FORCOLA - CLEOPATRA

Cleopatra. La mujer, la reina, la leyenda
Lucy Hughes-Hallett

Pocas mujeres en la historia han cautivado la imaginación popular de forma tan arrolladora como la reina más famosa de Egipto, Cleopatra (cuyo nombre completo era Cleopatra VII Filópator Nea Thea). Su leyenda se ha perpetuado con el tiempo y ha llegado casi intacta hasta nuestros días. Películas, obras de teatro, cuadros… el mito de Cleopatra ha trascendido el marco histórico para convertirse en un icono, como Helena de Troya o Juana de Arco. Todavía hoy, hablar de Cleopatra es hablar de una mujer de extremada belleza, independiente, manipuladora y voluptuosa, es decir, de una femme fatale de la Antigüedad. Ahora bien, ¿qué hay de leyenda y qué hay de realidad en el relato de la soberana egipcia? ¿Cuándo y por qué se construye la imagen de una reina exuberante, desinhibida y, en ocasiones, cruel? ¿La veían sus súbditos egipcios del mismo modo que a su faraón?

Cleopatra ha sido protagonista de múltiples representaciones culturales a lo largo de la historia y de ella se han ofrecido versiones muy diferentes. No hay, en realidad, una sola Cleopatra, sino tantas como autores la han descrito. Su imagen se ha utilizado para proyectar unos valores, benévolos o perversos, sobre la mujer, la feminidad y la moral. Si Théophile Gautier la definía como “la mujer más completa que ha existido nunca, la mujer más femenina y la reina más regia; una mujer ante la que hay que maravillarse”, otros, como el dramaturgo italiano Vittorio Alferi, la retratan “levantando un velo para dejar a la vista la verdad oculta en los profundos abismos de un corazón hecho para el disimulo”. Reina, asesina, seductora, niña, sabia, abnegada, cruel… los calificativos vertidos sobre Cleopatra son inabarcables.

La ensayista Lucy Hughes-Hallett acomete en su obra Cleopatra. La mujer, la reina, la leyenda* un esfuerzo descomunal por explicarnos la imagen de la faraona egipcia en todas sus vertientes. Ya sea como personaje histórico, dentro del turbulento y fascinante contexto en el que hubo de vivir, o como leyenda, a través de la percepción que se ha tenido sobre ella. Su trabajo va más allá de la propia reina y se engarza en la naturaleza del ser humano y en cómo nos hemos visto a lo largo de la historia. Así lo explica la propia autora: “Este libro habla de todas esas Cleopatras de ensueño y de las razones por las que cada una de ellas asumió una de esas formas en concreto. Cleopatra, la reina del período helenístico, aparecerá en él en varias ocasiones, aunque el libro no sea, en esencia, su biografía. Es un libro sobre sexo, monarquía y masoquismo, sobre la ética del suicidio y la retórica del racismo. Y, sobre todo, sobre la propaganda y el poder de persuasión que tiene la narrativa”.

Es difícil determinar los motivos por los que Cleopatra ha despertado (y despierta) juicios tan contradictorios. Quizás sea porque rompe con cualquier estereotipo establecido, siendo tan pocas las mujeres que han ostentado el poder máximo de un reino o de un imperio. Si la Historia política ha estado dominada por los hombres, Cleopatra se aparta de los cánones clásicos. No sólo fue una reina poderosa, sino que supo sojuzgar a dos de los hombres más conocidos de la Antigüedad: César y Marco Antonio. La relación que tuvo con ellos la convirtió en la mujer más influyente de la época. En un contexto marcadamente masculino, que una mujer alcanzase tal grado de independencia era desconcertante. Los rumores, el morbo y la propaganda solo hicieron incentivar el misterio de aquella reina oriental: en otro libro del que nos ocupamos en su día, Cleopatra VII: la creación de una imagen. Representación pública y legitimación política en la Antigüedad, Vanessa Puyadas aborda precisamente esta construcción de la leyenda (puedes leer la reseña aquí). Con el tiempo, el interés por Cleopatra solo ha hecho que aumentar, hasta desbordar con creces el simple calificativo de reina de Egipto.

FORCOLA - EL TRIUNFO DE CLEOPATRA

Al retratar a Cleopatra, el libro profundiza en los fundamentos morales de cada época, a través de las representaciones que se han hecho de ella. En función del propósito de los respectivos autores y del mensaje que quieran transmitir al público, la reina aparece descrita de una forma o de otra. Según Hughes-Hallett, “Mi intención en este análisis de los distintos retratos de Cleopatra —literarios, visuales y cinematográficos— es similar a la de un arqueólogo que traza una línea divisoria, fina pero profunda, que atraviesa las capas formadas por los restos de una antigua ciudad, reconstruida una y otra vez. Cada imagen de Cleopatra (al igual que los fragmentos de cerámica del arqueólogo) nos ofrece pistas que nos conducen a la cultura que la configuró, sobre todo a la política sexual de dicha cultura, a sus prejuicios raciales, sus neurosis y sus fantasías”.

Los primeros capítulos contienen una aproximación a la vida de Cleopatra, reflejando tanto el punto de vista egipcio como la imagen que, desde Roma, quiso trasladar Octavio. Dada la dificultad por conocer la versión exacta de lo acaecido, Hughes-Hallett intenta en estas páginas separar la fantasía de la realidad, descubrir qué hay de veraz y qué de mito en los tradicionales relatos sobre la vida (y la muerte) de la reina egipcia. Una vez sentadas las “bases históricas”, la autora se adentra, en el segundo bloque del libro, en las distintas representaciones de Cleopatra: se suceden las imágenes de suicida, amante, niña, mujer, reina, extranjera y asesina, buscando comprender por qué se le atribuyeron tales cualidades. Es un viaje en el tiempo a través de la historia cultural, social y artística, de la mano de Cleopatra, en el que aparecen desde artistas apenas conocidos hasta las grandes plumas y pinceles de la historia. El cine, por supuesto, ocupa un lugar preminente.

Hughes-Hallett acomete un análisis exhaustivo de Cleopatra y de lo que ha significado. Sin ser una biografía al uso, nos descubre a la persona y a la leyenda que se esconde detrás de ella. Concluimos con esta reflexión de la autora: “Es cierto que es una mujer a la que se ha investido, de manera anómala, con el poder masculino. Es cierto que es una extranjera exótica que pone en tela de juicio el dominio cultural de Occidente. Es cierto que es una hedonista que celebra los pecados de la carne moral. Pero su imagen, que desdeña el orden establecido en toda su magnitud, puede interpretarse como un presagio no de caos, sino de posibilidad humana enormemente amplificada. Aquellos que la miran con la mente despojada de toda represión sexual y de toda arrogancia racial, los que (a diferencia de Baudelaire) pueden contemplar sus propios corazones y sus cuerpos sin sentir repugnancia, aquellos que pueden dejar de lado el ansia de atrapar la sencillez y la transparencia de una esfera moral que en un lado siempre es correcta y en el otro es siempre errónea, podrán ver su belleza y escucharán la risa tolerante de Cleopatra”.

Lucy Hughes-Hallett (1951) es crítica literaria, ensayista y periodista. Miembro de la Royal Society of Literature, publica sus críticas en el suplemento cultural del Sunday Times. Afamada autora de biografías y libros de historia, colabora con distintos medios de comunicación y ha escrito para teatro y televisión. Por su biografía sobre Gabriele d’Annunzio (El gran depredador, traducido al español por Amelia Pérez de Villar) ha obtenido tres de los premios más prestigiosos de ensayo: el Samuel Johnson, el Costa Book Award y el Duff Cooper Prize.

*Publicada por Fórcola Ediciones, octubre 2017. Traducción de Amelia Pérez de Villar.