ALIANZA EDITORIAL - INDIOS Y CONQUISTADORES

Indios y conquistadores españoles en América del Norte
Jean-Michelle Sallmann

Resulta descorazonador leer algunas afirmaciones que se vierten recurrentemente sobre el descubrimiento y la conquista del continente americano. Las interpretaciones tendenciosas se han impuesto a los estudios serios y rigurosos de los historiadores que han abordado este fascinante suceso (siempre es más fácil un “eslogan” con gancho que una disertación científica). Las exageraciones y las mentiras han logrado asentarse en el imaginario colectivo, muchas veces auspiciadas por movimientos políticos que buscan satisfacer sus propios intereses. En los últimos años, no obstante, han aparecido obras que combaten las invectivas contra la llegada de los españoles al Nuevo Mundo. Con un lenguaje a veces polémico, a veces didáctico, estos trabajos tratan de desmontar los artificios creados sobre la conquista del continente hace quinientos años. Para ellos, hablar de genocidio, de exterminio y de calificativos similares revela una simplicidad que no se ajusta a lo realmente sucedido. Es necesaria, pues, una visión histórica que ponga las cosas en su sitio y explique el descubrimiento tal como fue, sin subterfugios ni quimeras.

La conquista de América no fue un proceso homogéneo, aunque se logró con una pasmosa rapidez (en apenas cincuenta años las autoridades españolas controlaban un territorio equivalente al continente europeo). Hay nombres que destacan y son muy populares, como Hernán Cortes, Francisco Pizarro, Pedro de Valdivia o Núñez de Balboa. Otros, la mayoría, apenas son conocidos y su lista sería interminable. Las gestas que hoy denostan algunos fueron verdaderas proezas logradas en un contexto de extrema incertidumbre y peligro y la muerte solía ser el destino para muchos de los aventureros que se lanzaban a ellas. El éxito no siempre estaba asegurado y no pocas expediciones acabaron en estrepitosos fracasos.

Al hablar de la conquista de América, los españoles solemos asociarla al sometimiento de los grandes imperios de América central y del Sur. Parece como si el Norte fuese un terreno prohibido al que solo consiguieron acceder las diligencias y vaqueros en el siglo XIX. La historiografía anglosajona ha silenciado la llegada de los españoles a lo que hoy es Estados Unidos, mientras que la nuestra ha preferido centrarse en otras cuestiones más venturosas. Lo cierto es que, desde 1520, se enviaron numerosas expediciones al continente norteamericano. La mayoría de ellas no prosperaron, al menos en un primer momento, pero el territorio descubierto por los españoles fue de una extensión considerable. El hispanista francés Jean-Michelle Sallmann recupera este episodio soslayado de nuestra historia en su obra Indios y conquistadores españoles en América del Norte. Hacia el otro El Dorado*.

Como explica el autor, “los proyectos de exploración de América del Norte por los españoles forman parte de un contexto general cuyo ritmo es sorprendentemente rápido. Los castellanos necesitaron una veintena de años para dominar las Antillas y una treintena para controlar América Central. Posteriormente, en esa misma zona geográfica, las modificaciones y ajustes son solo marginales. Si bien Florida, el valle del Misisipi, Nuevo México y California constituyen por mucho tiempo territorios de posible conquista, su interés a los ojos de los conquistadores, tentados por la aventura, o de la monarquía católica, atraída por sus expectativas de recursos, se agota lentamente antes los fracasos repetidos. Esta es la historia caótica, dramática, cruel para todos los protagonistas españoles o amerindios, que voy a relatar en un intento de comprender las razones por las que esos territorios, que han proporcionado y proporcionan todavía su riqueza a los Estados Unidos actuales, fueron considerados por los españoles del siglo XVI lugares inhóspitos, o incluso las puertas del Averno”.

La obra del hispanista francés no puede ser catalogada como combativa, sino como un trabajo serio que busca comprender la llegada española al continente norteamericano. Sin prejuicios ni intereses ocultos, el libro refleja con fidelidad el choque de culturas que se produjo a lo largo del siglo XVI entre dos civilizaciones diametralmente opuestas. No hubo ni vencedores ni vencidos; ni buenos, ni malos. Los españoles tenían por objetivo colonizar esas tierras (como venían haciendo en el resto del territorio americano) y encontrar el mítico paso del noroeste hacia el Pacífico, que les permitiría competir con los portugueses en el comercio con China y en el de la ruta de las especias. Los indios, por su parte, defendieron con tesón y valentía sus tierras. Nos hallamos ante un relato muy humano donde unos y otros cometieron tantas fechorías como buenas acciones. Jean-Michelle Sallmann no toma partido por nadie, tan solo cuenta cómo se desarrolló todo este proceso, lo que ya es de por sí toda una declaración de intenciones.

Los protagonistas de estas expediciones no son tan famosos como los que optaron por dirigirse al centro o al sur. Juan Ponce de León, Alvar Núñez Cabeza de Vaca, Hernando de Soto, Fernando de Alarcón, Pánfilo de Narváez o Francisco Vázquez de Coronado apenas son conocidos por el gran público. Como no lograron derrotar Imperios o establecer asentamientos duraderos, sus nombres han ido desvaneciéndose de la memoria histórica. Esto no significa que no sufrieran tanto como sus compatriotas o que sus hazañas fuesen menores, tan solo que la historia es caprichosa y exige resultados para permitir el acceso al panteón de la inmortalidad. Jean-Michelle Sallmann recupera del olvido las peripecias de aquellos personajes y realiza un fino análisis de los problemas y los retos que hubieron de afrontar, sirviéndose de diversas crónicas y testimonios directos.

Los protagonistas de la obra no son solo los españoles. Los nativos americanos también ocupan un lugar destacado en la narración. El autor no los trata como una masa uniforme que ataca, huye o se rinde ante los exploradores, sino que intenta comprender sus motivaciones y qué supuso para ellos la llegada del hombre blanco. En las páginas dedicadas a estudiar la resistencia indígena, Sallmann describe su organización política y social y narra las hábiles tácticas que utilizaron para hacer frente a los españoles. También los analiza desde el punto de vista de los europeos de la época, exponiendo cómo fueron descritos en la literatura de aquellos años y la suerte que corrieron ante el empuje occidental.

La conquista del continente norteamericano en el siglo XVI fue un fenómeno agridulce para los españoles. Pensaban que hallarían las mismas riquezas que en el resto del continente y se encontraron con unos pueblos aguerridos que luchaban denodadamente por sus tierras, en un clima y un entorno poco favorables, con unas complicadas redes logísticas y la amenazante presencia de ingleses y franceses. Al final hubieron de desistir, no sin antes convertirse en los primeros europeos que recorrieron la extensa zona que va de la desembocadura del río Colorado hasta las llanuras al norte de Florida, pasando por el valle del Misisipi.

La obra del hispanista francés recoge las distintas expediciones que se organizaron para explorar y conquistar este territorio, los elementos que conformaban esta empresa (logística, mando, composición de las tropas…), sus objetivos y las técnicas militares utilizadas por unos y otros en los enfrentamientos armados que se produjeron. Se trata, en suma, de un trabajo muy interesante para todo aquel que quiera conocer los pormenores de una parte de nuestra historia que ha permanecido olvidada durante décadas.

Concluimos con estas palabras del autor: “La historia de los intentos españoles en América del Norte concluyen con un fiasco. El impulso loco que arrastró a los castellanos muy lejos al norte pierde fuerza ya en 1540 y luego se extingue. Se encuentra a varios años de distancia el mismo fenómeno en América del Sur. Las expediciones militares del final del siglo XVI y del comienzo del XVII, que movilizan pocos hombres, ya no tienen nada que ver con las anteriores. Los ‘presidios’ de Florida resisten a duras penas los asaltos de los aventureros ingleses de Carolina. El Nuevo México está vacío. El modelo colonial no funciona en estos territorios inmensos que los españoles ya no consiguen controlar […] ¿Qué queda pues de la historia española en América del Norte? Poca cosa, salvo tal vez un mito, ya que en América todo acaba en mito”.

Jean-Michelle Sallmann es profesor de Historia en la Universidad francesa de París X-Nanterre. Especializado en Historia Moderna, ve un paralelismo entre el mundo actual desestructurado y globalizado, y el período que va del año 1200 al 1600, idea que recoge en sus libros Géopolitique du XVIe siècle (1490-1618) o Le grand désenclavement du monde, 1200-1600. También es autor de una biografía del emperador Carlos V.

*Publicado por Alianza Editorial, octubre 2018. Traducción de Ramón García Fernández.