TEMES - SIRUELA - SIGLO ZARZUELA

El Siglo de la Zarzuela
José Luis Temes

Desde hace ya bastantes años, probablemente a raíz de la lejana pérdida de Cuba, uno de los temas centrales que han mantenido el impulso dialéctico entre nuestros intelectuales ha sido la definición de «lo español». Una búsqueda a la que se han entregado catedráticos de Salamanca, filósofos madrileños, columnistas gaditanos del ABC y hasta algún que otro nacionalista catalán. Lo español siempre ha tenido reservada la condición de objetivo, de grial sagrado constituido en fin último de la historia de nuestro país. Los debates políticos de la República, los de las Cortes orgánicas del franquismo, las discusiones sobre los estatutos de autonomía, entre otras, venían ya configurados por el patrón que marcaba «lo nuestro», lo de aquí, que no lo de fuera, «lo español», vamos.

Si esos ilustres buscadores, parsifales castizos para más inri, se parasen un segundo a mirar hacia atrás, a leer algún libro de historia que no arrastre la mancha de las dos Españas, se darían cuenta de que buena parte de lo que nos hace españoles son momentos, instituciones, personas o manifestaciones artísticas que hemos dejado marchar sin tan siquiera darles una oportunidad de sobrevivir.

El Siglo de la Zarzuela* es un libro que nos permite adentrarnos, más a gatas que otra cosa, en una de las expresiones de españolidad que ahora sólo puede uno encontrar en los recuerdos del abuelo, en los cds de la estantería más oculta del FNAC, o en las representaciones que hace, de manera peregrina, algún conocido un poco tarumba.

CARTEL ZARZUELA GRAN VIALa zarzuela, como afirma el escritor del libro José Luis Temes, «trasluce siempre un concepto unitario de ‘España’ y de ‘lo español’, sin los celos ni susceptibilidades entre regiones de la sociología española reciente». Esto equivale a declarar que el conocimiento de la historia de nuestro país, sin caer en la trampa de las fechas y las ideas preconcebidas, requiere tener en cuenta las costumbres de aquellos paisanos nuestros. Y otra cosa no, pero la zarzuela desde mediados del XIX hasta la mitad del XX fue la reina del entretenimiento de este país y de algún otro.

Enfrentarse a un libro de semejantes características implica también prescindir de tópicos y posturas comunes que podemos haber acumulado con el tiempo, quizá por el desconocimiento de su temática o por su adscripción –también ficticia- a una época y sociedad que la soberbia postmoderna no deja de juzgar cutre e impostada; obviamente, nada más lejos de la realidad. Al lector, por tanto, se le exige una amplitud de miras y un interés cultural que puede ser objeto de chanza o burla por los amigos del best-seller.

¿Cuál es el siglo de la zarzuela? Pues más que un siglo es la segunda mitad de uno y la primera de otro: concretamente, los años 1850 y 1950 han sido las coordenadas de inicio y final escogidas por el autor. Se trata, en consecuencia, de una expresión artística que a la fuerza tuvo que conjugar sus mayores glorias con la inestabilidad política y social tan característica de aquellos complejos años.

Este largo y a la vez corto ensayo sobre la zarzuela está compuesto de un preludio, once capítulos, un glosario, un apéndice, la bibliografía y una especie de coda final en homenaje al valor del gran Chueca y la música. En el preludio Temes elabora un alegato en defensa de su libro exponiendo, en síntesis, las razones que le han llevado a escribir una obra tan extensa sobre este género musical. Y lo hace sin necesidad de acudir a grandes exhortos sobre musicología, sociología, antropología y demás. A mi juicio, queda más que justificada con dos sencillas afirmaciones, nada difíciles de contrastar: «la zarzuela acompañó desde la cuna hasta la tumba a los españoles de seis generaciones«, cosa que sólo se puede decir también del toreo; y «el español de hoy sabe muy poco sobre zarzuela«.

REPRESENTACION ZARZUELA TEATROEl primero de los capítulos está dedicado a una serie de cuestiones previas que el autor considera necesario precisar a fin de depurar los conceptos de zarzuela, género chico, siglo de la zarzuela y algún que otro elemento más. Los capítulos siguientes (del dos al cuatro) abordan el aspecto temporal: la génesis de este nuevo género musical, el momento y lugar de su nacimiento. Temes divide el siglo de zarzuela en cuatro períodos, correspondientes cada uno a lo que comúnmente se entiende por generación, es decir 25 años. El último capítulo de este trío sella la defunción de la zarzuela, sus causas y el lugar donde vino a morir.

A «Lo teatral y la música. Los intérpretes» se dedica el siguiente apartado. La zarzuela es un género integrado por aspectos musicales en su más puro sentido, pero también por elementos teatrales. Por eso, «el objetivo de la zarzuela fue configurar un género español frente a la abrumadora presencia de ópera italiana que se ofrecía en la España en el siglo XIX». Quizá por sus contenidos éste y el capítulo denominado «Alrededor de la Zarzuela» son los que ofrecen un mejor reflejo de la España de entonces, de los cafés y de los intelectuales que marcaron las pautas de tantos paisanos.

Los siguientes capítulos (del séptimo al noveno) tienen un carácter predominantemente biográfico. Referidos a los autores y a libretistas, por ellos desfilan los nombres de Barbieri, Gaztambide, Arrieta, Chapí, Chueca, Bretón, Sorozábal y otros en el bando de compositores; y los de Álvarez Quintero, Arniches, de la Vega, López Silva o los Fernández-Shaw en el de libretistas.

RETRATO BARBIERI ZARZUELAEl libro analiza asimismo la influencia de la zarzuela allende los mares, su relación con otros medios como la radio, el cine o el disco, para concluir con una serie de monografías dedicada a dos teatros, el Apolo y el de la Zarzuela, a la SAE –hoy la denostada SGAE,- a la zarzuela en Cataluña y un sugerente «laberinto de géneros».

La obra de Temes tiene una clara vocación didáctica, destinada como está a ilustrar a las nuevas generaciones (también, de paso, a las ya creciditas) cómo fue el género musical que ha tenido mayor raigambre en nuestro país. Tan es así que el autor llega a afirmar que «ninguna forma de cultura, anterior ni posterior, ha sido tan interclasista como la zarzuela«. Con todo, el libro adolece de algún defecto menor –por ejemplo, reiteración de datos y repetición de fórmulas y expresiones- que puede trabar en ocasiones su lectura (se nota que el ensayo no es terreno habitual para quien tiene como dedicación habitual la de ser uno de los directores de orquesta más importantes de España).

Sin embargo su atractivo no está tanto en el cómo sino en el qué, en la temática del libro. Es aconsejable, además, compaginar su lectura con la de un ensayo de historia de la España contemporánea, como complemento perfecto para esclarecer un pequeña parte de ese panorama social de la España de los ferrocarriles hasta los planes de desarrollo. Al fin y al cabo, afirma Temes, «la curiosidad es la madre de toda cultura«. Toda una delicia.

José Luis Temes (Madrid, 1956) es uno de los directores de orquesta más destacados de su generación. Titulado por el Conservatorio de Madrid, ha estado al frente de la mayor parte de las orquestas españolas, y otras varias europeas; ha dirigido en Nueva York, París, Viena, Londres, Milán, Roma, Budapest, Lisboa. Ha publicado más de un centenar de discos y estrenado unas 340 obras de música contemporánea. En 2009 los Príncipes de Asturias le hicieron entrega del Premio Nacional de Música «a su inmensa tarea como director de orquesta«.

*Publicado por la editorial Siruela, abril 2014.