tela empieza a deshilacharse, a tener rotos y agujeros, a desintegrarse, hasta que no quedan más que hilachas y retales que se lleva el viento. Y entonces reaparece una costa habitada por personas que no son los hijos que esperaban los antepasados, un mar cuyos peces se transforman solos y alteran un poco sus costumbres cada estación”.

El Mar Negro vuelve a ser actualidad, al menos esporádicamente, gracias a las ocurrencias del presidente ruso, Vladimir Putin, empeñado en recuperar el prestigio de la milenaria Rusia, y al estallido ocasional de alguna guerra entre Estados apenas conocidos, pronto marginada y olvidada. Seguramente, la reedición de este libro tenga su origen en esos conflictos. Aunque sus motivos sean tan trágicos, bienvenida sea toda obra que arroje luz sobre una de las regiones más importantes de la historia de la humanidad. Neal Ascherson, con su peculiar estilo, nos conduce en un extraño viaje por el presente y pasado del Mar Negro, mostrándonos sus extravagancias, su cultura, sus gentes, sus costumbres… en definitiva, su heterogénea y miscelánea esencia forjada a lo largo de cientos de años.

Neal Ascherson nació en Edimburgo en 1932. Estudió historia en la Universidad de Cambridge y, además de dedicarse a enseñar arqueología, ha sido corresponsal del diario The Observer en Asia, África y Europa del Este. Su columna semanal pasó de este periódico al Independent on Sunday. Es autor de estudios históricos como Games with Shadows, The Polish August y The King Incorporated. Por El mar Negro recibió el Saltire Award en 1995.

*Publicado por la editorial Tusquets, mayo 2016.